domingo, 23 de marzo de 2014

Carlos Maldonado-Bourgoin...Miranda cosmopolita





Por: Carlos Maldonado-Bourgoin


Por Cosmopolita se entiende a la persona que ha vivido en muchos países, que conoce sus costumbres y tiene modales mundanos. Miranda fue un hombre que conoció a fondo y se sintió a gusto sin duda en los escenarios donde se desenvolvió con brillo, garbo, desparpajo y talento.
Una metáfora nos permite iniciar nuestra intervención:

La película Pequeño gran hombre del director Arthur Penn y del actor Dustin Hoffman. Su argumento es el de un viejo centenario que cuenta su vida y al tiempo está contando la historia de los Estados Unidos.

Vamos a hablar de un Grande gran hombre, de Francisco de Miranda.

Miranda a través de su Diario y sus Papeles a los que llamó Colombeia, cuenta la historia suya y la de los acontecimientos más importantes de su tiempo. Estos son: La Independencia de los Estados Unidos de América, la Revolución Francesa, la Revolución Industrial inglesa y la Independencia de Hispanoamérica, esta último de la que fue su Protolíder e iniciador. 
Pocos hombres en la tierra han tenido el privilegio de ser convidados, de ser testigo y actor en tantos momentos claves del progreso humano.

Miranda en los Estados Unidos Miranda participa en el sitio de Pensacola, que da a las tropas de Washington ventaja sobre las inglesas. En La Habana hace labores de captación de fondos económicos que permitieron el triunfo de los americanos sobre los ingleses. Este papel de Miranda poco ha sido destacado en la historia, ni por los ganadores, ni por los perdedores.
Miranda en los Estados Unidos Miranda jura y se consagra al objetivo de llevar la independencia a toda la América Meridional de habla española y portuguesa. Frente a notables de la nación recién independizada hace saber cuál ha de ser su proyecto de vida a partir de entonces. En los Estados Unidos de América Francisco de Miranda se eleva como un Hombre con conciencia de destino.

El caraqueño se residencia en Inglaterra y establece su centro de acción. Viaja por toda Europa y la entrada de Medio Oriente, para ver en “in situ” los escenarios donde se fraguo la historia la Cultura Occidental.

De regreso a Inglaterra siente los aires revolucionarios franceses y va a París a ofrecerse en este proceso histórico. Su objetivo último, obtener de Francia revolucionaria una intervención en favor de la Independencia de América Meridional Hispana.

En ese trance da a las tropas francesas revolucionarias su primera victoria en Valmy. Dijo Johan Wolfgang Goethe que ese día se dio inicio a un nuevo tiempo de la humanidad. El mejor ejercito del mundo replegado por tropas de saint-coulottes.

En Londres, Miranda es testigo de lo que se viene operando en Inglaterra, la revolución Industrial (1740-1850). Esos cambios comenzaron en la Sociedad de la Luna, sus miembros se reunían regularmente de acuerdo al ciclo lunar. Las revoluciones no son producto del destino sino de los hombres. En ocasiones son hombres solitarios geniales. Pero las grandes revoluciones del siglo XVIII fueron realizadas por hombres insignificantes agrupados. Allí en Inglaterra, fue el primer lugar donde se produjo un crecimiento económico y un aumento de la productividad sin precedentes hasta entonces.

Finalmente, Miranda es el Protolíder total de la emancipación del continente. Desde 1784 dedica su vida a ese objetivo. El caraqueño es quien divulga a nivel internacional la Carta a los Americanos del peruano Juan Pablo Viscardo y Guzmán, base jurídica y argumento de la independencia de las provincias o colonias españolas en el Continente de Colón. Hizo grandiosos esfuerzos en la consecución de este objetivo para su Gran Proyecto de Colombia integrada: Militar, Proyectos Constitucionales, Política Exterior y Geopolítica, Parlamentarismo, Periodismo, Propaganda, Activismo (Logias Operativas), Formación de recursos humanos, Ideas para Empresas de Desarrollo y Proyectos Culturales,…

Como Invitado de la Historia, Miranda está preparado, es capaz de comprender y de comunicar. Era un hombre políglota, dominada el español, el inglés, el francés, el italiano y era un magnífico conocedor del griego y el latín. Puede advertirse a su vez que puede manejar rudimentos de otras lenguas como del alemán y el yídich, como lo evidencia en su visita a Universidad de Yale en los EE.UU. y en la tertulia del sabio Moshé Mendelshon en Berlín.

El Prof. Francisco Belda en su libro La lengua de Francisco de Miranda ordena las palabras más empleadas por él y encuentra que, con frecuencia, mezcla palabras de un idioma y otro; fenómeno muy frecuente en las personas políglotas, ahora entendible por los estudios del funcionamiento del cerebro. 
Hombre de su tiempo y de la Ilustración, Miranda se propuso leer en El Gran Libro del Universo. Con sus propios sentidos él se propuso saber y conocer del mundo en su grand-tour: España, Marruecos, Cuba, por los recién independizados Estados Unidos de América, Inglaterra, Europa, Grecia, Turquía, Rusia y Escandinavia, con el complejo espectro de lectura de su biblioteca ambulante.
A ese personaje de inagotable riqueza muchos han dedicado investigaciones, libros, artículos, ponencias, encontrando distintas facetas como el Miranda músico y melómano, el Miranda amante de las artes escénicas, el Miranda crítico de arte, el Miranda conocedor de la ciencia, Miranda bibliófilo y bibliómano, Miranda anticuario,… Miranda es un personaje que merece muchas entradas en el Libro Guinness.

Muchos son los aspectos de este Grande gran hombre que todavía permanecen ocultos y desconocidos para nosotros. Hace poco fui sorprendido al leer que un productor artesanal venezolano de queso se inspiró en una receta de Queso de Parma que encontró en los Papeles de Miranda.

A través de los Archivos de Miranda y haciendo un recorrido por los distintos y diversos aspectos de su vida, que no es exagerado calificar de extraordinaria, podemos encontrar que Francisco de Miranda tuvo trato (en casos de tú a tú) con más de 50 importantes e influyentes hombres y mujeres de su tiempo. Reyes y reinas, príncipes, líderes espirituales, de la política, del mundo intelectual y artístico, del mundo social, transformadores de la sociedad…

Francisco de Miranda es el hispanoamericano de mayor figuración internacional; el que conoció y trato al mayor número de hombres notables de su tiempo; y el que pasó y habitó por las culturas y civilizaciones más desarrolladas. Fue el primer turista y el primer relacionista de América en su arduo camino por la libertad. El primer promotor de grandes ideas como el Canal de Panamá, el feminismo, los Parques Nacionales, la integración hispanoamericana, la modelo de educación de la enseñanza mutua, etc.

Nuestro héroe fue el decano en el linaje humano que da Venezuela al Continente Iberoamericano y a la Emancipación. Francisco de Miranda (1750), Simón Rodríguez (1771), Andrés Bello (1781), Simón Bolívar (1783) y Antonio José de Sucre (1795).

El más ilustre colombiano le llamó Simón Bolívar Los contemporáneos de Miranda, y los estudiosos de su vida y obra convienen y coinciden en afirmar que fue varios hombres en uno: el militar, el viajero, el políglota, el bibliófilo, el humanista (clasicista), el conspirador, el político reformador, el estadista, el periodista, el hombre mundano, el melómano y músico aficionado, el amante de las Bellas Artes y crítico del arte… Actividades que de manera simultánea cultivaba el Protolíder de la Independencia Americana. Es un hombre que realmente está compuesto de un mundo de hombres O, como le llamó Mariano Picón Salas “hombre síntesis”.


“Ningún pueblo sin filosofía y gran instrucción puede preservar su libertad”.
Francisco de Miranda

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