Nazismo y masonería. Probablemente son los dos conceptos que han inspirado más obras de ficción a lo largo del siglo XX. Sin embargo, en muy raras ocasiones se los ha visto juntos en la literatura, cuando en el mundo real tienen una historia en común muy difícil de separar. Y la que relatamos aquí se encuentra en el límite exacto entre realidad y fantasía: siendo absolutamente cierta, el misterio que la envuelve es tan profundo que parece extraída del argumento de una película.
Desde mucho antes de subir al poder,Adolf Hitler avisó en Mein Kampf (1925) que consideraba la masonería , una enemiga de Alemania. Ocho años después, cuando los nazis se hicieron con el control de Alemania, el propio Hitler encargó a Reynhard Heydrich que pusiera manos a la obra: había que acabar con la Orden, a la que el Führer consideraba un instrumento de control mundial en manos de los judíos.
Heydrich era el segundo al mando de las SS. Para la tarea escogió a un joven prometedor, aunque sin demasiada experiencia. El elegido había desempeñado trabajos de administrativo en el recién inaugurado campo de concentración de Dachau, aunque quería prosperar y hacer carrera dentro del Partido Nazi. Su nombre era Adolf Eichmann. Eichmann, el nombre más odiado por los judíos después del de Hitler.
El arquitecto de la solución final, el responsable de la muerte de seis millones de personas durante el Holocausto, era en 1933 un joven sin demasiado futuro que se enfrentaba casi por casualidad a un reto importante. Heydrich le encargó recabar toda la información posible sobre los masones en Alemania y que lo hiciera siguiendo un peculiar sistema de clasificación por fichas que luego sería la base del omnisciente conocimiento que las SS tenían sobre los ciudadanos alemanes. El inexperto Eichmann se reveló como un hombre increíblemente eficaz.
En pocos meses reunió decenas de miles de fichas sobre masones, un logro que sorprendió a los jerarcas nazis. La masonería era una sociedad secreta y la identidad de sus miembros, un misterio. Eichmann habló de varios informantes dentro de la Orden, especialmente uno de muy alto rango al que llamó “el traidor”. Hasta aquí llegan los hechos probados. Esté atento el lector porque la información recogida en el siguiente párrafo pertenece al ámbito de la leyenda.
El traidor
Entre los masones de Alemania y buena parte de los masones de alto rango del mundo circula una historia que afirma que hubo un gran maestro que vendió a todos los masones de Alemania. Que ese traidor facilitó información a los nazis acerca de las principales grandes logias.
Y que como recompensa por su traición, Adolf Hitler le obsequió con una medalla de oro y diamantes. Una parodia malintencionada –puesto que los masones alemanes jamás empleaban metales nobles en sus emblemas– del propio emblema del traidor. Volviendo a los hechos comprobados, la velocidad a la que se consiguió información sobre los miembros de la masonería alemana fue un récord, y su resultado fue igualmente trágico.
Más de 80.000 masones fueron asesinados en los campos de concentración. Fueron a por ellos mucho antes que a por los judíos, tal era el odio y el miedo que el Führer tenía a los que pertenecían a esta sociedad secreta. Los miembros de la Orden tenían incluso un distintivo especial dentro de los campos, un triángulo rojo con el que se les diferenciaba de los judíos –que llevaban la tristemente famosa estrella amarilla– o de los homosexuales, a los que los nazis estigmatizaban con un triángulo rosa. Los asesinatos indiscriminados de masones durante los primeros años del régimen de Hitler dieron como resultado la práctica extinción de las logias masónicas en Alemania. Hacia 1935 –aún lejos de la Noche de los Cristales Rotos que a finales de 1938 marcaría el inicio del más gigantesco pogromo de la historia–, la masonería había sido prácticamente erradicada de Alemania. Los pocos miembros que sobrevivieron tuvieron que pasar a la clandestinidad. Las logias fueron saqueadas y sus bienes, expoliados y mostrados a la vista del público en exhibiciones antimasónicas.
Masones Alemanes en cifras antes de la llegada del nazismo
Antes de la llegada del nazismo. la masonería alemana era la segunda más importante del mundo tanto en número de logias como en número de masones. En los años 30 existían 10 Grandes Logias que consistían de 690 logias y alrededor de 70.000 masones.
En 1937 el regimen nazi de Alemania declara a la Masonería "enemiga del Estado", los archivos y la propiedad de la masonería fueron confiscados. Muchos masones fueron enviados a los campos de concentración por el simple hecho de ser masones.
Los registros preservados por el Reichssicherheitshauptamt muestran la persecución que sufrieron los masones. A pesar que no se sabe con certeza el número exacto, se estima que entre 80.000 y 200.000 masones fueron exterminados por el régimen nazi, en la Europa conquistada o influida por los nacional-socialistas.
En 1948 la pequeña flor de color azul llamada "no-me-olvides" fue adoptada como signo distintivo masónico en la primera Convención Anual de la Gran Logia Unida de Alemania de Masones Antiguos Libres y Aceptados. Hoy día sigue usándose en memoria de aquellos que han sufrido en nombre de la masonería, especialmente en Alemania durante el Tercer Reich.
En Mein Kampf Adolf Hitler, escribe que la masonería ha "sucumbido" a los judíos y se ha convertido en un "excelente instrumento" para combatir por sus intereses y para usar sus "hilos" para tirar del nivel superior de la sociedad en pro de sus designios. Él continúa, "La parálisis general del instinto de auto-preservación nacional de la sociedad empezó por causa de la masonería"
La masonería fue prohibida en todas las naciones aliadas con los nazis o bajo su control; incluidas Japon, Noruega y Francia
Algo parecido hizo Simon Bolivar sobre el particular hecho atribuido a Hitler que encontramos en el Diario de Bucaramanga de Peru De Lacroax, es mas en la Historia de Venezuela nos encontramos con un personaje; MANUEL ANTONIO PIAR, según detalla la historiadora Guayanesa Herman Marghaman Blanco, HERMANO MASON de Simon Bolivar fue FUSILADO por este, cuando en opinión de otros estudiosos de la historia, PIAR pretendía levantar a los mulatos y negros contra el Libertador a quien acusaba de COBARDE y de haber abandonado la lucha para ir a refugiarse a Haiti. De esa misma historia se relata que FRANCISCO DE PAULA SANTANDER Mason, fue tambien perseguido por Simon Bolivar. A los efectos y referido a HITLER, es bueno recordar lo escrito por ADAM WESHOP, Alemán de Baviera quien se describe como fundador de los ILUMINATTI y sus trabajos desarrollados en 1776 para una cultura de NUEVO ORDEN MUNDIAL escritos y pensamiento que se detallan en la Constitución FRANCESA y en la de los EEUU. Si bien me hice mason, ya a estas alturas de mi vida y del conocimiento ilustrado me obligan para no seguir creyendo en esta, tal y como se entiende de lo ESPECULATIVO que esta representa.
ResponderEliminarSIMÓN BOLÍVAR, Libertador Presidente de la República de Colombia, etc.
ResponderEliminarHabiendo acreditado la experiencia, tanto en Colombia como en otras naciones, que las sociedades secretas sirven especialmente para preparar los trastornos políticos, turbando la tranquilidad pública y el orden establecido; que ocultando ellas todas sus operaciones con el velo del misterio, hacen presumir fundamentalmente que no son buenas, ni útiles a la sociedad y por lo mismo excitan sospechas y alarmas a todos aquellos que ignoran los objetos de que se ocupan; oído el dictamen del consejo de Ministros,
DECRETO
Artículo 1º.- Se prohíben en Colombia todas las sociedades, o confraternidades secretas, sea cual fuere la denominación de cada una.