miércoles, 10 de diciembre de 2014

Hablando de... Algunas impresiones sobre la abolición de la esclavitud.



Los argumentos para la abolición de la esclavitud vinieron del Nuevo Testamento, un texto que proporciona los principios universales del derecho natural para atacar a la esclavitud y defender la dignidad humano y el indiscutible valor de la persona humana.

Hacia finales del siglo XVIII empezó a surgir una oposición moral y política al comercio de esclavos. Varios grupos religiosos como cuáqueros, evangelistas, metodistas y católicos denuncian la esclavitud en nombre de la caridad cristiana y de la dignidad de la persona humana. En Gran Bretaña se funda la Sociedad para la Extinción del Comercio de Esclavos, mientras grupos de cuáqueros en Norte América ayudan a que la opinión pública conozca la verdad sobre el cruel tráfico de esclavos. Peticiones públicas, campañas de boicot y la difusión de materiales describiendo e ilustrando, las condiciones de vida de los esclavos a bordo de los barcos o trabajando en las plantaciones, son algunas de las acciones que estos grupos realizaron.

En 1688 Aphra Behn publica “Oroonoko”, o El Esclavo Real, la primera novela en que se discuten las buenas y malas costumbres en relación a los esclavos.

En 1707 el magistrado John Holt declara que: "Tan pronto como un negro pisa Inglaterra, se hace libre". Pero distintas disposiciones judiciales contradicen más tarde este primer intento inglés contra la esclavitud.

El capitan, historiador y escritor John Gabriel Stedman publica en 1794 un recuento de sus experiencias en Surinam, que se convirtió en un clásico de la literatura abolicionista. Stedman se incorporó con su brigada inglesa a las fuerzas holandesas para reprimir una revuelta de esclavos negros contra los dueños de las plantaciones de azúcar en la colonia holandesa de Surinam, en Suramérica. La colonia era conocida por el mal tratamiento que los dueños de las plantaciones infligían a los esclavos.
 
Cuando Stedman conoció de primera mano tales atrocidades escribió un testimonio con las prácticas inhumanas contra los esclavos. Al volevra Inglaterra en 1784, se decidió a denunciar el derramamiento de sangre de los negros africanos. Con el apoyo del editor Joseph Johnson publicó su Narración de una expedición de cinco años contra los negros rebeldes de Surinam, en Guayana, en la costa salvaje de Sudamérica. La obra estaba dividida en dos tomos, y tenía la apriencia de un libro de viajes, tan en boga en Gran Bretaña después de las expediciones del capitán Cook y trataba de aspectos geográficos, de historia natural, económicos y sociales. La obra fue ilustrada, en su mayoría por William Blake a partir de los dibujos de Stedman. En ellos se reflejaba los suplicios infligidos a los negros. Esta obra y sus grabados causaron gran escándalo y sirvieron de apoyo a las campañas antiesclavistas en Gran Bretaña.

Gran influencia ejercerá el inglés Thomas Clarkson (1760-1846) sobre la sociedad de su época sensibilizando a esta del trato inhumano que se ejercía sobre los esclavos negros, e iniciando el movimiento abolicionista inglés.

Thomas Clarkson tenía unas fuertes convicciones religiosas y además se dedicaba a la política, por lo que empleó toda su influencia para luchar contra un sistema que iba contra los principios evangélicos. Durante siete años recorrió más de 35.000 millas a caballo recopilando testimonios de esclavos y dando a conocer por Inglaterra los horrores del esclavismo. En 1787 funda en Londres la British Antislavery Society

Gran divulgador recogió elementos de tortura que empleaban los plantadores para la sumisión de los esclavos en las colonias: Cepos, grilletes, etc. Pero lo que quizás causó más impacto en sus coetáneos fue el croquis que recogió de un barco negrero en el que se indicaba la capacidad de este para transportar por el océano de manera hacinada y claramente inhumana a los pobres esclavos.

A Clarkson se le reconoce como el iniciador del boicot moderno, ya que logró apelar a la conciencia de los individuos añadiendo en los envases de productos como el cacao o el azúcar la leyenda “no hecho por esclavos”. De esta manera trataba de conseguir que disminuyera la demanda de productos obtenidos bajo trabajo forzado y así facilitar el camino para lograr la abolición total de la esclavitud. 
 
Continuador del trabajo de Clarkson en la lucha por el abolicionismo fue el también inglés William Wilberforce (1759-1833). Miembro del Parlamento inglés por Hull, un concurrido puerto esclavista de Yorkshire conocía de primera mano los horrores del tráfico de hombres. Hijo de un próspero comerciante, el joven Wilberforce llevaba el estilo de vida hedonista de un estudiante universitario en Cambridge, dedicado a la bebida y a las apuestas. A los 21 años de edad ingresa en el Parlamento aburrido del negocio de su padre, pero cinco años después experimenta una profunda conversión religiosa que lo llevó a cambiar de estilo de vida y a dedicar sus fuerzas a liberar a los esclavos. Junto a otros cristianos humanitarios empezó en 1784 una campaña contra el comercio de esclavos. Sus amigos lo abandonaron, sufrió ataques físicos en las calles y su vida tuvo precio, hasta el punto de que unos asesinos estuvieron a punto de acabar con su vida. Pero Wilberforce no se resignó y siguió luchando. En 1791 presenta un proyecto de ley en el parlamento con la intención de abolir el comercio de esclavos, pero fracasó por un amplio margen. Fue entonces cuando recibió el apoyo de John Wesley, el octogenario líder del reavivamiento. En una carta escrita una semana antes de morir, Wesley escribió:

“A menos que Dios lo haya llamado justamente para esto, terminará agotado ante la oposición de hombres y demonios. Pero si Dios está de su lado, ¿quién podría con usted? ¿Son, todos ellos juntos, más fuertes que Dios? Oh, no se canse de hacer el bien. Siga adelante en nombre de Dios y en el poder de su potencia, hasta que aún la esclavitud en Norteamérica –la cosa más vil que haya visto yo bajo el Sol– se esfume. Que la guía divina que desde su juventud Dios le proporciona continúe fortaleciéndolo en esta y todas las cosas, es la oración, estimado señor, de este atento siervo”.John Wesley

En 1807, Wilberforce publicó A letter on the Abolition of the Slave Trade justo la víspera de la importante votación en la que, por abrumadora mayoría se prohibió el comercio de seres humanos en todo el Imperio Británico. Un año después el comercio de esclavos es abolido en los Estados Unidos y en 1815, las principales potencias europeas reunidas en el Congreso de Viena acuerdan terminar con el tráfico en todas sus colonias. El comercio de esclavos se había prohibido, pero no así el trabajo esclavo. En 1823, “el político de Dios” como era conocido Wilberforce entre sus contemporáneos, inició una campaña de diez años para terminar por completo con la esclavitud. Publicó su obra Appeal to the Religion, Justice and Humanity of the Inhabitants of the British Empire in Behalf of the Negro Slaves in the West Indies, en la cual sostenía que la emancipación total e incondicional era un “deber ante Dios” de carácter moral y ético.

En 1831 se produce en Jamaica la revuelta más importante en territorio Británico protagonizada por 20.000 esclavos que quemaron más de 100 plantaciones. Este hecho convenció al gobierno británico de la imposibilidad de mantener el sistema esclavista forzando a la abolición. La noche en que Wilberforce murió, en 1833, la Cámara de los Comunes vota La Cláusula de Emancipación que abolió la esclavitud en todas las colonias inglesas del mundo.
 
 

José Rafael Otazo M.
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Profesor Universitario. 
 
Miembro Correspondiente de la Academia de la Lengua, capitulo Carabobo.
Miembro de la Ilustre Sociedad Bolivariana de Venezuela.
Miembro de la Digna Sociedad Divulgadora de la Historia Militar de Venezuela.
Miembro de La Asociación de Escritores del Estado Carabobo.
Investigador en la Asociación para el Fomento de los Estudios Históricos en Centroamérica

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