Existen como sabemos diferentes acepciones y
lugares que se identifican con el Sancta Sanctorum. Era el lugar del Templo de Salomón
donde se guardaba el Arca de la Alianza, que supuestamente contenía las Tablas
de la Ley entregadas por Dios a Moisés en la cima del monte Sinaí.- Sólo los
Levitas tenían acceso.
Era también la parte
más sagrada de los templo egipcios y se ubicaba en la parte más interior y
oscura del templo. Solo podían acceder los sumos sacerdotes y el faraón, pues
solamente los purificados podían entrar en contacto con la divinidad.
En definitiva se
recrea un lugar físico, donde de alguna forma reside la divinidad, que solo
pueden conocer los selectos y esclarecidos.
En Masonería que como
presumimos, se intenta recoger el saber
de la humanidad, para colocar al hombre en el sitio al que su propio ser le
conduce inevitablemente, el sancta sanctorum debe tener a mi juicio una
concepción diferente, que es la que realmente corresponde a su naturaleza
simbólica. Pues si se produce una relación entre el Santa Sanctorum, ahora
trasladado a lo físico y sus guardianes, representantes , sacerdotes o
iniciados, automáticamente el símbolo se transforma en una poderosa herramienta
de poder y dominación, por mor de nuestra propia naturaleza social y evolutiva,
cuyas dramáticas consecuencias conocemos a lo largo de la historia. La
Masonería es como un libro en blanco, en los primeros pasos se va escribiendo
el índice de aquello que pretendes explorar, en los siguientes peldaños
desarrollas los contenidos, El Sancta Sanctorum, llega cuando por conocido ya
no necesitas el libro,
Sea entonces el
sancta sanctorum el lugar mítico del hombre, el centro simbólico donde se escucha el Silencio como fuente de todo el
conocimiento, y por este conocimiento de todo Amor. Y si ello es así, como tal
cosa en el mundo real, no es mas que una ensoñación, solo podré hablar del
Camino que nos conduce o de esos fogonazos de luz esquiva que nos apuntan en su
dirección ideal. Pues desde mi óptica resulta inalcanzable como el cero
del uno, donde este justifica su razón, pero nunca puede ser como él, pues el
cero es el espejo donde el uno se mira. Nadie puede ser a la vez él mismo y su
reflejo. De la misma forma que no se puede ser Dios y Hombre al mismo tiempo.
Por más que muchos se empeñen. Pues solo los dioses hablan y se entienden en su
“lengua” con los dioses. Si los hombres hablan con los dioses el lenguaje será
ininteligible para la razón.
Resplandece de verde el bosque umbrío, mientras avanzas con paso quedo
por la orilla del río, bajan mansas las aguas, que de tanto en tanto te
susurran decires del tiempo ido, aquí a través de un remolino, allí con su bramido lento y cristalino mientras se
aleja a su misterioso sino. De frente, en un recodo del camino encuentras una
sombra, que se acerca cuando te acercas y se detiene cuando te detienes. Te
observa si la miras, y a veces cuando giras con ella tu cabeza miríadas de
pájaros se agitan entre las ramas. Al acercarte paso a paso, aquella sombra
parece una hermosa dama, otrora un misérrimo vagabundo, o un niño con los ojos
cristalinos y brillantes como el río, ahora un líder que agita los brazos en la
dirección del tiempo y un moribundo a quien la parca acaricia con su negra mano
de viento.
En el instante en que te fundes con la sombra, cambia el paisaje, ahora
definitivamente muerto. Luminosos fractales anuncian una armonía desconocida,
las palabras recuperan todo su silencio, Ya que encuentras del espíritu su
secreto, ¡Ay ¡ Dejas de ser hombre y te transformas en misterio, Dejas de ser
uno para comprender el cero.
Tal vez poco después,
recuperado el sentido del tiempo, el latir del viento, el abrazo del sol y su
aliento; si consigues escuchar al hermano, ayudarle en silencio, comprenderle
por el álito de su mirada, perdonarle y amarle por sus defectos. Comprendiendo
el momento sin necesidad de interpretar el destino. Quizá puedas entonces decir
que has conocido si quiera de forma fugaz, el sendero que algún día te
conducirá al rincón secreto, al centro de la esfera a la quietud del
pensamiento, a la sabiduría del silencio.
Juan Galvez
Fuente; http://explorandosenderos.blogspot.com/
Pierre Cubique.·.
No hay comentarios:
Publicar un comentario