En 1589 se erige la Cárcel Real de Caracas, pero la primera referencia que se hace de una mazmorra es en las actas del Cabildo de marzo de 1573. Antes de esa fecha, los condenados iban a calabozos improvisados.
Será en 1589 cuando se registra la primera intención formal de construir un calabozo destinado para cárcel. Éste estaba ubicado en la esquina de Principal, en el mismo edificio de las llamadas Casas Capitulares.
En 1696, con motivo de las celebraciones de la fiesta de Santiago Apóstol, se inauguró la nueva cárcel con una misa para los presos.
Durante la Colonia, las prisiones eran sólo para blancos, otros recintos se construían o improvisaban para pardos o negros, como las casas de corrección.
En 1745, se registra una fuga de 25 reos, todos recapturados en menos de siete días.
Refacciones y nueva construcción
Hacia 1790 la cárcel estaba ya bastante deteriorada y se informa de una gran reparación efectuada ese año en donde se “debieron cambiar muchas vigas de madera podrida en varias habitaciones, empotrar puertas y reforzar paredes” según el informe de Gastos Públicos: tomo III, fol. 403 y ss) 14 de julio de 1790.
En 1797 se realizó una ampliación fortuita a la Cárcel Real anexándole una casa contigua perteneciente a doña Juana Sojo.
Tras la sublevación de Gual y España, descubierta hacia julio de ese año, se procedió a la captura y apresamiento de todos los implicados y sospechosos.
Debido al gran número de ellos, la Cárcel Real no ofrecía el suficiente espacio para contenerlos.
En tal sentido, se ocuparon los calabozos del “Batallón Veterano” del Cuartel San Carlos, se habilitaron dos más en la casa del Ayuntamiento y otros dos en la casa del Gobernador.
Sin comida
Durante el antiguo régimen de administración de justicia de la Provincia de Venezuela, la responsabilidad de los carceleros se limitaba a mantener el lugar aseado y proveer agua fresca a los reos.
Igualmente se permitía a algunos presos pedir limosnas por las rejas y según fuentes bibliográficas, en la Colonia, muchos familiares llevaban comida a los presos de Caracas ya que su alimentación no era responsabilidad absoluta del Estado.
La alimentación en las cárceles obedeció más a una «obligación moral» que a una responsabilidad jurídica.
Las raciones de comida diaria de los esclavos a menudo se reducían a yuca hervida y carne salada.
El caraqueño Días Cienfuegos fue un negro libre en la Colonia, acusado de asesinato y protegido por la Iglesia por sus destrezas musicales.
Hacinamiento presente en la colonia
La población de la Cárcel Real registrada entre los años 1791 y 1805, oscilaba entre los 85 y 120 reos.
Sin embargo, en 1809 el número de presos sobrepasaba el límite superior de ese rango.
El 4 de diciembre de ese año, el Oficial de Guardia de Prevención, Juan Escalona, dio parte al Capitán General de haber recibido 120 presos que pasaron de la Real Cárcel al Cuartel San Carlos, donde fueron alojados en las dos cuadras que dejaron las “Compañías de Campo Bolante”.
Menciona además la existencia de otros 90 reos que ya estaban con anterioridad en dicho cuartel, haciendo un total de 210 reclusos.
Esquina de la Principal hacia 1866
Mujeres tras las rejas
Las mujeres, también eran objeto de reclusión, en consecuencia 1807 María del Rosario Cumare fue acusada de haber matado a su hija de tierna edad, lanzándola contra el suelo.
El proceso contra ella duró alrededor de dos años, tiempo que permaneció en la Cárcel Real, hasta que el 8 de septiembre de 1809 fue sentenciada a 10 años en la Casa de Misericordia de Caracas.
El 5 de marzo de 1751, había 12 mujeres encerradas en la Cárcel Real, de las cuales 8 de ellas se encontraban con procesos abiertos en distintas fases, las restantes encerradas por concubinato, puestas tras los barrotes junto a sus respectivas parejas.
De las 7 mujeres que había en la cárcel el 25 de enero de 1805, solo dos eran blancas.
Fuente:
- Ermila Troconis de Veracoechea. 1982: Historia de las cárceles en Venezuela. (1600-1890). Caracas: Academia Nacional de la Historia.
- Hernando Villamizar.2008: Discursos y prácticas del encierro punitivo en la ciudad de Caracas a finales de la época colonial (1780-1810).
Investigación:
José Rafael Otazo M.
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Profesor Universitario.
Miembro de la Ilustre Sociedad Bolivariana de Venezuela.
Miembro de la Digna Sociedad Divulgadora de la Historia Militar de Venezuela
Investigador en la Asociación para el Fomento de los Estudios Historicos en Centroamérica.
Director de la Publicación Internacional, "Ni vestido ni desnudo"
Director de la Publicación Internacional, "Ni vestido ni desnudo"
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