La masonería históricamente ha estado de la mano de la relaciones diplomáticas e internacionales, donde los preceptos de Libertad , Igualdad y Fraternidad; desembocan en la necesidad de fomentar un mundo mejor, de allí la importancia de las relaciones internacionales.
El rol de intermediación de la
diplomacia está siendo desafiado en forma dramática; también sucede en
la política, la familia, la Iglesia y la academia. Múltiples son las
razones para que ello ocurra, si bien la principal cabe encontrarla en
la irrupción de las nuevas tecnologías de la información que, entre
otras cosas, le otorga un nuevo rol al ciudadano común en lo que al
valor y acceso a la información se refiere y su influencia en el
contexto de toma de decisiones a nivel nacional y global. Para la
Academia Diplomática “Andrés Bello”, se transforma también en un reto la
formación de los nuevos profesionales que tendrán la noble tarea de
representar a Chile en el exterior, quienes deben moldear un perfil
capaz de interpretar los desafíos que trae la globalización e
incorporarlos a una actividad tan compleja y abarcadora como la
diplomacia, que ya esboza nuevos paradigmas de comportamiento e
interrelación.
Por lo mismo, quienes ingresan al
servicio diplomático, además de aspectos cognitivos, deben estar
preparados para entender los avatares de la tecnología y lo que
significa la conexión cotidiana directa e inmediata con la sociedad
civil. En otras palabras, necesitan desarrollar una identidad pública,
que aparece como la característica esencial del diplomático moderno.
Asumir entonces, la innovación como un imperativo cobra
relevancia en el proceso de formación y perfeccionamiento de los
futuros diplomáticos chilenos, particularmente si los nuevos
emprendimientos requieren de destrezas y conocimientos acordes a las
demandas sociales actuales.
Para sintonizarse con lo anterior, se
cuenta con un buen producto: Chile. Un país que ha sido reconocido por
hacer bien las cosas y que se inserta, adecuadamente, en el concierto
internacional, enfatizando fortalezas y neutralizando debilidades que
lo posicionan como un actor que puede aumentar su grado de influencia
en la gobernanza global. En este escenario, la Academia Diplomática
“Andrés Bello” ha implementado una propuesta de modernización donde la
virtualidad y el manejo de las redes sociales ocupan un espacio
importante, toda vez que se constituyen en herramientas válidas y
coadyuvantes para conectarse con las distintas audiencias para defender
y promover el interés nacional en todas sus vertientes.
Una reflexión sobre la naturaleza del
servicio diplomático chileno para el siglo que vivimos y los desafíos
que conlleva su acción a nivel global, implica demandar de la ciudadanía
un mayor conocimiento, participación y compromiso con los principios
que inspiran la política exterior nacional.
Pierre Cubique.·.
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