Se publicaba hace unos días en el Blog de Masonería Mixta un trabajo sin firma, titulado de forma que se podía traducir algo así como losMASONES SIN HOGAR o VAGABUNDOS, y se vertían algunas consideraciones que me parecen que están fuera de contexto tanto histórico como conceptual. Además de estar en buena parte en contradicción con el espíritu de libertad del masón y la propia masonería.
Y preciso lo que expongo.
Preguntaba el artículo, en referencia a los Masones Vagabundos:¿ Es posible el trabajo masónico sin Logia? Creo que no y ello a pesar de la corriente que parece extenderse en el universo masónico en el que, más y más miembros de esta antigua cofradía renuncian a la pertenencia a una Logia o una Obediencia en aras de una novedosa teoría, según la cual la obra puede realizarse sin el concurso de otras hermanas y otros hermanos.
Creo que el Hermano en cuestión fija de antemano un determinado estereotipo de logia, para desde ella progresar en sus cavilaciones; y parece olvidar este anónimo Hermano que el mundo de la "«piedra"»: canteros, masones libres, güildas y cofradías, albañiles…. era muy diverso y heterogéneo, como para encerrarlo en un estereotipo muy determinado y desde él hacer proyecciones. Por otro lado el autor de la reflexión publicada en el Blog del DH, MASONERIA MIXTA achaca el abandono de logias y Obediencias a las nuevas teorías de poder trabajar la piedra bruta sin el concurso de Hermanos y Hermanas.
De nuevo el articulista marca unos determinados parámetros para justificar sus peculiares teorías, y debo decirle que el fenómeno de los Masones aislados o isolés, o vagabundos no es una novedad, sino que se registran a lo largo de toda la historia masónica y compañónica, y se ha producido por muy variadas causas, desde la ocupación canteril en pequeñas obras, lo que hacía que algunos Maestros con su aprendiz y Compañero, estuvieran durante años «aislados» de la logia madre; o ello fuera debido a otras circunstancias o problemas o concepciones del trabajo, ya que había canteros libres, que podían moverse y contratar sin mayores problemas.
El y la Homeless masones creen que es posible la práctica del Arte sustituyendo la pertenencia a una Logia por el paso por muchas y variadas en las que ir dejando sus conocimientos pero sin que la propia fugacidad de la visita les permita recibir nada a cambio. El resultado final es un empobrecimiento del propio discurso por puro agotamiento y falta de sabia nueva que renueve y mantenga al día los conocimientos fatigosamente adquiridos en los días en los que se vivía la fraternidad en toda su intensidad y complejidad.
Deja traslucir el artículo en cuestión una defensa acérrima de la logia vinculada a la Obediencia, como ente sostenedores del edificio masónico construido a partir de finales del siglo XVIII con la estructuración de las Obediencias, cuyo remete final será mediados del siglo XIXI, y parece tenerle miedo con lo han hecho otras instituciones frente a este tipo de vectores del «vagabundeo iniciático que trae desorden, adquiriendo incluso la forma de un torbellino que no deja indemne a nada ni a nadie, Rompe sin excepción las trabas y los limite establecidos en todos los ámbitos» (Maffesoli).
Masón Errante
Por otro lado parece ignorar el Hermano que el trabajo de darle forma a la piedra bruta, en esa imagen masónica que maneja en sus traslaciones entre masonería operativa y la especulativa , el Maestro puede abordar su trabajo precisamente porque es MAESTRO, y puede trabajar sin mayores problemas en completa soledad ya que ese trabajo del labrado de la “piedra bruta”, que ya no sería tanto, es personal y se hace en soledad por medio de la reflexión personal, también desde el grupo, pero cada uno desde su libertad de masón libre escoge el método y el sistema, ya que no hay en masonería un patrón establecido.
En general, y lo digo por experiencia propia, como vagabundo Maestro Masón que soy y ejerzo, no visito las logias en tanto para dejar conocimientos como para recogerlos y hacer trabajos de contrastación interna y reflexionar sobre ello.
Creo y así lo expongo, que nunca he crecido tanto como masón desde cuando he de dejado debatir en logia, para centrarme en el trabajo interno de la reflexión. Tengo claro por tanto, que cada masón es un mundo y lo que vale para unos no siempre vale para los demás, pero ese caminar solitario y vagabundo en parte se está poniendo en solfa la mala conciencia logial, del trabajo mal hecho, ya que a veces con su sola presencia se esta sacudiendo el orden establecido, poniendo de relieve que la logia debe “caminar” y dejar el sedentarismo que obliga a veces la gran obra olvidando el origen que marcó la andadura de 1717.
Por otro lado, cuanto uno sabe el ARTE, o sea domina la técnica, los trabajos no se empobrecen sino que se regeneran, puede que la técnica se quede un tanto tosca por la falta de ritmo colectivo o exigencias del guión logial, pero creo que esa ausencia no tiene porqué perjudicar a la esencia del trabajo interno y personal del masón, y menos hoy en un mundo totalmente globalizado.
Nos sigue indicando el citado Blog: El y la Homeless masones acaban por perder otra de las más importantes virtudes masónicas, la tolerancia. La fugacidad de la visita antes señalada hace que la posibilidad de conflicto desaparezca y con ello la práctica de la tolerancia.
Es cierto que el aislamiento lleva parejo un cierto grado de fracaso de la tolerancia, uno pierde la dimensión de la convencialidad y del consenso, pero hemos de recordar que el masón no es un monje logial que pasa su vida en masonería, sino que el nuevo masón es alguien que está en la sociedad, de hecho la vida del masón en logia se reduce a unas estancias de 3 o 4 horas al mes, o si se quiere de 6 u 8 horas mensuales. El resto del tiempo ese masón convive con su entorno familiar, social y laboral… del cual aprende y enseña…
Es complicado afrontar estos ejercicio de reflexión y poder contestarlos partiendo de estereotipos personales del trabajo logial operativo y especulativo, y luego desde esa peculiar construcción hacer extrapolaciones, porque luego suceden estas cosas.
Sabemos como experimentados masones que somos que muchos abandonos de Maestros Masones de las Logias, se debe a cansancio, a rutinas vacuas, y a unos trabajos nada profundos y muy rutinarios, donde a veces la reflexión más profunda es una constante ausente, tanto es así que no hace mucho tiempo una significada Hermana llamaba la atención porque no se debatían las planchas leídas, y se le exponía a la Hermana que "« era toda una tónica general» ante la lectura de planchas.
Por tanto el índice de abandono de Maestros Masones y sus motivos es por otra parte una indagación aún pendiente de contrastar, aunque muchos de esos abandonos se producen en el estadio de la Maestría, que muchas veces son producidos por las mordazas que imponen las Ordenes y Obediencias, rígidas y controladoras, las cuales en ocasiones realizan toda una metástasis con la posición de un masón libre en una logia libre, y máxime cuando se desea ejercer tal opción.
Por tanto el vagabundeo masónico, es algo esencial que se le impone al Compañero Masón, y en todo caso recomiendo al articulista de Los homeless masones la lectura REFLEXIONES SOBRE PENSAMIENTO UNICO Y MASONERIA, recomiendo igualmente leerse el libro de MIchel Maffesoli de El Nomadismo . Vagabundeos Iniciáticos.
He dicho
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ResponderEliminarInteresante reflexión y comparto la visión que mueve este artículo. Yo creo que hay un plano mental masónico y un plano formal - administrativo. Del equilibrio entre ambas surgen los buenos masones. Para algunos cultivar los valores del espíritu es lo fundamental, mientras para otros la Orden como tal es lo principal. Ambos extremos son importantes. No habría Masonería sin la Orden y sus tradiciones formales, pero la Orden tampoco existiría sin Masones Cultos con conocimientos profundos basados en el estudio de Grandes Enciclopedias que requieren tiempo personal con grandes períodos de aislamiento centrado en la literatura y el estudio personal.
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