Recopilación
y Edición:
René
A. Thomas
Maest.·.Mas.·.
Resp.·.Log.·.”Sol
de Curpa” Nº112
"La Regularidad
del individuo es dada por su iniciación"
"La Regularidad de la Logia es dada por la Carta de Patente expedida por una Gran Logia"
"La Regularidad de las Grandes Logias es dada por el reconocimiento de otras Grandes Logias"
"La Regularidad de la Logia es dada por la Carta de Patente expedida por una Gran Logia"
"La Regularidad de las Grandes Logias es dada por el reconocimiento de otras Grandes Logias"
Atendiendo al llamado desde las
profundidades de los sentimientos de quienes se han alistado a nuestras filas
en la búsqueda de conocimiento y perfección, me he tomado la libertad y el
atrevimiento de escribir estas líneas, teniendo como basamento otros trazados
sobre el tema y opiniones personales de todos aquellos estudiosos que siempre
nos proporcionan sabiduría a través de sus experiencias contadas y que después
de un largo caminar por las sendas de la lógica filosófica del vivir y de la
cotidianidad, nos ayudan a enrumbar nuestros propios actos. A todos ellos mis
mas excelsas gracias y reconocimientos por haberme permitido aventurar en este
tan delicado tema.
Es fundamental aquí, la historia, y analizar los acontecimientos iniciales de
nuestra Orden, tal como está reflejada en la historiografía y en la tradición,
sin dejar atrás la importancia de lo que significa escribirla y reflejarla con
la imparcialidad que se requiere y distingue a un historiador honesto y
virtuoso.
Hablar de Regularidad deviene, en
principio, un tanto complejo, pero intentaremos aclarar diversos extremos y
llegar a algunas conclusiones que permitan tener una idea clara sobre este
concepto.
Para ello, expondremos en primer lugar algunas
consideraciones sobre lo que entendemos por regularidad versus ortodoxia
masónica que es, a nuestro entender, el verdadero concepto clave para después ver las
diferencias entre las llamadas Obediencias de corte anglosajón (autodenominadas
regulares) y las Obediencias adogmáticas (también regulares pero calificadas
por las primeras de irregulares en lo que, entendemos, es un error de
comprensión).
Si utilizamos un diccionario de bolsillo, académico
o enciclopédico para buscar la palabra “regularidad”, en todos ellos
encontraremos las mismas definiciones
pero para darle base a este trabajo sólo me limitaré a mencionar lo más
elemental de su común significado que es: "Carácter de lo que es regular”.
“Conformidad con una regla, regularidad de vida”. “Observación exacta de las
reglas del deber”. “Observación de las reglas estéticas establecidas: la
regularidad se opone con frecuencia a lo pintoresco".
Un destacado e ilustre masón mexicano, Luis J.
Zalce, en el año de 1.937, con mucha sabiduría nos dice que: "regular,
del latín “regulares”, y éste de “regula”, que significa regla, es todo lo que
se ajusta o es conforme a ésta.
En consecuencia un masón regular es el que cumple
con todas las reglas que establece una logia formada bajo la obediencia de una
Gran Logia regular y una logia que tenga igual calidad, es la que cumple con
todas las prescripciones constitucionales, antes y después de ser establecida,
instalada y autorizada, y amparada por la Gran
Logia regular que la auspicia. Y una Gran Logia sólo puede ser considerada
regular, cuando se constituye y funciona conforme a los principios
universalmente observados por la masonería; cuando no se aparta de las leyes
fundamentales, reconocidas como la antigua costumbre que regula a las
organizaciones masónicas que aceptan como origen de legislación, las ordenanzas
de la Gran Logia de Londres aprobadas el día de San Juan Bautista del año de
1.721, y las Constituciones Generales promulgadas y juradas el mismo día, pero
del año de 1.723. Todo lo contrario a estos conjuntos de reglas es lo irregular
o sin regla, lo que es desordenado, arbitrario o “ilegal”.
Por su parte el I\ H\
Alejandro García Bustos nos dice: “regular es un término masónico que se
aplica al masón, Logia, Gran Logia, Cuerpo Filosófico o Supremo Consejo, que se
haya ajustado a la regla, antiguos usos y costumbres, "landmarks" y
en general, a las reglas usuales conforme a las más antiguas tradiciones".
"Equivale a encontrarse dentro de la ley escrita o no escrita".
La regularidad, es el sistema legal de vida de un
individuo o una Institución y se obtiene por el cumplimiento de la ley y se
pierde por el incumplimiento de la misma; así, un masón, vive en la
regularidad, si ajusta su vida masónica a las normas establecidas por la
Institución a que pertenece, y cae en irregularidad si viola dichas normas. En
igual forma, los Cuerpos, Logias, Grandes Logias o Supremos Consejos, son
regulares en tanto ajusten sus actos a las leyes que los rigen y pierden su
regularidad cuando violan dichas leyes o normas.
Con el esquema anterior pretendemos dejar en claro
que hay un concepto superior de la Regularidad Masónica y un concepto inferior
que, en función del tipo de requisitos que se acogen para determinar dicho
concepto separa lo de regularidad de irregularidad.
En un sentido lato, se denomina Masonería
Regular a la que se atiene a una serie de normas y reglas ampliamente
aceptadas como esencialmente masónicas. El concepto de regularidad tiene en
Masonería la importancia que tendría en cualquier institución que quisiera
garantizar un funcionamiento ordenado de sus estructuras.
Se puede poner de manifiesto que la Masonería Regular, es aquella que está reconocida a nivel nacional,
internacional y mundial con la regularidad masónica que solo confieren los Grandes Orientes. Se dice que un masón es regular, cuando es miembro activo y trabaja en una logia regular.
Una Logia Regular, es aquella
que cumple con todas las constituciones y reglamentos internos y externos, y está debidamente instalada y
autorizada legalmente con una Carta patente otorgada por una Potencia Masónica
regular.
Se le llama Potencia
Masónica Regular, a todo Gran
Oriente, Capítulo Independiente o Supremo Consejo, con autoridad reconocida y
considerada dentro de la regularidad masónica.
No existe un acuerdo tácito
entre todas las Potencias Masónicas Mundiales, acerca de cuáles son los límites
de esa mentada regularidad, pero en general se acepta actualmente que para que
una Logia o una corriente masónica sea regular, debe mantenerse dentro de los
límites impuestos por lo que los masones llamamos "Ancient
Landmarks" o antiguos linderos, cumpliendo las antiguas Constituciones de la Francmasonería especulativa moderna, cuyo “nacimiento” se da en
1.717, en Londres, Inglaterra.
La tradición de expedir una
Carta Patente a las Logias y Grandes Logias surge en el siglo XVIII en el seno
de la Gran Logia de Londres a similitud de los títulos o despachos que solían
expedir los monarcas para el goce de un privilegio, la práctica de un arte u
oficio, o el ejercicio de un derecho, entre ellos el de libre asociación, el
cual no era reconocido como inherente a la calidad humana, sino que se adquirieron
por concesión graciosa del poder real. Estos documentos se exhibían por sus
destinatarios, precisamente, para demostrar, que se estaba autorizado para el
ejercicio, goce o practica en exclusiva de una materia en particular.
Cuando surge la Gran Logia de
Londres en 1.717, se constituye por sí y ante sí. Sin necesidad de una Carta
Patente, más, como su nacimiento se presenta dentro del marco de la
controversia de los Hannover, recién instalados en el trono británico tres años
antes, y los pretendientes Estuardos, se adopta el sistema de Cartas Patentes
para identificar y ejercer primacía sobre las Logias de su corriente.
Pronto se empezaron a crear
Logias y Grandes Logias en otros reinos bajo la jurisdicción y apoyo de la Gran
Logia de Londres, a las cuales se les expedía una “Carta Patente."
La primera de las nuevas
asociaciones que recibió este documento fue la Gran Logia de Francia, fundada
en 1.728, aspecto éste en discusión, ya que no fue una Gran Logia pero si una
Logia, y por esta vía se propagó la tradición
bajo el entendido de que la entidad Masónica que gozara de una Carta Patente
podía a su vez otorgársela a otra, y esta a su vez a otra más, y así
indefinidamente, conformándose durante los siguientes tres siglos una maraña de
relacionamientos, reconocimientos, amistades, regularidades, tratados, etc.,
que muchas veces atentaron contra la soberanía de las Obediencias. Cabe
destacar que la primera logia francesa que figura en los escritos de Brest de
La Chaussée en Abril de 1.769, señala a la Logia Saint Thomas constituida en
París el 12 de Junio de 1.726.
La expresión “Gran Logia de
Francia” es más tardía a esta fecha, ya que aparece por primera vez en un
documento de Charles Radclyffe, Conde de Darwenwater de fecha 25 de noviembre
de 1.737.
Tampoco cuentan con Carta
Patente, entre muchas otras, las Grandes Logias de la trascendencia de la de
Irlanda, fundada en 1.725 y tenida por la historia oficial como la segunda en
el mundo, ni la de Escocia, fundada en 1.736 cuando los Masones no operarios se
encontraban lo bastante numerosos como para crearla a semejanza de la
especulativa de Londres. Existen muchos otros casos similares.
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