Cuentan que una vez se reunieron todos los
sentidos y las cualidades humanas de los hombres. Cuando el Aburrimiento bostezó
por tercera vez, la Locura
(tan loca como siempre), les propuso: ¡Vamos a jugar a las escondidas!.
La Intriga levantó las cejas intrigada y la Curiosidad, sin poder contenerse preguntó: ¿A las
escondidas, como es eso?.
El Entusiasmo bailó entusiasmado, secundado por
la Euforia. Al
momento, la Alegría
dio tantos saltos que acabó convenciendo a la Apatía, a la que nunca le interesa nada.
!Pero no todos quisieron participar!. la
Verdad no quiso esconderse, ¿para que?, si al final me hallan
siempre. La Soberbia
opinó que esa un juego muy tonto y le molestaba que la idea no había sido suya.
Y la Cobardía
no quiso arriesgarse.
“Uno, dos, tres, ……” Comenzó a contar la Locura. La primera en
esconderse fue la Pereza
que (tan perezosa como es) se dejó caer detrás de la primera roca del camino. La Fe subió al cielo y la Envidia se escondió tras
el Triunfo, quien (por su propio esfuerzo) había logrado subir a la copa más
alta de los árboles.
La Generosidad casi no logra esconderse porque todo lugar que
encontraba le parecía maravilloso para sus amigos, un lago cristalino ideal
para la Belleza;
el vuelo de una mariposa lo mejor para la Voluptuosidad; una ráfaga
de viento magnífica para la
Libertad; así termino por ocultarse en un rayo de sol.
El Egoísmo,
en cambio, encontró un sitio muy bueno desde el principio, pero solo para él.
La Mentira se ocultó en el fondo de los océanos, (¡Falso!, lo hizo tras el arco
iris). La Pasión
y el Deseo en el centro de los volcanes. Mientras el Olvido……., se me olvido
donde se escondió.
Cuando la Locura iba por el 999, el Amor no había
encontrado todavía el lugar apropiado, entre sus flores, para esconderse.
-¡ Mil ! - Dijo la Locura y comenzó a buscar. La
primera en aparecer fue la
Pereza tras la piedra. Después oyó a la Fe conversando con Dios. En un
descuido halló a la Envidia y dedujo donde estaba el Triunfo. Con la Duda fue más fácil, pues la
encontró sentada en una cerca sin saber donde esconderse. Así fue encontrando a
todos. A la Angustia en una cueva oscura y a la Mentira
tras el arco iris (¡Falso! estaba en el fondo del mar).
¡Solo el Amor no aparecía por ningún
lado!. A punto de darse por vencida la Locura, diviso un rosal y pensó: “El Amor (que es
tan cursi), seguro está entre las rosas. Comenzó a mover con violencia las
ramas del rosal hasta que, de pronto, se escuchó un grito de gran dolor. ¡Las
espinas se habían clavado en los ojos del Amor!.
La
Locura
no supo que hacer para disculparse, imploró, se humilló y lloró pidiendo perdón.
¡Hasta se ofreció a ser su lazarillo!....... Desde entonces, el Amor es ciego y
la Locura le acompaña
siempre.
Grísseld Lecuna G.-Bavaresco
http://gris-sehlita.blogspot.com/
Autor Anonimo.
JR; agradecida por tan bello gesto, recibe de mi parte un abrazote......!
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