Luciana Mc Namara
La fama y la gloria es lo que casi siempre buscamos enaltecer y mantener en el tiempo. Detallar triunfos y ocultar derrotas ha sido a menudo la historia de nuestras memorias. Por eso el nombre de Manuela Sáenz prevalece por sobre el de Josefina Machado. La primera fue la compañera del Bolívar triunfante y admirado, la segunda, fue el amor de las ausencias y las desesperaciones; de un Libertador lleno de fracasos y penas
Después de la muerte de María Teresa
Rodríguez del Toro y Alayza, la única mujer con la cual legalizó su
unión cuando contaba 19 años, Simón Bolívar renunció durante sus 47 años
de vida restantes a establecer una vida familiar y sedentaria. No
obstante, existieron muchas mujeres en el mundo que compartieron su
intimidad con él, oligarcas todas como al parecer gustaban al hombre.
Tuvo más de 20 amantes iniciándose en el mundo femenino desde muy joven.
Cuentan que su primer deleite fue a los 15 años. Se encontraba a bordo
del navío “San Idelfonso” rumbo a España el 19 de enero de 1799, y tras
un ataque pirata la embarcación viran hacia México. Allí se enreda con
una mujer algo mayor que él, la rubia y revolucionaria Ignacia Rodríguez
de Velasco y Osorio, la “Güera Rodríguez”, como la llamaban. Luego en
Francia conoce a su prima lejana Fanny Du Villars, hija del Barón de
Tobriand, “La Adorable Fanny” como él la llamaba, quien vivió con
Bolívar un intenso romance. En 1815 conoce en Jamaica a Luisa Crober,
una exuberante mulata Dominicana quien, sin saberlo, lo atrae hacia su
lecho salvándolo de un asesinato por encargo, al ser confundirlo con
otro hombre: Félix Amestoy, un buen amigo de Bolívar que lo esperaba
tranquilo en su chinchorro. Al año siguiente se embriaga con la
margariteña Asunción Jiménez al son de “Yankee Doodle”, la melodía que a
lo lejos ejecutaba una banda inglesa, mientras los nuevos amantes
recorrían el bergantín atracado en el puerto de Juan griego. A estos
amores le siguieron fugaces relaciones como la de Josefina Madrid, y
luego con la aristocrática señorita Isabel Soublette, hermana del
General Carlos Soublette, a quien Bolívar encontró en Haití alrededor de
1817. Durante la Campaña Admirable, una bella campesina de Capacho, en
Táchira cautivó al Comandante. Era Juana Pastrano Salcedo, que su madre
terminó ocultando para que el Libertador no la volviera a encontrar
cuando el hombre regreso a esas tierras.
En Bogotá fueron las hermanas Nicolasa y
Bernardina Ibáñez. La primera en 1813, a la llegada de Bolívar por vez
primera a Ocaña, haciendo parte del grupo de muchachitas que lo coronan
con laureles. Y la segunda en 1819, cuando finaliza la gesta de la
Batalla de Boyacá el día 7 de agosto. Bernardina se roba su corazón al
entrar triunfalmente en la capital de la Nueva Granada de la misma
manera que sucede con Manuela Sáenz de Thorne, cuando en Quito entra
glorioso tras la victoria del ejército independentista en la Batalla de
Pichincha, el 16 de junio de 1822. En el transcurso de todos esos años
también figuran en la vida de este emblemático hombre muchos otros
nombres de carácter más fugaz. Entre ellos el de Bendita Natal; Therese
Lesnais, madre de Flora Tristán; Anne Lenoit; sus primas, la hermanas
Aristiguieta; Bárbara y Juana de Dios Lemus; Salustiana y María de Jesús
Patiño; Manuelita White, maestra parvularia en Caracas; Teresa Mancebo y
Janeth Hart; Tomasa de Suero y Larrea, una poetisa peruana; la milanesa
Marina, Delfina Guardiola y hasta una realista cayó en los brazos del
enamoradizo Libertador, la joven Aurora Pardo, a quien conoce en un
baile de Lima en honor de Sucre.
Sin duda Bolívar fue un esmerado
conquistador del alma femenina. Su condición de estratega y luchador de
la causa de la liberación de los pueblos subyugados, de la justicia y
los derechos humanos despertó seguramente la admiración de muchas
mujeres y alimentó su magnetismo. No obstante, existió una joven mujer
que, en los primeros siete años de batalla del Libertador lo acompañó y
esperó noche y día hasta su muerte. Ella fue la señorita de la sociedad
Josefina Machado Madriz?, conocida como “Pepita”. La mujer que lo
acompañó en la construcción de las Repúblicas de Venezuela desde 1813
hasta 1820.
Cuenta la leyenda que Pepita, una
jovencita de la clase acomodada caraqueña, estaba entre las doce
muchachas que salen a su encuentro el día en que Simón Bolívar regresaba
victorioso por la restitución de la Segunda República, un 4 de agosto
de 1813. Bien lo describe este poema:
entra Bolívar en la Capital.
La Caracas de corte colonial
que lo recibe con honor triunfante.
Es cercado por tan lindas vestales,
de blanco recubiertas, vaporosas.
Esbeltas, elegantes, olorosas;
de virginal pureza, celestiales.
Se oyen las salvas de la artillería,
y la música, el toque de campana.
Se escuchan himnos, el toque de diana,
y el resonar de la fusilería.
Desafiando los cascos del corcel;
gritando vivas, prodigando honores,
las damas caraqueñas portan flores
y muy lindas guirnaldas de laurel.
Y la linda Josefina Machado,
fina, guapa, radiante, buenamoza,
está muy cerca junto a la carroza,
luciéndole al viajero entusiasmado.
Es la Pepita, noble, inteligente.
Mira a los ojos del Libertador.
Rosa la tez, cubierta de rubor,
y su mirada, por demás, ardiente.
Fue un cálido romance, amor sincero,
que el tiempo se llevó en larga jornada.
Y Josefina, toda engalanada,
sintió rigores del sentir viajero.
Con gracia, con mimo lisonjero,
tan llena de sensuales candideces,
quiere entregar su corazón con creces
y marcha a Bogotá tras del guerrero.
Soplaron otros aires, otros vientos,
y las flechas giraron al poniente,
y se rompió la magia de repente.
¡Fue el ocaso! Quizás otros momentos... ([i])
Y así, en el templo de San Francisco
rodeado de oficiales, Pepita Machado entre pícaras miradas y sonrisas
enredó su corazón. Esa misma tarde la casa de Bolívar estaba llena de
gente que querían saludar y felicitar a el Libertador. Entre las damas
presentes están Josefina Machado y su madre, doña Mercedes Machado de
Paz y Castillo. Pepita era una hermosa chica de 20 años con un cuerpo
sensual, tez morena clara, ojos oscuros y provocativos labios enmarcados
en una poblada y ensortijada cabellera negra. Era de carácter audaz y
dueña de una memoria envidiable. Saludaba por su nombre y apellido a
todas las personas a quienes había conocido con gestos airosos y
desembarazados. Su inteligencia cautiva al Libertador y juntos deciden
hacer pública la unión. Poco se sabe de Pepita, y en torno a ella
existen diferentes rumores. Unos dicen que el haber formado parte de
aquellas ninfas que reciben al Libertador en Caracas, induce a pensar
que pertenecía al mantuanaje caraqueño. Se ha afirmado también que era
prima de Soublette, y que Pepita, al igual que Manuela, era hija habida
fuera del matrimonio, puesto que don Carlos Machado no sólo había sido
Corregidor, sino que en 1813 fue nombrado primer Canciller de la
República y es posible que se ocultara vehementemente el real origen de
la niña. Por su parte, María Antonia Bolívar, una de sus hermanas,
visiblemente molesta por no consentir los deseos de la familia de verlo
unido a una mantuana, alega que la chica era la hija de un canario
enriquecido, oponiéndose diametralmente a esa relación. Pero continuaron
juntos los terribles años de 1813 y 1814, seguidos de las largas
travesías de la Guerra de Independencia.
La algarabía del momento no duró mucho.
El sonido del clarín anunciaba la temeraria llegada de Bóves
descuartizando e incendiando todo a su paso. La burguesía caraqueña debe
huir. El famoso Éxodo a Oriente comienza su marcha lenta y, al lado de
Bolívar va Pepita Machado dispuesta a todo por amor, tanto hacia su
patria como al Libertador. A pesar de las múltiples acusaciones que en
su contra recibe, culpándosele de los fracasos de Bolívar de esos años.
Después de esa terrible peregrinación en la que mueren la mitad de los
marchantes, el Libertador deja a Pepita, a su madre y dos de sus tías en
la isla de Saint Thomas, donde se hallaban muchos otros venezolanos
refugiados. Los amantes se dejan de ver por dos largos años hasta que, el
31 de marzo de 1816, se consuma la “…salida de la expedición de Los
Cayos (Haití), encabezada por el Libertador Simón Bolívar con destino a
continuar la empresa libertadora”.[ii] A
vísperas de la invasión a Venezuela, Bolívar manda llamar a su amorcito
en medio de la peligrosa hazaña y detiene la expedición esperando a que
ésta se reuniera con él.
Una vez embarcados, “Ese histórico día
en las proximidades de la isla de Margarita, y al mejor estilo de los
piratas, Bolívar suspendido de una cuerda se balanceaba hacia la
embarcación enemiga que no cesaba de disparar sus poderosos cañones… No
obstante la superioridad de artillería que disparaban incesantemente sus
mortales balas de hierro, Luis Brion dirige su nave para evitar el
certero disparo, y luego para colocarse a un lado para abordar la nave
enemiga. El ruido ensordecedor de la pólvora y el crujir metálico de las
espadas, animaba a la oficialidad patriótica que seguía ciegamente las
órdenes del Libertador y su almirante, en un sangriento combate cuerpo a
cuerpo y hombre a hombre (…). Mientras la batalla se desarrollaba en
cubierta, en el camarote la caraqueña Josefina Machado, la amante del
Libertador, esperaba valientemente el desarrollo de la batalla, [Que
lamentablemente fue un fracaso total]. (…) Ante el rotundo fracaso,
Bolívar y su amante, Pepita Machado, huyen de isla en isla buscando
sobrevivir a la derrota sufrida, cuando sus oficiales lo acusaban del
fracaso de la invasión. A bordo del “Indio Libre” capitaneado por Brion,
deben pescar para sobrevivir, recoger agua de lluvia para saciar la
sed, mantenerse alerta del patrullaje español que rondaba el Caribe, y
buscar una salida a la crisis y la humillación, por no haber logrado los
planes que se habían propuesto en Haití. Simón Bolívar, el Libertador,
el héroe de la independencia, ahora se mueve como un pirata más, en
busca de víveres para sobrevivir en la miseria y la adversidad de no
contar con alimentos ni agua…
En sus planes inmediatos está dirigirse a
la isla de Saint Thomas para dejar a Pepita junto a su madre, y algunas
mujeres, niños y ancianos, que embarcaron desesperadamente en Ocumare,
huyendo de la crueldad realista” [iii].
Bolívar asalta un velero español para aprovisionarse y asegurar el
traslado de Pepita y los demás civiles a Saint Thomas. Así, negociando
las vidas, el Velero español se vio obligado a llevar a su amante a la
isla, despidiéndose la pareja con un romántico beso para luego separarse
por otros dos años más.
En 1818 Bolívar se adentra en el llano
venezolano. El 12 de febrero estuvo a punto de ganar la guerra cayendo
de sorpresa sobre el cuartel general de Pablo Morillo en Calabozo.
Recorre el Orinoco Medio en su primera visita a Apure entrando por lados
de Arauquita, por el hato Araguaquén. Por su parte, Pepita Machado se
había convertido en excelente ayuda para el genio de latinoamérica...
Preparaba los atavíos de la tropa, asistía a Bolívar en los mensajes que
debía administrar y para importantes negocios de Estado.? Su amor lo
llamaba, y por eso, luego de triunfar en Angostura y quedar elegido como
Presidente de la Republica, Bolívar escribe a Josefina y manda un barco
a buscarla junto a su familia a Saint Thomas, para que le acompañara en
la toma de posesión.
La señora “Pepa”, como con cariño la llamaba la
tropa, emprende el viaje hacia su encuentro junto a su madre y los
generales Fergusson y O’Leary llegando a Angostura el 14 de Octubre de
1818?. Todos sabemos lo difícil y peligroso que eran las travesías en
esos tiempos. Pero Pepita como Bolívar, remonta el Orinoco y llega a San
Rafael de Atamaica para algunos, y para otros, la chica se fue por el
Arauca. Lo cierto es que en el “morichal” de San Isidro, cerquita de
Angostura, Bolívar alternó sus tareas políticas con extasiados ratos de
placer junto a Pepita Machado, quien al llegar a tierra guayanesa desde
las Antillas, muestra los terribles síntomas de la enfermedad que
perseguía sin contemplación a los seres amados de Bolívar. Pasaron unos
días de relativa tranquilidad en los que Bolívar preparó su famoso
Discurso de Angostura, pero la enfermedad de Pepita era fulminante y se
va derrumbando rápidamente. Ya convaleciente, el Libertador para
distraerla la llevaba a caminar por la orilla del río de la Logia.
“Un
día se le antojó retar a uno de sus oficiales para nadar con las manos
atadas a la espalda hasta una goleta fondeada a cien metros de la
orilla. El Libertador por poco se ahoga y en vez de alegrar a Pepita
ésta casi se muere de la angustia”[iv].
Por la quebrada de la Logia, cuyo curso atraviesa el traspatio de la
Casa de San Isidro, pasa muy cerca una vía empedrada llamada El Trabuco
por donde se llegaba a la ciudad. Por allí, dice la tradición, que
Bolívar se encaminó a instalar el Congreso de Angostura y que después de
su muerte en 1830, pasó a llamarse “callejón de los aparecidos” porque
se sentían los pasos de los oficiales encargados de su escolta.
El 2 de abril de 1819 estalla la famosa
Batalla de las Queseras del Medio o “Vuelvan Caras”, y en mayo de ese
mismo año, Bolívar emprende una Campaña Admirable pero no rumbo a
Caracas, sino rumbo a Santa Fe de Bogotá para la creación de la Patria
Grande. Deja a la Señora Pepa con su madre en Angostura y se propuso el
Paso de los Andes. De esa expedición sale victorioso y regresa a
Angostura, “…sin que sus amoríos con Bernardina Ibáñez, la bogotana, la
desplazaran. La caraqueña había adelgazado. Sus bellos ojos brillaban
febriles sobre unas cuencas amoratadas. La tuberculosis según le dijeron
los médicos, se había declarado. Quizás el clima de Bogotá –dijo uno de
ellos- le sentará mucho mejor.” [v],
Así que, como lo había prometido, se embarcó con su ejército en la
Flota del Orinoco junto a su amada la Navidad de 1819. Pero en el camino
Pepita tuvo dos hemoptisis. Al llegar a Achaguas esputa sangre una y
otra vez. Le sube la fiebre y pierde el sentido.
De pronto ya no respira
quedando su alma sembrada en una loma donde no llegan las aguas cuando
la sabana se inunda. Bolívar entierra a su compañera de los tiempos
terribles iniciándose el año 1820. “Comprendió en ese momento, y así lo
dio a entender en sus escritos, que la gloria y el poder no valían nada
si al ser amado se lo lleva la muerte. Pepita, desde que perdió a su
primera mujer dieciocho años atrás, hubiese sido el único ser que
hubiese quebrantado su voto de permanecer viudo hasta el final de sus
días. Por ella, a pesar de todos sus triunfos y laureles, hubiese
aceptado “el ser un pacífico alcalde de San Mateo” [vi].
En Simón Bolívar prosiguió un largo y
desfallecido abatimiento. “Nunca el destino me permitió más de seis
meses de paz y alegría, acicateándome por lo contrario con todas las
penas y rigores de que es capaz de sufrir el alma humana. ¿No me
arrebató también a mi querida Pepita Machado, mi compañera por más de
siete años? ¿No murió acaso del mismo mal que mató a mi madre y que
desde niño aprendí a temer y a conocer con espanto?”[vii].
Pepita fue “…la mujer que mayor
posibilidad tuvo, como escribió Augusto Mijares (1897-1979), de ser la
segunda esposa del Libertador[viii],
pues entre los cuatro amores fundamentales de su vida, a excepción de
su esposa María Teresa Toro y Alayza (1781-1803), tanto la parisina
Fanny du Villars como la quiteña Manuelita Sáenz eran mujeres casadas.
Pepita era soltera. Pero Pepita enfermó. Y siguiendo a Bolívar hacia
Bogotá murió en Achaguas en 1820. Allá está enterrada”.[ix]
[i] http://www.guatire.org/biblioteca/9/1/art6.php
[ii] http://taimaboffil.wordpress.com/2011/04/03/31-de-marzo-1816-bolivar-sale-de-los-cayos-de-haiti-al-frente-de-una-expedicion-para-continuar-la-guerra-por-la-independencia/
[iii] http://tedejo2.wordpress.com/bolivar-y-los-piratas/
[iv] http://www.correodelcaroni.com/archivo/archivo.php?view=wrapper&id_articulo=175389
[v] Manuel Taibo, Manuela Sáenz la "Gloriosa", Fecha de publicación: 18/12/08. Disponible en la Word Wide Web: http://www.aporrea.org/actualidad/a68955.html
[vi] Manuel Taibo, De Angostura a Bogotá, y hacia Carabobo (1821), Fecha de publicación: 23/06/08. Disponible en la Word Wide Web: http://www.aporrea.org/ideologia/a59350.html
[vii] Manuel Taibo, Reflexiones del Libertador (IV), Fecha de publicación: 23/07/08. Disponible en la Word Wide Web: http://www.aporrea.org/ideologia/a60940.html
[viii] El Libertador. Caracas: Monte Ávila Editores, 1998, p.519
[ix] http://www.analitica.com/va/arte/literaria/5419218.asp
[ii] http://taimaboffil.wordpress.com/2011/04/03/31-de-marzo-1816-bolivar-sale-de-los-cayos-de-haiti-al-frente-de-una-expedicion-para-continuar-la-guerra-por-la-independencia/
[iii] http://tedejo2.wordpress.com/bolivar-y-los-piratas/
[iv] http://www.correodelcaroni.com/archivo/archivo.php?view=wrapper&id_articulo=175389
[v] Manuel Taibo, Manuela Sáenz la "Gloriosa", Fecha de publicación: 18/12/08. Disponible en la Word Wide Web: http://www.aporrea.org/actualidad/a68955.html
[vi] Manuel Taibo, De Angostura a Bogotá, y hacia Carabobo (1821), Fecha de publicación: 23/06/08. Disponible en la Word Wide Web: http://www.aporrea.org/ideologia/a59350.html
[vii] Manuel Taibo, Reflexiones del Libertador (IV), Fecha de publicación: 23/07/08. Disponible en la Word Wide Web: http://www.aporrea.org/ideologia/a60940.html
[viii] El Libertador. Caracas: Monte Ávila Editores, 1998, p.519
[ix] http://www.analitica.com/va/arte/literaria/5419218.asp
Fuentes
http://www.enfoques365.net/fotos11770-bicentenario--pepita-machado-la-novia-de-bolvar.html
http://tedejo2.wordpress.com/bolivar-y-los-piratas/
http://www.monografias.com/trabajos59/simon-bolivar/simon-bolivar2.shtml
http://www.guatire.org/biblioteca/9/1/art6.php
http://horadecambios2006.blogspot.com/2010/06/bolivar-y-la-pepa-machado-esta-hermosa.html
http://taimaboffil.wordpress.com/tag/pepita-machado/
http://www.ciudadccs.info/?p=52217
http://www.aporrea.org/actualidad/n151076.html
http://www.aporrea.org/ideologia/a54134.html
http://www.correodelcaroni.com/archivo/archivo.php?view=wrapper&id_articulo=175389
http://www.correodelcaroni.com/archivo/archivo.php?view=wrapper&id_articulo=175472
http://www.buenastareas.com/ensayos/Amantes-De-Bol%C3%ADvar/2894505.html
http://taimaboffil.wordpress.com/tag/jose-francisco-bermudez/
http://es.scribd.com/doc/45093822/Recetas-e-historias
http://www.literanova.net/blog6.php/title-10
http://lacuestionesunidos.blogspot.com/2010/10/el-que-busca-siempre-encuentra.html
http://www.caracol.com.co/noticias/bolivar-y-sucre-eran-fiesteros-y--de-gustos-finos/20070805/nota/462790.aspx
http://es.scribd.com/doc/45093822/Recetas-e-historias
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http://es.scribd.com/doc/45093822/Recetas-e-historias
Excelente recopilación y narración amigo, lo felicito. Mi correo es otto_alvarado@hotmail.com por si tienes otros artículos similares.
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