Rosa Luxemburgo nació el 5 de marzo de 1871 en Zamosc,
cerca de Lublin, en la Polonia entonces controlada por el Imperio ruso, en el
seno de una familia de origen judío. Su padre fue Eliasz Luxemburg III, un
comerciante de maderas, y su madre Line Löwenstein. Tuvieron cuatro hijos antes
de Rosa, la cual nació con un defecto en el crecimiento que la discapacitó
físicamente toda su vida. Después de estar postrada en cama por una dolencia en
la cadera a la edad de cinco años, quedó con una cojera permanente.
Al mudarse a Varsovia, Rosa asistió a un
instituto femenino (Gymnasium) desde 1880. Incluso a esa edad tan
temprana, Rosa aparece ya como miembro del partido polaco izquierdista
«Proletariat» desde 1886. Este partido se fundó en 1882, 20 años después de la
aparición de los partidos obreros en Rusia, e inició su andadura política con
la organización de una huelga general, tras la cual el partido fue desbaratado
y cuatro de sus líderes condenados a pena de muerte. Algunos de sus miembros
consiguieron reagruparse en secreto, uniéndose Rosa a uno de estos grupos.
En 1887 Rosa terminó la educación secundaria con
un buen expediente, pero tuvo que huir a Suiza en 1889 para evitar su
detención. Allí asistió a la Universidad de Zurich junto a otras figuras
socialistas, como Anatoli Lunacharski y Leo Jogiches, estudiando filosofía, historia,
política, economía y matemáticas de forma simultánea. Sus áreas de
especialización fueron la teoría del Estado, la Edad Media y las crisis
económicas y de intercambio de stock.
En 1890, la ley de Bismarck que prohibía la
socialdemocracia fue derogada, lo cual permitió que un legalizado Partido
Socialdemócrata de Alemania (SPD) consiguiera escaños en el Reichstag. Una vez
en él, y a pesar de su discurso comunista, los miembros socialistas del
parlamento centraron su labor cada vez más en la obtención de ventajas
parlamentarias y en su enriquecimiento personal.
Rosa Luxemburgo, por el contrario, se mantuvo en
sus principios marxistas. En 1893, junto a Leo Jogiches y Julian Marchlewski
(alias Julius Karski), fundaron el periódico La causa de los trabajadores
(Sprawa Robotnicza), oponiéndose a las políticas nacionalistas del Partido
Socialista Polaco. Rosa Luxemburgo creía que una Polonia independiente solo
podía surgir tras una revolución comunista en Alemania, Austria y Rusia.
Mantenía que la lucha debía focalizarse en contra del capitalismo, y no en la
consecución de una Polonia independiente, negando por lo tanto el derecho de
autodeterminación de las naciones bajo el socialismo, lo cual causaría su
posterior enfrentamiento con Lenin.
Junto con Leo Jogiches fundó el Partido
Socialdemócrata del Reino de Polonia (SDKP), que posteriormente se convertiría
en el Partido Socialdemócrata del Reino de Polonia y Lituania (SDKPiL) al
unirse a la organización socialdemócrata de Lituania. A pesar de vivir durante
la mayoría de su vida adulta en Alemania, Rosa Luxemburgo permanecía como la
principal teórica de la socialdemocracia polaca, liderando el partido junto a
Jogiches, su principal organizador.
En 1898, Rosa Luxemburgo obtuvo la ciudadanía
alemana, al casarse con Gustav Lübeck, y se mudó a Berlín. Allí participó
activamente con el ala más izquierdista del Partido Socialdemócrata Alemán
(SPD), definiendo claramente la frontera entre su fracción y la teoría revisionista
de Eduard Bernstein, atacándole en 1899 en un folleto titulado ¿Reforma
Social o Revolución?. La habilidad retórica de Rosa pronto la convirtió en
una de las líderes portavoces del partido. Denunció repetidamente el creciente
conformismo parlamentario del SPD frente a la cada vez más probable situación
de guerra. Rosa insistió en que la crítica diferencia entre capital y trabajo
solo podía ser contrarrestada si el proletariado tomaba el poder y se producía
un cambio revolucionario en todo el contexto de los medios de producción.
Quería que los revisionistas abandonaran el SPD, lo cual no tuvo lugar, pero al
menos consiguió que el líder del partido, Karl Kautsky, mantuviera el marxismo
en el programa del partido, incluso cuando su intención era exclusivamente
aumentar el número de escaños en el Reichstag.
Desde 1900, Rosa Luxemburgo expresó sus opiniones
sobre los problemas económicos y sociales en varios artículos en periódicos de
toda Europa. Sus ataques al militarismo alemán y al imperialismo se volvieron
más insistentes conforme vislumbraba la posibilidad de la guerra, e intentó
persuadir al SPD de significarse en la dirección opuesta. Rosa Luxemburgo
quería organizar una huelga general que uniera solidariamente a todos los
trabajadores y evitar la guerra, pero el líder del partido se opuso, lo que
provocó su ruptura con Kautsky en 1910.
Entre 1904 y 1906 su trabajo se vio interrumpido
a causa de tres encarcelamientos por motivos políticos. Sin embargo, Rosa
Luxemburgo mantuvo su actividad política; en 1907 tomó parte en el V Congreso
del Partido Obrero Socialdemócrata Ruso en Londres, donde se entrevistó con
Lenin. En el Segundo Congreso Socialista Internacional en Stuttgart, presentó
la resolución —que fue aprobada— de que todos los partidos obreros europeos
debían unirse para evitar la guerra.
Por esos años, Rosa comenzó a enseñar marxismo y
economía en el centro de formación del SPD en Berlín. Uno de sus alumnos fue el
que más tarde se convertiría en líder del SPD y primer presidente de la República
de Weimar, Friedrich Ebert.
En 1912, su cargo de representante del SPD la
llevó a los congresos socialistas europeos como el que tuvo lugar en París.
Ella y el socialista francés Jean Jaurès propusieron que, en el caso de que
estallara la guerra, los partidos obreros de Europa debían declarar la huelga
general. Al ocurrir el atentado de Sarajevo contra el archiduque Francisco
Fernando y su mujer, el 28 de junio de 1914, y aparecer la guerra ya
inevitable, organizó varias manifestaciones (por ejemplo la de Fráncfort)
llamando a la objeción de conciencia en el servicio militar y a no obedecer las
órdenes. A causa de esto, fue acusada de «incitar a la desobediencia contra la
ley y el orden de las autoridades» y sentenciada a un año de prisión. Su
detención, sin embargo, no se produjo inmediatamente, lo que le permitió tomar
parte en una reunión de la dirección socialista en julio, en la que confirmó
que el sentimiento patriótico de los partidos obreros era más fuerte que su
conciencia de clase.
«El
liderazgo ha fallado. Incluso así, el liderazgo puede y debe ser regenerado
desde las masas. Las masas son el elemento decisivo, ellas son el pilar sobre
el que se construirá la victoria final de la revolución. Las masas estuvieron a
la altura; ellas han convertido esta derrota en una de las derrotas históricas
que serán el orgullo y la fuerza del socialismo internacional. Y esto es por lo
que la victoria futura surgirá de esta derrota.¡El orden reina en Berlín!' ¡Estúpidos secuaces! Vuestro 'orden' está
construido sobre la arena. Mañana la revolución se levantará vibrante y anunciará
con su fanfarria, para terror vuestro: ¡Yo fui, yo soy, y yo seré!» (El orden reina en Berlín)
Investigación;
José Rafael Otazo M.
---------------------
Profesor Universitario.
Miembro de la Ilustre Sociedad Bolivariana de Venezuela.
Miembro de la Digna Sociedad Divulgadora de la Historia Militar de Venezuela.
Miembro de La Asociación de Escritores del Estado Carabobo.
Miembro de La Asociación de Escritores del Estado Carabobo.
Investigador en la Asociación para el Fomento de los Estudios Históricos en Centroamérica.
Director de la Publicación Internacional, "Ni vestido ni desnudo"
No hay comentarios:
Publicar un comentario