miércoles, 5 de junio de 2013

Talento Masoníco...¿Alguna vez leíste Los 7 hábitos de Stephen R. Covey ?


 

Es muy interesante ver que estos 7 hábitos los aplica a todos los ámbitos de la vida: empresas, familias, adolescencia, niñez, etc. Ha desarrollado una gran cantidad de libros únicamente basado en estos hábitos. Yo misma he tratado de aplicarlos en mi vida y he de decir que en verdad funcionan. Vale la pena revisarlos un poco, ya sea que los tomes al pie de la letra o que los vayas integrando a tu propia cultura, dan resultados positivos.



¿Qué resultados? Covey plantea 3 propósitos: Una visión clara de nuestro destino, un plan de vuelo para llegar a él, una brújula para saber donde andamos (retroalimentación).

Desde mi punto de vista el resultado más importante es poder vivir cada día de nuestras vidas con tranquilidad y por lo tanto, relajados y felices sabiendo que todo está bien. No porque no vayan a presentarse contratiempos sino porque también ellos están contemplados en el plan de vuelo.

Los 7 hábitos son los siguientes. Acuérdate que un hábito es algo que se puede adquirir, dicen los que saben de esto que con 21 días seguidos de hacer algo se vuelve un hábito, así que adelante, manos a la obra.

Hábito 1: Ser proactivo, tener la habilidad de actuar en base a principios y valores más que solamente reaccionar con base en la emoción o las circunstancias. 

Todo el día, todos los días estamos expuestos a estímulos ya sean internos o externos que disparan ciertas respuestas en nosotros. Las respuestas que hemos dado hasta hoy han sido resultado de nuestras creencias, dadas por la vida en una cierta cultura familiar y social.

Entre un cierto estímulo y la respuesta que damos, siempre existe un pequeño lapso de tiempo, tal vez segundos, en el que podemos ser capaces de cambiar esa respuesta aprendida y usar otra mucho más asertiva, más en concordancia con quien soy hoy y con los valores que quiero para mí, para mi familia, para mi empresa, para mi país, etc.

Es decir, puedo usar el botón de pausa (respiración profunda) y actuar diferente, ¿o igual? Empiezo a hacer análisis de mis respuestas y empiezo a darme cuenta de si me han servido o no, o que tal vez puedo hacerlo mejor.

Ser proactivo también incluye prever las situaciones que aparecerán en el día. En realidad no es tan difícil puesto que somos seres con rutinas y usamos las mismas palabras día tras día. (¿Cómo te fue?, bien, mmmh, ¿ya está la cena?, tengo hambre, ¿ya llego tu hija?, siempre es lo mismo con ella, seguramente no ha hecho la tarea,…)

Ser proactivo sería incluir ciertas pautas a nuestro día: escuchar nuestro propio lenguaje, crear una cuenta de banco afectivo para cada una de nuestras relaciones (depósitos y retiros de buenos momentos), ser amable, saber disculparse, no juzgar, no criticar, cumplir las promesas, perdonar.

¿Estoy asumiendo responsabilidad por mis actos y por mis emociones?

¿Estoy siendo consciente de mis creencias?

¿Estoy usando el botón de pausa (respiración profunda)?

Habito 2: Comenzar con el fin en la mente. Crear una visión clara y obligatoria del propósito que tiene su empresa, su familia, su vida, etc.

¿En realidad sabemos hacia dónde vamos?, ¿sabemos que queremos? Por lo general la vida nos va llevando desde que somos muy pequeños. Los adultos nos dicen que hacer y qué no hacer, nos dicen que aprender, que estudiar, donde, como, etc. Cuando somos capaces de tomar decisiones, nuestra mente ya está llena de creencias y por lo tanto tomamos esas decisiones en base a lo que nos inculcaron.

Vuelvo a hacerte la pregunta, ¿sabes a dónde vas?, ahora que probablemente seas jefe de una empresa, de una familia, de una mascota, de un árbol, de lo que sea, ¿en realidad sabes a donde se dirigen?

Este hábito está encaminado a que desarrolles un párrafo escrito con la misión de tu vida, de la de tu familia, de la de tu empresa, etc. Lo primero que habrá que hacer es un análisis de tus valores y creencias, jerarquizarlos. Invitar a las personas cercanas a ti a que hagan lo mismo, de tal manera que puedan llegar a una misión común. Te has percatado, por ejemplo, que tu esposa y tú vienen de familias con creencias totalmente diferentes. Ninguno es mejor o peor por ello, solamente son diferentes, ahora que se forma una nueva familia habrá que decidir qué se toma de cada familia y que no y así lograr tener una cultura familiar mejor y más sana.

Como parte del proceso de desarrollo de este hábito será necesario llevar a cabo varias “juntas de trabajo”. Lo pongo entre comillas porque en las empresas esto es muy obvio, sin embargo en las familias esto no sucede y déjame decirte que es increíblemente retador y positivo hacerlas en casa. Estas “juntas de trabajo” deben tener un ambiente de total respeto, un lugar donde todos somos iguales y en donde será necesario que todos expresen sus reflexiones sin posibilidad de ser juzgados. Aquí no hay nada bueno ni nada malo, son solamente diferentes formas de ver las cosas.

Finalmente la misión se dará en base a la jerarquía de valores que logremos tener como comunidad (empresa, familia, etc.)

Dos últimos comentarios acerca de la misión: la misión puede ir cambiando con el tiempo, no es estática; la misión nos servirá como punto de referencia para saber si vamos por buen camino o no, de aquí parte la retroalimentación.

¿Cuál es mi fin en la mente?

¿Cómo me ayudaría un enunciado de misión personal?

¿Cómo me ayudaría un enunciado de misión familiar?

Hábito 3: Poner primero lo primero.

Si desarrollaste el hábito 2 a conciencia, sabrás de qué estamos hablando. Si hiciste tu escala de valores y la jerarquizaste, te habrás dado cuenta de que hay cosas muy importantes para cada uno de nosotros y sin embargo no les dedicamos ni tiempo, ni esfuerzo, las damos por un hecho.

El ejemplo más claro es nuestra pareja. Supongamos que es lo más importante en tu vida (espero que sea así, si no solamente imagínate que así es). Cuando son novios se dan regalos, se escriben cartitas, hacen citas para verse, se arreglan muy bien para verse, etc. Una vez que ya formaron una familia y entran en la rutina del día con día, todo aquello desaparece. Claro que sigue siendo importante, sin embargo nos perdemos en el ritmo de la vida que nos ha tocado vivir y no nos paramos ni un segundo a revisar.

Una dinámica muy sencilla es preguntarte ¿a qué dedicas tu dinero y tu tiempo en un día? Tus respuestas te darán una idea de lo que en realidad estás considerando importante hoy. Y casi puedo asegurarte que tu pareja no está como lo más importante.

Este hábito tiene como objetivo reorganizar nuestros tiempos y lograr dedicar momentos especiales a cada uno de nuestros seres más queridos.

¿Estoy haciendo lo más importante?

¿Qué puedo hacer para tener un mejor enfoque?

¿Cómo puedo ayudar al tiempo familiar semanal o el tiempo uno a uno?

Hábito 4: Pensar Ganar-Ganar.

Por tradición, por cómo nos han educado, estamos inmersos en una cultura de competencia. Siempre se busca y se premia a los que hacen mejor las cosas, esto nos lleva a una mentalidad de ganar-perder o perder-ganar. Dicha mentalidad puede ser útil en algunos casos, sin embargo, en la mayoría de las ocasiones nos beneficiaría mucho más una mentalidad ganar-ganar.

A todos nos gusta ganar, a nadie nos gusta perder. Aquellos que han sido sometidos toda su vida y por lo tanto se han acostumbrado a perder, no es que le guste sino que es lo que saben hacer y prefieren seguir en ese papel de víctima antes que quedarse solos o no pertenecer.

Para poder tener un mejor ambiente ya sea en el trabajo o en la familia, nos beneficiaría mucho más establecer una mentalidad de ganar-ganar. ¿Qué significa esto? Significa que es necesario tratar de solucionar los problemas llegando a acuerdos en donde las dos partes tengan una ganancia. Por supuesto que el proceso no es fácil, habrá ocasiones en el que alguno de los dos tendrá que ceder, y se hará necesario que en la siguiente ocasión sea el otro el que ceda, de manera que el balance final sea de ganadores. Al final lo que creamos es un ambiente en donde todos están contentos y con ganas de cooperar pues saben que cada uno de ellos es importante y su opinión es tomada en cuenta.

Es importante acordarnos que ya tenemos un fin en la mente y por lo tanto todos estaremos buscando lo mismo, todas las decisiones se harán pensando en el mayor bien que está basado en los valores que son importantes para nosotros.

Hay cinco elementos importantes en un acuerdo ganar-ganar: establecer con claridad los resultados deseados, establecer los lineamientos, hacer un análisis de los recursos disponibles, asignar responsabilidades y plantear las consecuencias de no llevar a cabo el acuerdo.

¿En realidad quiero que todos ganen?

¿Estoy abierto a buscar una solución de tercera alternativa que ayude a todos?

Hábito 5: Buscar primero aprender… Luego ser entendido.

Cada uno de nosotros ve el mundo a través de los lentes que nos pusieron en nuestra familia, nuestra comunidad, nuestra sociedad, nuestro país. Es decir, a través de las creencias de nuestra cultura. Esto no quiere decir que yo esté bien en todo o que yo esté mal en todo, simplemente quiere decir que cada uno de nosotros pensamos diferente. Inclusive dos hermanos muy cercanos, que hayan vivido supuestamente lo mismo, ven el mundo de diferente manera.

Este hábito se trata de hacer conciencia sobre este hecho y por lo tanto buscar primero aprender de los otros, entender su punto de vista, reflexionar acerca de su experiencia de vida y al final tratar de que los demás entiendan mi postura.

Habrá ocasiones en que me cueste mucho trabajo entender la forma en que otros hacen o piensan las cosas, habrá ocasiones en que esté muy involucrado emocionalmente, puedo alejarme un momento, platicarlo con otras personas, reflexionado a fondo y finalmente regresar desde otro punto de vista. Te aseguro que el resultado final será muy satisfactorio.

¿Cómo puedo entender mejor a los demás?

¿Cómo puedo hacerme entender mejor?

Hábito 6: Sinergizar.

1+1=3
Es el resultado de sumar la aplicación de los 5 hábitos anteriores, en equipo. Formar el nosotros en lugar de cada individuo. Usar los mejores recursos de cada individuo para llegar al fin común juntos.

¿Cómo y con quién puedo interactuar creativamente para llegar a mejores soluciones?

Hábito 7: Afilar la sierra.

Es como el mantenimiento que necesita cualquier cosa para poder seguir funcionando óptimamente. Requiere de hacer seguimientos constantes y periódicos, requiere de procesos de retroalimentación que han de ser comparados con nuestro plan de vuelo inicial.

En algún momento también será necesario revisar la misión y hacer los cambios necesarios según la etapa de vida por la que estamos pasando.

¿Cómo puedo participar en la renovación personal y familiar para que todos podamos aportar nuestra mejor energía?
 
¿Cómo ves? ¿Qué tal si lo intentas? Te puedo asegurar que poco a poco iras viendo cambios positivos e importantes en tu vida y en tu ambiente. Así que MANOS A LA OBRA…
 
   
 
Pierre Cubique.·.

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