domingo, 26 de junio de 2016

Quien es quien en Diplomacia...Monseñor Francisco Escalante Molina.

El papa Francisco ha nombrado como nuevo nuncio apostólico de su Santidad, es decir representante diplomático del Vaticano en Gabón al monseñor venezolano Francisco Escalante Molina, informó hoy la Santa Sede en un comunicado.

El pontífice le designó el pasado marzo como nuncio en la República del Congo.

Escalante Molina nació en La Grita, Estado Tachira, en Venezuela, el 29 de enero de 1965 y fue ordenado sacerdote el 26 de agosto de 1989, integrándose en la diócesis de San Cristóbal.

Es licenciado en Derecho Canónico, pasó a formar parte del servicio diplomático vaticano el 13 de junio De 1998 y ha ejercido en las delegaciones de representación pontificia de Sudán, Ghana, Malta, Nicaragua, Japón y Eslovenia.

También es arzobispo titular de la sede honorífica de Graziana y habla, además español, inglés, francés e italiano. 


 José Rafael Otazo M.
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Profesor Universitario.
Miembro de Número de la Academia de la Lengua del Estado Carabobo.
Miembro de la Ilustre Sociedad Bolivariana de Venezuela.
Miembro de la Digna Sociedad Divulgadora de la Historia Militar de Venezuela.
Miembro de La Asociación de Escritores del Estado Carabobo.
Investigador en la Asociación para el Fomento de los Estudios Históricos en Centroamérica.

sábado, 25 de junio de 2016

Hablando de...Carabobo Inmortal !!!!



Carabobo fue escenario no de una sino de dos batallas cruciales para el triunfo de los independentistas venezolanos. Las dos batallas fueron ganadas por los patriotas y las dos bajo el mando de Simón Bolívar. Si bien se dice que Carabobo sella el 24 de junio de 1821 la independencia de Venezuela, todavía después persistieron pequeños focos de enfrentamientos con fuerzas realistas, que cierran definitivamente el ciclo de dominación el 24 de julio de 1823, con la batalla naval del Lago de Maracaibo.

Hoy se conmemoran 195 años de esa gesta de valientes guerreros que actuaron con tanto arrojo que el jefe realista, Miguel De La Torre, respondió así cuando su rey, Fernando VII, le preguntó por qué había sido derrotado: Deme Su Majestad un millar de estos llaneros, y yo le pongo toda Europa a vuestros pies .

La primera batalla

El sitio de ambas batallas es una pequeña llanura bordeada al norte y al oeste por colinas y cerros, al suroeste de la ciudad de Valencia. Al norte la limita la quebrada de Las Manzanas y la de Carabobo, que da nombre al campo y baja de la montaña al lado de la Colina del Chaparral.

La primera Batalla de Carabobo ocurrió en 1814, en el marco de la intensa lucha de la Segunda República. El Mariscal de Campo, Juan Manuel Cajigal, parte de Coro con un ejército de más de 6.000 hombres y se detiene el 16 de mayo en el valle de Guataparo, a 6 km. de Valencia. Cagigal aguardaba a que José Tomas Boves tomara los valles de Aragua para él avanzar sobre terreno conquistado.

Al día siguiente inicia la marcha pero se topa con 4 divisiones patriotas comandadas por Simón Bolívar, que había salido ese día de Valencia. Rehuyendo el combate, Cagigal ordena replegarse hacia San Carlos. Bolívar decide acantonarse nuevamente en Valencia para esperar a Boves, pero apercibido de la movilización de las tropas realistas hacia la llanura de Carabobo, sale a su encuentro, movilizando toda la caballería que había en la ciudad.

Bolívar contaba con casi 5.000 hombres y un estado mayor de lujo: Rafael Urdaneta al mando y las divisiones comandadas por José Félix Ribas, Santiago Mariño, Manuel Bermúdez y Jacinto Lara.

El 28 de mayo de 1814 se libra la que hasta entonces era la más grande batalla, por el número de soldados de ambos bandos. Vencen los patriotas y Bolívar encarga a Urdaneta perseguir a los restos del ejército realista, que huye hacia San Carlos, donde se encuentra el general Manuel Ceballos. Al verse acorralados, Cagigal huye hacia el Apure y Ceballos a occidente.

El historiador Rafael María Baralt escribió respecto a la primera Batalla de Carabobo: Hasta entonces, en ningún campo de batalla venezolano se había reunido ni tanto número de soldados ni tan expertos jefes... 

La segunda Batalla

En Venezuela se encontraba el mejor ejército español de América. La revuelta iniciada por el mantuanaje caraqueño se había extendido por las colonias americanas como una epidemia libertaria y Venezuela era un territorio estratégicamente fundamental a ganar por los realistas.

Los acontecimientos bélicos llevaban a un desenlace definitivo entre los bandos opuestos. Simón Bolívar logra reunir el más grande y eficiente de los ejércitos, que viene creciendo en número y triunfos de forma preocupante para el mando realista. Por eso el máximo comandante español, General en Jefe Pablo Morillo, accede, gracias a las gestiones diplomáticas del hábil Antonio José de Sucre, a reunirse con el jefe patriota Simón Bolívar en Santa Ana, donde el 26 de noviembre de 1820 se ven las caras para firmar un acuerdo de Armisticio y Tratado de Regulación que da una tregua a la guerra por 6 meses. A ambos favorece el acuerdo: A los realistas para reorganizarse y a los patriotas para tomar pie firme en los territorios conquistados y ejercer su autonomía.

Páez adiestra sus fuerzas en Apure, mientras Bolívar desde Guayana organiza las finanzas. El 28 de abril de 1821 finaliza la tregua y ambos ejércitos se movilizan hacia lo que sería el choque final.

Los ejércitos de Bolívar y Páez se concentran en San Carlos, mientras que el ejército de oriente, al mando de José Francisco Bermúdez, realiza una maniobra de distracción sobre Caracas y los Valles de Aragua, para obligar al General De La Torre a enviar 1.000 hombres para encararlos y proteger la retaguardia de la avanzada realista.

El 13 de junio, desde San Carlos, Bolívar le escribe al vicepresidente de la Gran Colombia, Francisco de Paula Santander: Espere en la victoria de Carabobo que vamos a dar .

Cubierto por las tropas del general José Laurencio Silva que toman Tinaquillo, el ejército libertador se mueve de San Carlos hacia Tinaco. El 20 atraviesan el río Tinaco y el 23 de junio ya Bolívar se encuentra en Taguanes, pasando revista a su ejército, organizado en tres divisiones. La primera a cargo de José Antonio Páez, y formada por los batallones Bravos de Apure (liderada por el Tte. Cnel. Francisco Torres) y Cazadores Británicos (al mando del Cnel. Thomas Ildeston Ferriar); además de 7 regimientos de caballería. La segunda, comandada por el General de División Manuel Cedeño y constituida por los batallones Tiradores (dirigida por el Tte. Cnel. Ludwig Flegel) y Vargas (Tte. Cnel. Antonio Gravete), más un escuadrón de caballería. La tercera, bajo las órdenes del Coronel Ambrosio Plaza y constituida por 4 batallones: el de Rifles a cargo del Tte. Cnel. Arturo Sandes, Granaderos al mando del Cnel. Francisco Paula Vélez, Vencedor de Boyacá dirigida por el Cnel. Juan Uslar y Anzoátegui, comandada por el Cnel. José M. Arguidegui, más un regimiento de caballería. En total, 6.500 hombres.

Por su parte, el ejército realista se distribuyó entre el camino de San Carlos y la ruta hacia El Pao. Allí estaba la Primera División dirigida por el Tte. Cnel. Tomás García, en la primera línea defensiva; el batallón del Valencey a cargo del Tte. Cnel. Andrés Riesco, en la parte sur del camino; a su derecha el batallón ligero del Hostalrich al mando del Tte. Cnel. Francisco Illas. La vía de El Pao fue ocupada por la División de Vanguardia liderada por el Brigadier Francisco Tomás Morales, el batallón ligero del Infante, a cargo del Tte. Cnel. Simón Sicilia y a la retaguardia el batallón ligero del Príncipe. La reserva, el segundo batallón del Burgos, bajo la jefatura del Tte. Cnel. Joaquín Dalmar, se acantonaba cerca del comando general donde estaba De La Torre.

A sangre y fuego

A las 11 de la mañana del 24 de junio comienza la batalla, con numerosas bajas de ambos lados. En la tarde, ya necesitado de acciones definitivas, desde los altos del cerro Buenavista, Bolívar veía en su catalejos la posición del ejército realista y concluyó que eran inexpugnables por el frente y por el sur. Así que ordenó la marcha sobre el flanco derecho, desprotegido, para así desbordar el ala izquierda enemiga, maniobra ejecutada por las divisiones de Páez y Cedeño, mientras Plaza irrumpía por el medio en posición atacante.

Cuando De La Torre percibe esta maniobra, ordena al batallón Burgos marchar hacia el norte para enfrentar a los Bravos de Apure, quienes después de pasar la quebrada de Carabobo, trataban de subir la pendiente que los llevaría a la parte plana de la sabana. Los llaneros tuvieron que replegarse dos veces ante el Burgos, que finalmente se doblegó ante el ataque de los Cazadores Británicos. En esa carga perdieron la vida el comandante Ferriar y 17 de sus oficiales, pero así pudieron lanzarse al ataque Páez y sus llaneros.

El grueso de la caballería del ejército libertador penetra en la sabana cuando la operación de Bolívar rinde frutos. De La Torre ordena a los Húsares hacer frente a la caballería patriota pero después de disparar una carga de sus carabinas, se repliegan con grandes pérdidas.

Con la sabana de Carabobo tomada ya por varios flancos por los patriotas, De La Torre ordena como último recurso a los Lanceros del Rey que ataquen a la caballería, pero esta unidad no sólo desobedece, sino que huye ante la embestida. Al entrar la batalla en fase final, el Valencey comienza a retirarse, perseguidos por los patriotas hasta Valencia, pero causando las bajas de los oficiales jefes Manuel Cedeño y Ambrosio Plaza, cuyos cuerpos fueron velados en el improvisado hospital militar del ejército libertador, ubicado en lo que es hoy la Casa de los Celis.

Después de Carabobo

La victoria de Carabobo, que aseguraba la independencia de Venezuela le permitió a Bolívar entregarse a la Campaña del Sur: La liberación de las colonias suramericanas, mientras sus generales se ocupaban de finalizar la emancipación venezolana.

Después de Carabobo, hubo un efecto dominó en el continente: El 15 de septiembre los centroamericanos declararon su independencia, el 28 de septiembre, México y Panamá. Mientras la campaña del Sur continuaba con victorias de Bolívar y Sucre.

Caracas, liberada, volvió a ser la capital, reconstruida y repoblada, después de ocho años de abandono. De 40.000 habitantes que tenía en 1810, Caracas en 1821 solo tenía 2.500. Después de Carabobo, regresaron a esa capital libre.

En 1823 los últimos focos realistas fueron extinguidos con la Batalla Naval del Lago de Maracaibo y la toma del Castillo San Felipe de Puerto Cabello. Pero todos los historiadores reconocen que Carabobo fue donde nació Venezuela


José Rafael Otazo M.
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Profesor Universitario.
Miembro de Número de la Academia de la Lengua del Estado Carabobo.
Miembro de la Ilustre Sociedad Bolivariana de Venezuela.
Miembro de la Digna Sociedad Divulgadora de la Historia Militar de Venezuela.
Miembro de La Asociación de Escritores del Estado Carabobo.
Investigador en la Asociación para el Fomento de los Estudios Históricos en Centroamérica.

viernes, 24 de junio de 2016

DISCURSO DEL Dr. RICARDO LEON CELAYA, CON MOTIVO DE SU INCORPORACION COMO MIEMBRO CORRESPONDIENTE A LA ILUSTRE ACADEMIA DE LA LENGUA, CAPITULO CARABOBO


 CASA PAÉZ, VALENCIA,  06 DE MAYO DE 2016
EL CALIFICATIVO ASCLEPIANO(a): UN VENEZOLANISMO, QUE NOS MERECEMOS

Venezuela, no es solamente política y petróleo, nuestra amada patria, nos unge, de gentileza, permitiéndonos depositar sobre su follaje los humildes pies descalzos del aborigen así como las trenzadas alpargatas del llanero, campesino, pastor, coterráneo y en lontananza más allá del paisaje, aunque nos invita al olvido, nunca se perderá en el horizonte, la realidad, que un día fuimos colonia. El pasado está lleno de hombres y pueblos cuyo único objetivo, era conquistar lo conquistable. Tal actitud, representaba un código de vida en los que desembarcamos del arca de Noé y nos dispersamos por el mundo después de coincidir alrededor de la torre de babel, donde ejercimos el derecho a conversar. Pero, abrazamos la mediocridad de no entendernos. Venezuela, no podía ser la excepción ¡y nos conquistaron! No para construir, edificar, realzarnos o hacernos grandes, sino para el vejamen, atropello, saqueo, inutilización, abuso, burla y mancillaje del elevado valor de la condición humana. Por ello cabe preguntarnos ¿Cómo es posible que el logotipo de un Órgano Rector tan prestigioso y necesario como la Contraloría General de la Republica, lo representa, el símbolo de las tres llaves, en cuya fundamentación, asumo la responsabilidad de aportar, que la puesta en práctica de este modelo de custodia, no es producto del ingenio de Juana la Loca o de Castilla, esposa de Felipe el hermoso e hija de Fernando e Isabel, porque en la fecha que se atribuye su creación, se dice, era ya, lamentablemente víctima de una irreversible disociación psicótica maniaco depresiva.

Cuya intensidad, podemos deducirla de las palabras de su hermana Catalina: “hermana, cuanto lamento, cuando al salir de tus aposentos, tengo que ver tus flamígeras conductas”. Por lo tanto, afirmamos que el creador del sistema de las tres llaves, fue su hijo Carlos I de España y V del Sacro imperio, romano-germánico. Pero tristemente, debemos admitir que se privilegia un mecanismo de seguridad a sus palacios del producto del vientre de una Venezuela rica en oro, diamantes, plata, joyas y el producto del sudor de nuestros hombres y mujeres, es decir hurtaban nuestros sueños y lo desfilaban delante de nosotros. EL lobo, no deja de ser lobo. Es pertinente acá, acordarnos del profundo e intenso poeta venezolano, Teodoro Gutiérrez Calderón, en su bello poema, la mujer de las manos cortadas: 

Le cortare las manos, para ejemplar castigo.

A quien desde hoy, de una limosna a algún mendigo

Para acabar con esa costumbre inveterada

De andar tanto haraposos, por mi ciudad sagrada.


Observen, somos los mendigos y haraposos, la ciudad, es del Rey.


Tal fue la dura orden, de un severo sultán…

Nadie dará dineros, ni vestidos ni pan.

Los súbditos del reino, la orden cumplir juraron,

Y del reino, los pobres mendigos, emigraron.

Como siempre, nuestra humildad, obediencia y respeto. Pero, no es para que se abuse de ello. En nuestro caso, éramos su burla. No del pueblo español, pero si, de sus Reyes. Porque, a su parecer colonial, fuimos súbditos, no ciudadanos. Europa, se divertía conquistándose entre sí. Era tanta nuestra minusvalía que los Reyes de España cuando permisan y colaboran con el costo del viaje a nuestro continente, del último de los Grandes.

Pues, conoció y sobrevivió a eruditos y estadistas, tales como: Bolívar, San Martín, Napoleón, Shiller, Goethe, Gehring, Kant y Eisenstein Gotthold (Albert), su admirado físico hebreo, en sociedad alemana; a quien le fue afectuosamente fiel, aún después de su fallecimiento. Tal actitud, no sorprendió en Humboldt por ser un apasionado defensor de los derechos humanos y afanoso crítico de la esclavitud. Como lo demostró en el caso de los mineros de Guanajuato (México). Alexander Von Humboldt, al transitar por Venezuela y seguir a Colombia (Cartagena de Indias) y México, admite que la mayor belleza y abundancia geográfica, de flora, fauna y la única bifurcación hídrica del mundo, angostura y Orinoco, rio negro, amazonas y caribe, está aquí. Von Humboldt, repudiaba la sociedad prusiana, no es descartable, que ante nuestra belleza geográfica, rechazara también, nuestra condición de colonia. Por ello, atribuye la riqueza geográfica del continente, a México. Sin embargo, los conquistadores no contaban con la efervescencia que brotaría del espíritu de nuestros ciudadanos, próceres y libertadores por la JUSTICIA Y LIBERTAD. Los pueblos que nacieron para ser derrotados pero no conquistados, vencidos pero no fallecidos, lamentablemente, hoy no podemos disfrutar del privilegio de caminar por sus lares. Tenemos como testimonios, los celtas, druidas y bardos, sin su numancia, entonces capital y el Cartago, de Asdrúbal, Hagón, Magón, Sofósnibal, Sapásnibal, Dídoval, Hílmice y Aníbal Barca, al este de Macedonia ¿Cuál es la pertinencia, de estas consideraciones? Toda vez que, doscientos catorce años después, un veguero de las consagradas sabanas de San Jerónimo de Guayabal, como proponente y, respaldado por quinientos veinte ciudadanos Venezolanos estudiantes, profesionales, trabajadores, amas de casa, quienes con orgullo, haciendo uso de nuestro mandato constitucional de la libre participación y petición ciudadana, nos correspondió elevar y consignar el 18 de junio del 2013, ante la Real Academia Española de la Lengua, dirigida por Don José Manuel Blecua y ubicada en la ciudad de Madrid, España, pretéritas tierras imperiales, frente al museo del Prado y al lado de la Santa Madre Catedral de San Jerónimo. La solicitud de la aceptación del término, calificativo o voz de Asclepiano (a), dios griego, de la medicina, vida y salud, como una propuesta de enriquecimiento en la palabra y del reconocimiento a quienes por justicia, quedan comprendidos en el término o calificativo. El Asclepiano(a), es el embelesante producto de apreciar la representación serpentaria de Asclepios, deidad griega, inspiradora de la medicina, vida y salud resultando así incorporados, por conocimientos: Médicos, Odontólogos, Enfermeras, Bioanalistas, Farmacéuticos y todos los integrantes del equipo dispensador de salud. Por desempeño: ONGs protectoras de la salud, damas de azules, instituciones cuidadoras de niños y ancianos, Bomberos, Marineros, Rescatista y Salvavidas. El Asclepiano(a), en su humanismo, se sitúa en la cúspide del altruismo; hacer el bien, sin ver a quién y sin pedir nada a cambio.

El mundo, está lleno de mártires médicos, enfermeras, bomberos, salvavidas, rescatista y marinos, que han dado su vida, por salvar a su prójimo. La consignación de nuestra solicitud, acompañada del currículum vitae del proponente y un dossier literario, en físico y en CD, para cada uno de los cuarenta y dos integrantes de la Real Academia Española, constituyó un alto honor. Se me recibió y atendió con ejemplar cortesía. Sin embargo, se hizo de mi conocimiento, que era la primera vez que se realizaba una solicitud, no proveniente de una corporación y reiteré la contemporaneidad de la Constitución de nuestra República Bolivariana de Venezuela, que auspicia, estimula y ordena la libre participación ciudadana. En nuestro caso, además acompañamos, original de los escritos de ilustres corporaciones, a saber Academia de la Historia del Estado Carabobo, Sociedad Bolivariana, Asociación de Escritores, Sociedad Divulgadora de la Historia Militar de Venezuela, Dirección de Asunto Estudiantiles de la Ilustre Universidad de Carabobo, Fundación “Cipriano Jiménez Macías”, Colegio de Médicos del Estado Carabobo, Instituto Venezolano de los Seguros Sociales, Ambulatorio “Dr. Luis Rodríguez Panacci”, la Ilustre Dirección de Asuntos Internacionales de la Armada Venezolana, representada por el Vice-almirante Ludwig Vera, actual, agregado naval de la embajada de Venezuela, en Bruselas, Bélgica. Esto despertó agradable atención en los funcionarios receptores, de la Real Academia Española y, el 26 de septiembre de 2012, recibimos elogiosa y positiva comunicación de Pedro Canellada, Secretario de la Real Academia Española y de Jesús Jiménez, Director de Gabinete. Con mi mayor respeto y compartiendo el insondable espíritu de cordialidad reinante, antes de retirarme del hermoso recinto de recepción de la Real Academia Española exprese, “el día, que una persona o institución, irreverencie una solicitud ciudadana, ese día, la institución coloca su propia lápida. Además, desaparece el privilegio del reconocimiento mundial” Su Majestad, el Rey Juan Carlos, el año 2012, con aguda percepción dijo “me parece, que Latinoamérica avanza más rápido que nosotros”. “Por ello, creo, ilustrísimo señores, que el atlántico más que separarnos, nos une y con el estandarte del gentilicio Venezolano, presentamos esta solicitud de reconocimiento, del término, calificativo o voz Asclepiano(a), en comunión con ciudadanos, doctas corporaciones e instituciones. No propusimos una solicitud de permiso, sino de reconocimiento, inspirados en el maravilloso atributo de la palabra, otorgado por Nuestro Dios Todopoderoso” Días después, en espejo, todos los recaudo inherentes a nuestra petición, se consignaron ante la Academia Venezolana de la Lengua, Correspondiente de la Real Academia Española, en el periodo del médico, Blas Bruni Celli, como Presidente y se hizo, de nuevo, formal entrega de los recaudos, ante la junta directiva siguiente, presidida por el Dr. Javier Pérez, prestigioso y triunfador navegante con la palabra. 

El 17 de enero de 2013 y el 08 de julio de 2013, consignamos los recaudos, ante la Profesora Yadira Córdoba y el Dr. Héctor Calzadilla, Ministros del Poder Popular para la Educación Superior, de ese entonces. Como ciudadanos, conocemos, lo que tenemos que hacer. Existen instituciones muy abrillantadas, donde, aunque son pocos, sus líderes resultan omisivos y prefieren, el silencio como respuesta. Quizá, porque conservan en su carga cromosómica, la triste consideración colonial, de que el ciudadano común, es un advenedizo o nóbilis plebeyo, a quien no responderle, edulcora sus vidas. Sin embargo, el mundo, no es redondo por casualidad, es para enseñarnos a darle la vuelta. Por ello, acudimos a una buena voluntad que se reflejó en el paisaje, Vuestra Excelencia Señor Don Horacio Biord Castillo, quien, como Secretario de la Academia Venezolana de la Lengua, el 12 de junio del 2012, envía una hermosa, acertada y esperanzadora misiva, según la cual, los recaudos serían considerados a través de la comisión permanente de la lexicografía.

LO DE HOY

Estamos cerca, el Diccionario de la Real Academia Española, XXII Edición, 2001, página 224, acepta el calificativo asclepiadeo (a) para honrar al poeta griego, propagador de los versos asclepiadeo mayor y menor. En conversación con el Presidente de la Junta Directiva, de la Academia Venezolana de la Lengua Dr. Horacio Biord Castillo, hemos acordado, una sesión de fundamentación del término Asclepiano(a), con la participación de ciudadanos y representantes de cada una de las doctas instituciones y corporaciones que lo respaldan, un día del último trimestre de este año. Para luego, a través de las academias, asociaciones, gremios, instituciones educativas universitarias, públicas y privadas, así como en redes sociales, hacer del término Asclepiano(a). Espero incorporarme a una Docta Corporación constituida por personas que no tengan entre sus posesiones el pañuelo para envolver la maldad, perversión, omisión y el chisme. Sino capaces de utilizar el virtuosísimo de la lengua, como es la palabra, para la humanidad, el humanismo, el servicio y la artesanía para ser fabricantes de sueños. Por ello, me regalo el antiguo grito de guerra de los cruzados que los templaba para la batalla “¡Ut Deus vult!” ¡Como Dios lo quiere!. 

UN VENEZOLANISMO QUE NOS MERECEMOS

Porque, nuestra amada Venezuela lleva en su savia, La hidalguía de nuestros próceres, quienes, se ocuparon de sembrar en nosotros, el espíritu de afán, lucha, conocimiento, capacidad resolutiva, hombría de bien y sabiduría, para nunca ser, en el globo terráqueo, un país de cola, sino por el contrario, un país de altura.



MUCHAS GRACIAS!