martes, 3 de septiembre de 2013

Pido la palabra...La saga de las mujeres en el Gran Oriente de Francia.

Por Iván Herrera Michel
         
"La verdad sea dicha: a los franceses solo los entienden, los otros franceses"
       
En mi caso personal, tuve la oportunidad de tener un tío abuelo, Gabriel Michel, que siendo hijo de palestinos, había nacido, crecido y estudiado en París.  Un verdadero trotamundos - orgulloso hasta su muerte de un enredado parentesco con Louise Michel - cuyas charlas dominicales en la década de los 60s y 70s eran lo más cercano al Internet que yo podía encontrar.  
           
Con él comprendí, que los franceses son un pueblo liberal que posee consistentes referentes conservadores.
         
Y aunque este contrasentido, constituye una noción muy difícil de entender para alguien como yo, nacido, crecido y educado a orillas del Caribe, es precisamente el marco didáctico a partir del cual suelo aproximarme al centenario tema de la saga de la mujer en el Gran Oriente de Francia.
             
Un caso representativo de ello, es el siguiente:
          
El 17 de agosto de 1963 un Masón catalán de tan solo 29 años de edad, que había crecido como refugiado en Grenoble, y era miembro de una Logia del Gran Oriente de Francia allí, fue ejecutado mediante el Garrote Vil en la madrileña Cárcel de Carabanchel. 
               
El franquismo lo acusó de haber puesto unas bombas tres semanas antes en la Sección de Pasaportes de la Dirección General de Seguridad y en la Delegación Nacional de Sindicatos, en Madrid, que provocaron más de veinte heridos.  En esos momentos se desempeñaba como Secretario del Frente Ibérico de Jóvenes Libertarios de Grenoble, y era un  entusiasta miembro del Consejo Ibérico de Liberación.  En consecuencia, la prensa española lo llamó “terrorista” y años después, el Tribunal Supremo de España negó a sus familiares la revisión del caso.
                 
Al poco tiempo de su muerte, y en honor a su memoria, unos Masones levantaron las Columnas de la “Logia Iroise Joachim Delgado”, jurisdiccionada al Gran Oriente de Francia, que adquirió celebridad en 1969 al ser disuelta e irradiadas sus dignidades como resultado de haber Iniciado a una mujer en su Templo de Grenoble.
               
Una disposición radical, que en principio no se esperaría del principal referente liberal del mundo, que además afirma sin temblarle el pulso, como parte integral de su propuesta Masónica, que: “La Francmasonería, institución esencialmente filantrópica, filosófica y progresiva, tiene por objeto la búsqueda de la verdad, el estudio de la moral y la práctica de la solidaridad. Trabaja por la mejora material, ética, y el perfeccionamiento intelectual y social de la humanidad.”
                 
Sin embargo, no fue esta drástica reacción un hecho aislado, fruto de las coyunturas de la época o del sesgo personal de unos funcionarios.  Muy por el contrario, se trataba para 1969 de la ratificación de una política institucional instalada muy consistentemente desde hacía un siglo en el seno del Gran Oriente de Francia. 
             
Ni siquiera, Grandes Maestros de la talla y el peso ideológico e histórico del teólogo Frédéric
Frederic Desmons
Desmons y el reconstructor Arthur Groussier (cada uno con cinco mandatos a cuestas), se ocuparon de ofrecer a la mujer la Iniciación Masónica.  Tampoco lo hizo el intelectual trotskista Fred Zeller en su paso por la Gran Maestría.
             
Aunque, en aras de la justicia, a Desmond hay que abonarle que inicialmente defendió con notorio énfasis la Iniciación de las mujeres en las Logias del Gran Oriente de Francia, para luego abandonar la idea, y finalmente pasar a la historia vinculado con la controvertida decisión de 1877 sobre el Gran Arquitecto del Universo.  Medida que, dicho sea de paso, no era ninguna novedad en la Masonería, puesto que ya la habían adoptado algunos años antes los Grandes Orientes de Bélgica e Italia, y Grandes Logias de Buenos Aires, Hungría y México.  Pero los franceses se llevaron los aplausos y las peloteras.  Y en esas estamos todavía.
            
Igualmente, debe abonarse que Fred Zeller, siendo Gran Maestro del Gran Oriente de Francia, otorgó a la Gran Logia Femenina de Francia en 1973 Carta Patente del Rito Francés, para facilitarle a la Hermanas una práctica alternativa al Rito Escocés Antiguo y Aceptado que venían practicando desde su creación en la segunda postguerra mundial.
           
Así son los franceses. 
           
Jacques Mitterrand
A pesar de lo anterior, la discusión interna sobre la autorización a las Logias para Iniciar mujeres se presentó regularmente desde 1869, con resultados siempre negativos.  Los debates se harían fuertes entre 1880 y 1930, al calor del republicanismo de la Tercera República Francesa, y en el camino surgirían dos vías alternas exógenas que si bien no disminuyeron la presión, si tuvieron la virtud de brindar una nueva razón para la negativa: 1) En 1893 nace la Orden Masónica Mixta Internacional “El Derecho Humano”, y 2) En 1901, la Gran Logia de Francia refunda las Logias de Adopción de donde surgirían medio siglo después la Gran Logia Femenina de Francia, que se precia de ser la raíz de las Grandes Logias femeninas actuales.
                  
Gracias al surgimiento de este nuevo paisaje Masónico francés, hasta el año 2010, medio Gran Oriente de Francia remitiría a las mujeres a estas y otras obediencias Masónicas mixtas y femeninas que fueron naciendo. 
               
Yo mismo, le escuché hace muy pocos años a un Gran Maestro del Gran Oriente de Francia que la mixidad en sus Logias redundaría negativamente en las relaciones con las otras Obediencias francesas de su amistad, a pesar de que recibían a las Hermanas de visita desde 1974, en que se aprobó bajo la Gran Maestría de Jean-Pierre Prouteau.  Pero eso no satisfacía ni el interés de la otra mitad de Hermanos, ni el deseo de las mujeres de practicar la Masonería con el perfil y los valores del Gran Oriente del hexágono.
             
La historia ha demostrado lo infundada que estaba de esta fraternal previsión.
               
Por otra parte, aunque los estatutos vigentes desde 1901 no imponían que el Gran Oriente de Francia fuera masculino, sus autoridades prohibieron administrativamente en 1910 a sus miembros formar parte de una Logia mixta, escenario enrevesado que se repitió, con alguna variante en el Convento del año 2009, cuando por una precaria mayoría de votos se definió que el Gran Oriente ni era masculino ni podía tener mujeres entre sus miembros. 
            
Así son los franceses.
            
COLOFÓN INESPERADO
         
Llegados en estas al siglo XXI, los acontecimientos se precipitaron en tan solo cuatro años, y lo que no pudo ser en más de un siglo tomó por sorpresa a todo el mundo. Para mayor estupor, la mixidad llegó desde las entrañas mismas del Gran Oriente de Francia, invocando sus valores más fuertes y en la forma más insospechada que alguien pudiera imaginar:
               
-       En el año 2007, un Hermano amaneció un día convertido en Hermana!!
              
En efecto, un Maestro Masón transexual que se había Iniciado quince años antes en la Logia parisina “L´Université Maçonnique”, asistió a su Taller como mujer sin las particularidades masculinas con las que había nacido y con todos los atributos físicos y civiles femeninos, gracias a unas costosas cirugías hechas en Tailandia y al reconocimiento de la República Francesa de su nueva condición sexual.
               
Pierre Lambicchi
Casi tres años después de idas y venidas entre la Cámara Suprema de Justicia Masónica, los Conventos y las sesiones del Consejo de la Orden, que comenzaron bajo el mandato de Jean-Michel Quillardet, el Gran Maestro Pierre Lambicchi, bajo el peso de los hechos, emitió un comunicado público fechado en París el 21 de enero de 2010, informando que:
                  
“El Gran Oriente de Francia ha oficializado el estado civil de uno de sus miembros, ahora una mujer, tras haber emprendido ésta un valiente proceso que dice mucho en su favor. La Justicia de la República le ha reconocido su nueva identidad y he pedido a los servicios administrativos de la Obediencia la regularización de esta situación específica. (…).
              
La iniciación es un proceso que, en la intimidad de cada ser, permite el desarrollo de la personalidad y su realización. La Francmasonería le ha permitido hacer esto realidad. La elección de todo francmasón, de toda francmasona, es respetable. Se pueden tener dudas pero cada uno, cada una, conoce la dificultad de vivir sus propias elecciones y encontrar su identidad.
                   
El Gran Oriente de Francia desea que ella continúe su vida masónica en armonía, con sabiduría y comprensión.
                
En cualquier caso, esta decisión administrativa no conlleva ninguna consecuencia sobre el debate relativo a la libertad de las Logias de iniciar mujeres o afiliar Hermanas en el seno del Gran Oriente de Francia. (…).”
                  
Olivia Chaumont
El nombre de la Hermana es Olivia Chaumont, y es además la primera Venerable Maestra y la primera Delegada a un Convento anual del Gran Oriente de Francia desde 1728.
                
Paralelamente, y de manera independiente, se desarrollaba un controvertido proceso en la misma Cámara Suprema de Justicia Masónica, contra la Logia Combat (París IV) por haber Iniciado una mujer el 24 de mayo de 2008, en el emblemático Templo  Arthur Groussier.  
                        
El Taller había solicitado sin éxito el permiso para la Iniciación femenina desde el año 2006, y cansados de esperar decidieron llevarla a cabo bajo el Mallete del Venerable Maestro Jean Jacques Mitterrand, hijo del dos veces Gran Maestro del Gran Oriente de Francia Jacques Mitterrand (1962 - 1964 y 1969 – 1971) a quien le tocó disponer (Oh sorpresa!), en su segundo ejercicio, la disolución de la “Logia Iroise Joachim Delgado”. 
                
El ejemplo fue imitado el 3 de junio del mismo año por otras cuatro Logias: La Escalera Humana, La Línea Recta, Prairial y Saint Just 1793.  La razón que se invocó siempre fue la misma: La Constitución del Gran Oriente de Francia no distingue géneros.  
                 
Y entonces, ardió Troya. Se calificó a las Iniciaciones como inaceptables vías de hecho, en virtud de que los defensores de la iniciativa solo habían alcanzados en los Conventos del año 2008 un 49% de los votos, y en el de 2009, un 44%.  A pesar de que en 2006 estuvieron a solo seis de triunfar.  
                 
Finalmente, el 2 de septiembre de 2010, el 146avo. Convento del Gran Oriente de Francia reunido en Vichy aprobó la Iniciación de mujeres y la afiliación de Masonas en sus Logias, y hoy, entre sus 53.000 miembros, cuentan con 1.200 Hermanas y 500 solicitudes están en trámite de ingreso.
                     
Bien afiliadas y bien iniciadas”, afirmó recientemente el Gran Maestro José Gulino a la revista institucional "Humanisme".
   
Así son los franceses.

1 comentario:

  1. Como siempre otro excelente trabajo de Ivan Herrera Michel. Es redundar en la excelencia.

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