sábado, 30 de junio de 2012

Los pasos perdidos

A pesar de ser una sociedad discreta, el tema de la masonería, por curiosidad o morbo, está desde hace años de actualidad. También el estudio e investigaciones sobre la memoria histórica contribuyen a su interés. Un número aproximado a 1.000 masones fueron fusilados; uno de cada cinco. Otros muchos sufrieron la represión franquista o el exilio.
La masonería en la España del siglo XX no tuvo la importancia que había tenido en el último tercio del siglo XIX, cuando vivió su edad de oro. Las cifras son elocuentes: entre 1868 y 1900 trabajaron en España 1.750 logias, a las que estuvieron afiliados en torno a 82.000 masones. Sin embargo, entre 1900 y 1939 solo fueron 229 logias y 64 triángulos, y el número de masones no llegó a 5.000. Con la crisis colonial y la campaña acusando a la Orden de connivencia con los separatistas, la masonería sufrió un profundo declive del que no empezó a recuperarse hasta la década de los años 20.
En las logias, antes del templo, se halla la sala de los pasos perdidos. Allí se reúnen los masones antes de las tenidas; allí se visten y también reciben y saludan al visitante. Recientemente, el profesor Pere Sánchez Ferré ha publicado un libro con el título de 'La masonería y los masones españoles del ' S. XX' con el subtítulo de 'Los pasos perdidos'. Aborda el autor, con maestría y cierto distanciamiento, un problema fundamental de la historiografía: las relaciones entre masonería y política. Al margen de pseudohistoriadores y publicistas de toda laya que vienen inventando conjuras masónicas y contubernios judeomasónicos, el tema es discutible y ha sido muy discutido. Sánchez Ferré sostiene el apoliticismo original de la Orden de la escuadra y el compás aunque, en la práctica, derivó hacia el intervencionismo político. Pero afirma también que los políticos no estuvieron 'manejados' por las logias, sino que numerosas logias y masones fueron utilizados por los políticos. La masonería inicia su politización durante la dictadura de Primo de Rivera. En esos años «las logias fueron un refugio para los políticos republicanos y de izquierda». El 'súmmum' llegó durante la II República, aunque la Gran Logia Española estuvo más abiertamente politizada que el Gran Oriente Español. Los dirigentes de esta obediencia, como Diego Martínez Barrio, advirtieron en numerosas ocasiones de los peligros de la politización de la masonería y del olvido y marginación de los antiguos principios y ritos iniciáticos. El autor afirma que «la política penetró en la Orden y la corrompió desde su propio seno». Con notable profesionalidad, no escatima información sobre la participación de masones (no de obediencias) en la revolución de Asturias o en Cataluña durante la Guerra Civil.
El libro analiza la historia de la masonería a lo largo del siglo XX. Amén de ser producto de una exhaustiva investigación, con un abrumador aparato crítico, es fruto de una larga y profunda reflexión. Estudia numerosos temas fundamentales e interesantes relacionados con el obrerismo, el colonialismo, el librepensamiento, el anarquismo, el pacifismo y las actividades de la masonería ante la Gran Guerra, el antifascismo, el feminismo, la literatura contubernista y un largo etc. Especialmente clarificador resulta el análisis del caso Ferrer y Guardia, la Semana Trágica de Barcelona y el lerrouxismo en Cataluña.
 
Tomado del Ideal.es desarrollado por:  Casimiro Francisco López

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