martes, 13 de octubre de 2015

Dificultades de la República de Venezuela y su inclución internacional luego de la disolución de la Gran Colombia.



Una vez declarada la separación de Venezuela de la Nueva Granada y del Ecuador, sus relaciones exteriores toman nuevos rumbos. Una política inicial tenía que ser la liquidación jurídica y financiera de las relaciones con los otros dos países integrantes de la Gran Colombia. Con respecto a ambos era indispensable dividir la deuda pública y en particular con la Nueva Granada, determinar sus límites fronterizos con Venezuela. Tales gestiones culminaron en 2 tratados celebrados en Bogotá en diciembre de 1833 y diciembre de 1834; el primero de ellos para determinar los límites entre Venezuela y Colombia, y el segundo para culminar las cuestiones atinentes a la deuda externa de la Gran Colombia.

Para tramitar estos asuntos, Páez designó, el 6 de mayo de 1833, a su secretario de Hacienda y Relaciones Exteriores Santos Michelena con el carácter de ministro plenipotenciario en Bogotá, quien se convertía así, de hecho, en el primer representante diplomático venezolano con sede fija. Michelena presentó sus cartas credenciales al presidente Francisco de Paula Santander el 29 de agosto de 1833. Santander, a su vez, designó como plenipotenciario a su secretario de Interior y Relaciones Exteriores Lino de Pombo.

Con respecto al trazado de la frontera entre los 2 países. En este sentido, la labor diplomática más delicada fue el complejo proceso de reconocimiento por España, que culminó en el tratado firmado el 30 de marzo de 1845 y ratificado el 20 de mayo del mismo año por el Congreso venezolano. En segundo lugar, fue orientada la política exterior venezolana a lograr la determinación de los límites fronterizos con la Nueva Granada, con el Brasil y con la Guayana Inglesa. Este proceso, que debió haber sido temporal, se convirtió de hecho en un problema que, salvo en el caso del Brasil, ha sido permanente para las relaciones exteriores de Venezuela. 


El tercer aspecto de la política exterior venezolana y por tanto, de sus relaciones exteriores fue orientado al mejoramiento de sus relaciones políticas y comerciales con diversos países, sobre todo europeos. Tal actitud se tradujo en el establecimiento formal de relaciones diplomáticas con Francia (1831), Holanda (1831), Inglaterra (1834) y Estados Unidos (1835), con la aplicación de la Doctrina Monroe lo que ayudó en gran medida a los movimientos independentistas en América Latina, y en diversos tratados de Amistad, Comercio y Navegación que aseguraban el acceso de los productos venezolanos de exportación de la época a los mercados europeos y norteamericanos

En 1814, la Gran Bretaña quedo en posesión de los territorios coloniales Holandeses en Demerara, Berbice y Esequibo, que pasaron a constituir la Guayana inglesa a partir de 1831. Desde el comienzo, el gobierno inglés estimuló el avance y establecimiento de colonos en las tierras venezolanas situadas al oeste, aprovechándose de la despoblación de aquellos territorios y de la situación de la República, que organizaba entonces su organización institucional. El avance de los colonialistas ingleses y la usurpación de territorios situados a la margen izquierda del rio Ezequibo, dieron lugar a las primeras reclamaciones de Venezuela ente la Gran Bretaña.

Adicional a esto, se presentaban una serie de problemáticas internas que dificultaban la gobernabilidad de la naciente Republica de Venezuela, en primer lugar, al separarse Venezuela de la Gran Colombia y dada la muerte del libertador, Simón Bolívar, se crea un vacío de poder que va a ser la causa de una serie de revueltas encabezadas por los caudillos regionales entre los que están José Antonio Páez, Carlos Soublette y Santiago Mariño, los cuales fueron los candidatos a la presidencia en 1831, también surge la figura de José Tadeo Monagas como caudillo en el oriente del país, quien desconoce la Constitución de 1830, y una facción que a poyaba a la Gran Colombia y luchaba por su unión.

Otro punto álgido fue la Ley de Libertad de Contratos que es aprobada en 1834, la cual buscaba promover y favorecer la instrumentación de los principios liberales en la economía venezolana del siglo XIX, elimina los beneficios que históricamente se habían establecido y reconocido a los deudores en los casos de remate, especialmente en el de "espera y quita" que otorgaba ciertos plazos y permitía "quitar", es decir, remitir o perdonar parte o el total de la deuda. En tal sentido, la ley del 10 de abril de 1834 se caracterizó en términos generales por otorgar una absoluta libertad de estipular intereses en los préstamos y la libertad de poder rematar las propiedades sin consideración a su valor y sin remedio ninguno legal a favor del deudor. En un principio la ley del 10 de abril fue bien acogida por los hacendados, comerciantes, y prestamistas; ya que los mismos disfrutaban de las condiciones favorables que experimentaban los productos agrícolas venezolanos en el exterior. No obstante, la crisis económica internacional que se desató a partir de 1842, hizo que los precios de los productos de exportación cayeran de manera notable, lo que afectó profundamente a la economía venezolana para ese momento.

Países que ya habían reconocido a la Gran Colombia


Reconocimiento de los países Hispanoamericanos. Las misiones diplomáticas comienzan en 1821, cuando Pedro Gual envía a Miguel SantaMaría a México para firmar el Tratado de Unión, Liga y Confederación Perpetua. Para la fecha no se logra firmar ya que el poder lo tenía el monarca Agustín Iturbide quien no se encontraba interesado en el reconocimiento de los países hispanoamericanos.

Posterior al derrocamiento del monarca Iturbide se comienzan nuevas negociaciones con el gobierno de Lucas Alamán. Este decide firmar el tratado porque al nuevo gobierno mexicano sí le interesaba el reconocimiento de los países hispanoamericanos. El tratado se firma en 1823 que tenía como objetivo la unificación en cuanto a ayuda militar por parte de los Estados miembros del Tratado en contra de cualquier colonización por parte de los Estados europeos.

En 1822 Perú a través de las negociaciones con Joaquín Mosquera (Enviado por Pedro Gual) se firma el Tratado de Unión, Liga y Confederación Perpetua en materia de delimitaciones territoriales incentivado por Colombia basándose en el principio del Uti Possidetis Iuris. Se establece la ayuda militar en contra de cualquier colonización de los gobiernos europeos.

En Octubre de 1822, Chile firma el mismo Tratado, pero no con carácter perpetuo como los demás Estados firmantes, ya que este no creía en las perpetuidades de las alianzas.

En Marzo de 1823, se firma dicho Tratado con Argentina, quien no acepta la alianza defensiva y ofensiva para conservar su independencia, lo firma con la intención de tener la garantía recíproca del dominio territorial contra la dominación extranjera, siempre y cuando los Estados pertenecientes al Tratado se negaran a reconocer al Tratado.
Las provincias unidas de Centroamérica firman el Tratado de Unión, Liga y Confederación Perpetua en 1826 donde aceptan tanto el ámbito militar como el territorial, con la intención de buscar el reconocimiento de España.

Luego de la disolución de la Gran Colombia, Venezuela establece relaciones diplomáticas con Argentina el 14 de abril de 1853. Se designa a Antonio Leocadio Guzmán como Enviado Extraordinario de Venezuela. La nación argentina no designó representante diplomático, sino hasta el 20 de abril de 1881 (Miguel Cané 1881-1882). Con el propósito de estimular sus relaciones comerciales entre ambos países establecieron dos Consulados Generales: el Consulado argentino en Caracas en 1862, y el Consulado venezolano en Buenos Aires, en 1863.

Establecimiento de las Relaciones Diplomáticas con Chile el 14 de abril de 1853. Venezuela establece formalmente relaciones diplomáticas con Chile y nombra a Antonio Leocadio Guzmán, como Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de Venezuela.

Establecimiento de las Relaciones Diplomáticas con México el 8 de septiembre de 1835. El Gobierno de Venezuela manifiesta al Secretario de Estado y del Despacho de Relaciones Interiores y Exteriores de México, los deseos formalizar las relaciones con ese país y firmar un tratado.


Establecimiento de las Relaciones Diplomáticas con Perú el 23 de diciembre de 1833. El Presidente del Perú, Luis José Orbegoso, envía una comunicación al General José Antonio Páez, Presidente de Venezuela, en la cual manifiesta sus deseos de estrechar las relaciones de amistad entre los dos países.

Posición de EEUU. 1822


La política exterior de EEUU con respecto a las nacientes repúblicas americanas era de esperar y observar. Debido a que el sistema político venezolano era tan débil y el gobierno no ejercía un control eficaz, EEUU se ajustó a no comprometerse en disputas con España, debido a sus intereses en la florida oriental y occidental. El gobierno de Washington envía un agente confidencial a Angostura para conocer la formación de la Gran Colombia. Clay, presidente de la Cámara de representantes para 1820, siempre había estado a favor del reconocimiento de estos nuevos Estados y en ese mismo año la Cámara declara que votará los fondos necesarios para establecer Legaciones cerca de los nuevos Gobiernos. 

En 1821, la misma cámara expresa en un acuerdo su simpatía hacia los pueblos del Sur. El congreso colombiano envía una comunicación expresando su gratitud hacia Clay por el reconocimiento que se hacía al movimiento independentista. El 1822, la Cámara y el Senado de la Unión votan 100.000 dólares para mantener aquellas Legaciones, y el presidente Monroe, que hasta los momentos había vacilado en cuanto al reconocimiento, resuelve ejecutar el decreto sobre Legaciones, lo que significaba el reconocimiento oficial a las repúblicas Americanas. Ese mismo año, el Presidente Monroe dirige al Congreso su mensaje basado en su doctrina, donde establece claramente que habían reconocido a los gobiernos que habían declarado y mantenido su independencia.

Estados Unidos firma un tratado con La Gran Colombia de Paz, Amistad, Comercio y Navegación en 1822, estaba implícita la defensa militar por la Doctrina Monroe a los Estados que habían declarado su independencia.

Luego de la separación de Venezuela de la Gran Colombia, El gobierno de Venezuela solicita el reconocimiento de su independencia desde 1830 y designa al Doctor José María Vargas como Agente Confidencial de Venezuela en los Estados Unidos de América, a fin de estrechar las relaciones de paz y amistad entre ambas naciones. Después de la disolución de Colombia, entre 1830 y 1834, las relaciones consulares de Venezuela y los Estados Unidos son distantes y los Cónsules estadounidenses, John Williamson y Franklin Litchfield, en La Guaira y Puerto Cabello respectivamente, se quejan ante su país del trato discriminatorio que Venezuela daba a sus navíos en contraste con el preferencial recibido por los ingleses. En virtud de ello, en julio de 1834, el Consejo de Gobierno de Venezuela conviene en nombrar a José María Vargas para que, en calidad de Agente Confidencial, indague la disposición del gobierno de los Estados Unidos, y sean establecidas por primera vez las relaciones directas en el ámbito diplomático, existentes entre la Unión Colombiana y los Estados Unidos de América, subsanar las relaciones consulares y solucionar las dificultades del comercio. Al año siguiente, en junio de 1835, se efectuó la ceremonia de recibimiento del primer representante diplomático de los Estados Unidos de América en Venezuela. 

Posición de Gran Bretaña. 1825


Gran Bretaña actuó según sus intereses comerciales y mercantiles. Canning aseguraba que América Latina tenía que ser incorporada a la familia de naciones y el comercio británico tendría un campo ilimitado. Sin embargo, el reconocimiento de los Estados Hispanoamericanos, era lo último que Canning quería. Su política era intercontinental; su objetivo era destruir a la Santa Alianza y la mejor manera de lograrlo consistía en dejar que el Concierto tratara de intervenir en América Latina.

En el Congreso de Verona de 1822, la Santa Alianza acuerda no favorecer movimientos liberales y oponerse a ellos, Gran Bretaña mantiene una postura de defensa del comercio de ultramar. Criticaba las actuaciones de España por ser contradictorias, pues en el continente europeo luchaba por su independencia y en el americano reprimía los movimientos emancipadores de sus colonias.

A pesar de esto, Gran Bretaña promete defender a España y hacer el papel de mediador si España le otorgaba concesiones o permitía el libre comercio con sus colonias.

Gran Bretaña había evitado la intervención de la Santa Alianza en América con el memorándum Polignac (acuerdo al que había llegado con Francia). EEUU se había aprovechado de la situación ganándose puntos a los ojos de las nuevas repúblicas.


El rey acepta la proposición de Canning de aceptar el reconocimiento de los Estados Hispanoamericanos y Gran Bretaña reconoce oficialmente a la Gran Colombia en enero de 1825 y en abril ambas celebran un Tratado de Paz, Amistad, Comercio y Navegación. Para 1834, Venezuela y Gran Bretaña ya habían formalizado sus relaciones diplomáticas a tal punto de que el Embajador Mariano Montilla realizó gestiones ante Su Majestad Británica para que intercediera ante España con el fin de buscar la regularización de relaciones entre la Venezuela republicana y España. En el mismo año 1834, Venezuela y Gran Bretaña firman un Tratado de Amistad, Comercio y Navegación. Posición de Francia en cuanto al reconocimiento de la Gran Colombia 1830. Tratado con la República de Venezuela en 1843

Desde el inicio de la revolución de las colonias españolas, Francia buscó favorecer la causa. Los gobiernos de Francia siempre siguieron el movimiento emancipador dependiendo del gobierno del cual se tratara.

Cuando José Bonaparte llega al trono español (1808), reúne en Bayona una junta compuesta de representantes de España y de sus colonias para formular una Constitución que acordase a las colonias su representación permanente ante el Gobierno y diputados en las Cortes. Los representantes de América eran Francisco Antonio Zea (Guatemala) y Sánchez de Tejada (Santa Fe de Bogotá), José Ipólito Odoardo y Grand Pré (Venezuela). En 1809, Napoleón no se opone a la independencia de las naciones americanas. En 1813, Fajardo y Delpech solicitan armas para la causa independentista. Napoleón acepta la solicitud y da órdenes de que se llevasen a Cartagena de Indias, pero el Emperador marchó hacia el Rin y desvió su atención de Suramérica.

Tras la caída de Napoleón, Rusia y los Estados Alemanes no querían involucrarse en la contienda de España y sus colonias. La única opción favorable fue la del príncipe Carlos Juan de Suecia.

De acuerdo con Zea y José María Leal, Fajardo hizo gestiones para que los oficiales franceses molestos por la restauración de los Borbones, se trasladasen a América a servirle a otro Gobierno, pero el plan fue descubierto. Luis XVIII hace jurar a unos franceses que se dirigían a las Antillas, que no apoyarían ningún movimiento. Según Fajardo, solamente Suecia, Dinamarca y Nápoles podrían favorecer a la causa de América.


Por qué Francia no reconoció la soberanía de Colombia al mismo tiempo que lo hicieron EEUU (1823) y GB (1825)? Luis XVIII se preocupó por asegurar la restauración de la monarquía borbónica y ejercer un control efectivo sobre su nación. Para esto no debía entrar en conflicto ni con España ni con la Santa Alianza. Carlos X (1824-1830) se vio ligado con Fernando VII por el “pacto de familia” y sin embargo, el gobierno francés le seguía aconsejando a España que mantuviera la paz con las colonias que ya se habían constituido en Estados Independientes. Por otra parte, el gobierno francés pensaba todavía en la posibilidad de remplazar en América antes española, el sistema republicano con el monárquico europeo. En 1822, Chateubriand trató de negociar con Canning la formación de reinos independientes pero Canning prefería príncipes de la casa real española. Esto estaba destinado al fracaso. Con motivo de la muerte de Canning (1827) Chateubriand expresa: “las colonias españolas independientes de la madre patria, formadas en grandes monarquías representativas habrían completado su educación política al abrigo de las tempestades que pueden todavía agitar a las repúblicas nacientes; un pueblo que sale repentinamente de la esclavitud precipitándose en la libertad, puede caer en la anarquía, y la anarquía crea casi siempre despotismo”. 

En 1826, Francia acredita en Bogotá un “agente superior de comercio” a quien el gobierno colombiano reconoce en seguida el carácter consular. El Gabinete de París (1828) no creía oportuno “escoger el momento en que las plazas más importantes de España se hallaban en poder de las tropas francesas (España estaba ocupada por Francia), para reconocer la independencia de Estados que no hacía mucho tiempo se encontraban bajo la autoridad de Su Majestad Católica. En abril de 1829, llega a Bogotá un “Comisionado” (Buchet-Martigny) del Rey de Francia con las atribuciones de un agente diplomático aunque sin el titulo de tal. Para ese mismo año en París, está Leandro Palacios como Cónsul General de Colombia. Carlos X es derrocado por una revolución y sube al trono Luis Felipe. El Ministro de Negocios Extranjeros, Molé, le propone al nuevo Rey el reconocimiento de las nuevas repúblicas y Luis Felipe lo ordena de inmediato (Luis Felipe era firme defensor de la revolución Francesa. Fue una monarquía constitucional mientras duró). El 30 de diciembre de 1830, el Ministro Molé participa al Cónsul General Leandro Palacios que “reconociendo en principio la independencia de Colombia, el gobierno francés está dispuesto a concluir con ella un tratado de amistad, comercio y navegación”. Disuelta ya la Unión Colombiana, no se firmará el tratado sino hasta 1843 con la república de Venezuela siendo que ésta había sido reconocida como República independiente. 


 Misión de Francisco Antonio Zea (1819-1822) :

La nueva república de Colombia (1819) necesitaba el reconocimiento de los gobiernos extranjeros y conseguir un empréstito para “cubrir las deudas de la guerra, fomentar la agricultura y el adelanto material del país en su etapa inicial de organización y consolidación”. Zea fue elegido para la misión de representar a Colombia ante los gobiernos de EEUU, GB, Fr, Holanda, Rusia, Alemania, Suecia y el Vaticano en 1819. Los poderes otorgados a Zea, lo facultaron para designar diplomáticos residentes o extraordinarios en las naciones que dieran el reconocimiento de la independencia de Colombia; y la contratación de un empréstito que no excediera de 5.000.000 de libras esterlinas para cubrir las necesidades de la nueva república de Colombia. La misión tuvo dificultades en sus gestiones diplomáticas en la Gran Bretaña porque a su llegada fue asediado por numerosos acreedores de Colombia quienes reclamaron el pago de las deudas contraídas por la obtención de materiales de guerra, barcos para la Armada y organización de la Legión Británica. 

En un ambiente poco favorable para solicitar ayuda financiera, Zea realizó gestiones para nuevos empréstitos que fueron desaprobados por el gobierno por sus condiciones desventajosas debido a los altos intereses y al descuento inicial del 20%. Esta elección resultó ser desacertada ya que Zea mostró como diplomático defectos como lo eran la indiscreción y candidez. Entre las instrucciones que se le dieron a Zea estaba la de solicitar del Santo Padre el nombramiento de un nuncio o delegado extraordinario provisto de amplias facultades, que pudiera poner el oportuno remedio. La circular que envió requiriendo el reconocimiento de la nueva república fue tan inexacta que nadie le contestó. El vaticano temía las protestas de la católica España si entraba en relaciones directas y oficiales con las antiguas colonias. Con la Santa Sede, las relaciones diplomáticas se establecieron lentamente por la situación en cómo se produjo la Independencia y sobre todo por las posibles protestas de la defensora de la Iglesia Católica en Europa, España. Su misión no tuvo los resultados esperados. Viajó a Madrid y presentó una proposición ante el gobierno para establecer una comunidad Hispánica de Naciones con la participación de España, pero su plan también se vio frustrado con la noticia del triunfo de Bolívar en Carabobo. Zea regresó a París para realizar gestiones de otro tipo, como la organización de la misión científica.

Establecimiento formal de relaciones diplomáticas de Venezuela a partir de 1831.

. 1831, Francia
. 1831, Holanda
. 1834, Inglaterra
. 1835, EEUU

Tratados de amistad, comercio y navegación (permitían el acceso de los productos de exportación venezolano en los mercados mundiales)


. 1834, Inglaterra
. 1837, Ciudades Hanseáticas
. 1838, Dinamarca
. 1840, Suecia y Noruega
. 1843, Francia
. 1858, Bélgica
. 1860, EEUU
. 1862, Italia


Posición de España:

Durante el período de la Gran Colombia, España se encuentra en un proceso de división interna producto de la Insurrección de Riego de 1820 que obligaba al Rey Fernando VII a transformar el sistema político en una monarquía constitucional, producto de la alternabilidad entre tradicionalistas y liberales. Para este momento la Gran Colombia buscando reconocimiento por los otros Estados, le realiza un Bloqueo comercial a España donde no se permitía que los buques comerciales atracaran en puertos colombianos, lo que le permitía posicionarse en los mercados americanos a Estados Unidos y a Inglaterra. Este hecho, entre otros, hacía que España no le diera el reconocimiento a esta República. El gobierno de España le da poca importancia a las negociaciones del reconocimiento sugeridas por Venezuela. Posterior al ascenso de Isabel II al trono, se entablan las negociaciones en 1836 que tienen como antecedentes el trabajo diplomático de Carlos Soublette, que consistió en el reconocimiento de la Independencia y las indemnizaciones mediante las cuales Venezuela emite como suyas las deudas que el gobierno español había contraído en Venezuela mientras mantuvo el territorio bajo su jurisdicción. 

Para España, reconocer que sus antiguas colonias se habían convertido en Estados, implicaba aceptar el fin de su imperio y por lo tanto un cambio absoluto en su posición en Europa. Reconoce a la República de Venezuela en 1836 y firman un tratado de paz y reconocimiento en 1845. En los artículos del Tratado, España, sus herederos y sucesores renuncian a la soberanía, derechos y acciones que le corresponderían y reconoce como nación libre e independiente a Venezuela. España, como lo explicamos anteriormente, estaba tan renuente al reconocimiento ya que éste significaba el fin de su imperio.

Posición de los países pertenecientes a la Santa Alianza: 


Los mismos principios en lo que se basa la creación de la Santa Alinza, no permitían que esta ni los países que la conformaban reconocieran los movimientos emancipadores americanos y mucho menos la posibilidad de aceptarlos como estados libres e independientes bajo gobiernos republicanos.

Al España reconocer a Venezuela como Estado independiente, la Santa Alianza en consenso establece relaciones comerciales y diplomáticas con la misma en 1836. El presidente José Antonio Páez envía a diversas misiones diplomáticas a los Estados integrados por la Santa Alianza para lograr el tratado de paz entre estos Estados.

Dificultades asociadas a los inicios de la República de Venezuela desde el punto de vista de su inserción internacional.


Luego de la disolución de la Gran Colombia en 1830, ocurre la conformación de un nuevo estado-nación, presidido por José Antonio Páez, en su carácter de jéfe civil y militar de Venezuela, toma una posición de buscar la consolidación de la estructura interna y su imágen externa, que sería el reconocimiento de la República de Venezuela.

A pesar de la disolución de la Gran Colombia, Venezuela tomó y asumió aquellos tratados celebrados con Colombia, Mexico (1823), Estados Unidos (1824), Centroamérica (1825), Gran Bretaña (1825), Holanda (1829) y los pactos derivados del Congreso de Panamá. Asi mismo, en el contexto internacional encontramos una Europa devastada por los movimientos revolucionarios reactivando la Santa Alianza. Sin embargo, Venezuela tiene como objetivo, encontrar ventajas comerciales con los Estados Americanos.

Ubicamos como causa principal las posibles amenazas de invasión que podían organizarse en la vecina Nueva Granada (Colombia) con el propósito de frustrar los planes separatistas. Esta duda genera mas inquietudes el 22 de enero de 1830 a través de la declaración del Congreso Granadino donde ratifican la indosibilidad de la unión con los demás estados de la Gran Colombia (Colombia, Venezuela y Ecuador).

Luego de este contexto, Venezuela, a través de su canciller Santos Michelena dirige al gobierno de Bogotá una nota el 27 de febrero de 1830 detallando las características del Manifiesto de Caracas , alegando que es unánime del pueblo venezolano. Sin embargo, la realidad de esta comunicación tenía como estrategia persuadir al gobierno granadino de cualquier represalia contra la administración de paz en Venezuela, lo que traería como consecuencia una guerra total con el país.

Electo Páez como presidente de la República el 24 de marzo de 1831, el gobierno trata de encontrar la manera de resolver pacíficamente las diferencias con la Nueva Granada.

La creciente lista de reclamaciones, la presión comercial y el temor de la competencia económica con las potencias europeas en el país, son las razones que motivaron al presidente Jackson de Estados Unidos a reconocer a la nueva República de Venezuela en 1834. El elemento central de la diplomacia norteamericana para las reclamaciones diplomáticas contra el Tesoro Nacional, en donde el gobierno estadounidense les dará la orden a los cónsules de La Guaira y Puerto Cabello sobre los requerimientos del Departamento de Estado Norteamericano para enviar los buques de guerra a nuestras costas en respaldo de su demanda. Existiendo aquí el modelo de negociación de la amenaza y abuso que se prolongará al resto del siglo. Sin embargo, en 1832, el cónsul de Estados Unidos reclama ante el ejecutivo la reparación en Puerto Cabello de daños y perjuicios ocasionados a los propietarios del bergantín angloamericano “Morris”, capturado por el corsario colombiano María Isabel en 1825, exigiendo el pago inmediato de 51 mil pesos fuertes por este concepto. 

En 1833 se despeja el panorama con colombia y las relaciones de Venezuela con Europa se situarían en una importancia de primer orden (estrategia que utilizaría la administración de Páez para ganarse el reconocimiento de las potencias extranjeras). Francia e Inglaterra por su influencia en el escenario político internacional facilitarán el reconocimiento español de la Nueva República. El 14 de mayo se iniciarán las negociaciones para un tratado de amistad y comercio que normalicen y regulen las relaciones diplomáticas con la nación francesa.

Con Inglaterra antes de 1833 se habían realizado algunas gestiones para mediar con la potencia en un arreglo amistoso en las tres secciones de Colombia en relación a los compromisos internacionales contraídos por la unión. En 1834 es que Venezuela adquiere un carácter oficial de relaciones con Holanda, se formalizarán por parte de Venezuela el 15 de junio de 1831 cuando se aprobó y se asumió el tratado firmado el 10 de mayo de 1829 entre Colombia y el Reino Unido de los Países Bajos.

La orientación de la nueva nación ya reconocida

Venezuela queria establecer relaciones comerciales con la antigua metropoli (España) para expandir su política hacia Europa, en Caracas el 11 de marzo de 1833 se suscribe con Francia la convención de comercio y navegación, por la que se reconocía la nueva República (Venezuela), es aquí cuando el gobierno decide gestionar directamente en las Cortes Europeas su reconocimiento hacia el Frente Europeo (La Europa Mercantil)

El caso particular de España: Con la muerte del Rey Español Fernando VII, se frustran las aspiraciones del diplomático venezolano Fortique de iniciar las gestiones del reconocimiento español y estrechar vinculos con Gran Bretaña y Montilla es enviado para que inicie negociaciones por parte de Venezuela con el Ministro Británico Lord Palmerston y con el representante español en Londres, donde Palmerston promete la mediación inglesa ante España a cambio de renovar el antiguo Tratado de Comercio y Navegación de 1825, suscrito con la Gran Colombia.

El 29 de octubre de 1834 Montilla (Venezuela) suscribe con Palmerston (Inglaterra) la convención por la cual Inglaterra reconoce nuestra independencia política y Venezuela ratifica el Tratado de 1825. Es aquí cuando la crisis española y la rivalidad franco-británica, permitirá a las antiguas colonias españolas de América adelantar sus negociaciones para obtener el reconocimiento de su antigua metrópoli.

Caso especial con España:


La negociación con España que adelanta en Madrid el General Carlos Soublette ante el Ministro. Francisco Martínez de la Rosa, donde nuestro representante presentará un proyecto de reconocimiento que incluya: 1) El reconocimiento de España. a la República de Venezuela como Estado libre, soberano e independiente y como tal trata y negocia con ella, abandonando toda pretensión sobre nuestro país, su gobierno, propiedad y derechos territoriales.

2) Firme y perpetua paz y sincera amistad entre su Majestad Católica y la República de Venezuela en toda la extensión de las posesione y territorio de ambas potencias y entre los súbditos de dicha Majestad y los ciudadano de dicha República.

3) Ambos países convienen en ajusta, y concluir con menor dilación posible un Tratado de comercio y navegación fundado solo en principios de equidad y reciprocidad.

4) Ambas naciones se obligan a concederse mutuamente los mismos privilegios y ventajas mercantiles que se han concedido o se concederá a la nación más favorecida.

La propuesta fue rechazada por el Gabinete español que insistió en la necesidad de que Venezuela reconociese la deuda española antes de la independencia y de las indemnizaciones de los súbditos a quienes les fueron confiscados sus bienes y su devolución, amén de ventajas comerciales para la península.
 

Las gestiones de Soublette continuarán hasta finales de diciembre de 1836 ante el Gabinete de Mendizábal, sin llegar a ningún acuerdo importante.

Culminando la negociación el 30 de marzo de 1845 cuando España reconocería a la República de Venezuela oficialmente. Firmándose el tratado a continuación. En el Tratado de Paz y Amistad que firma la reina de España. Mediante el cual, la metrópoli reconocía que el territorio venezolano era el que tenía la Capitanía General en el año de 1810, incluyendo allí la Provincia de Guayana, que limitaba al este con el río Esequibo.

Link directo:

http://www.anhvenezuela.org/admin/Biblioteca/Textos%20Historicos%20de%20Venezuela/Reconocimiento%20de%20la%20Independencia%20por%20Espana%20%20(1845).pdf

Dificultades asociadas a los inicios de la República de Venezuela, desde el punto de vista de su inserción internacional.


La República de Venezuela, ahora separada de Colombia y Ecuador, busca su organización e inserción internacional mientras se superan los problemas inherentes a esa separación. Para Venezuela este reconocimiento internacional suponía dos objetivos, en lo político, para defenderse de cualquier pretensión de ocupación o usurpación de esta nueva nación y en lo económico, para la obtención de ingresos para la emergente república.

En este sentido, rápidamente se establecieron relaciones diplomáticas con Francia y Holanda en 1831, con Inglaterra en 1834 y con los Estados Unidos en 1835. El establecimiento de relaciones con España fue más complejo y fue tan solo en 1845 que estas se pudieron concretar satisfactoriamente.

Por otro lado se establecieron varios tratados de amistad, comercio y navegación con diversos países como Gran-Bretaña 1834, Holanda 1837, Dinamarca 1838, Suecia y Noruega 1840, Francia 1843, Bélgica 1858, Estados Unidos 1860 e Italia 1861.


Las Relaciones con la Santa Sede fueron muy tensas, con eliminación del arzobispado y expulsiones. La posición de Venezuela, sus gobiernos de carácter fuerte y la intransigencia del Vaticano en ceder prolongaron esta situación hasta que en 1964 se establece el concordato y empiezan a fluir bien las relaciones diplomáticas entre ambos Estados.

La nueva nación tuvo que enfrentar la consolidación y definición territorial, adaptarse a un sistema de relaciones internacionales dominado por el comercio insertarse en los mecanismos y procedimientos diplomáticos existentes. En este proceso de adaptación fueron muchos los errores que resultaron en inúmeras reclamaciones internacionales en contra de Venezuela.

1834 - El 3 de enero de 1834, se firma el Tratado de Amistad, Comercio y Navegación con Francia.

El 17 de marzo, se destinan partidas para sufragar gastos de la inmigración canaria.

El 5 de abril, se abre un anticipo de 40.000 pesos para los empresarios del primer camino carretero proyectado en el país.

El 10 de abril, se sanciona la ley que deja en manos de los particulares la facultad de contratar libremente entre sí respecto a los remates de bienes así como a la fijación de intereses: un instrumento que, en esa oportunidad, operó favorablemente, junto a las condiciones creadas en el mercado exterior, impulsando la economía.

Bajaron los intereses y se resembraron algunas haciendas de café; otras fueron ampliadas y aumentó la exportación, así como también el contrabando.

El 10 de mayo, una ley habilitó para la importación y la exportación del comercio en general los puertos de Maracaibo, La Vela, Puerto Cabello, La Guaira, Barcelona, Cumaná, Carúpano y Angostura.

El 13 de mayo, fue aprobada una ley monetaria, que contenía una relación general de las monedas extranjeras admisibles en las oficinas de la República. A partir de 1830, la Hacienda Pública recibió un eficiente y pulcro manejo de los dineros del Estado, lo cual generó un superávit fiscal que permitió iniciar el pago regular de la deuda exterior.


José Rafael Otazo M.
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Profesor Universitario.
Miembro Correspondiente de la Academia de la Lengua, capitulo Carabobo.
Miembro de la Ilustre Sociedad Bolivariana de Venezuela.
Miembro de la Digna Sociedad Divulgadora de la Historia Militar de Venezuela.
Miembro de La Asociación de Escritores del Estado Carabobo.  
Investigador en la Asociación para el Fomento de los Estudios Históricos en Centroamérica.

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