martes, 2 de julio de 2013

Francisco de Miranda iniciador del americanismo y la modernidad.



Carlos Maldonado-Bourgoin
Historiador, crítico de arte y escritor.


El conocimiento recíproco de las raíces y valores comunes que unen a los pueblos europeos y latinoamericanos, estaría incompleto sin rendirle un homenaje al primer líder y precursor de la independencia de América, Francisco de Miranda (Caracas 1750 – San Fernando de Cádiz 1816), considerado como “más ilustre de los colombianos”, según propias palabras de Simón Bolívar el Libertador, en 1826. Miranda fue el primero en señalar el camino. Vivió de manera dramática su papel de protagonista, de globalizador interdependiente. Fue convidado en grandes hechos históricos y participó con ideas que hicieron historia. Decano y figura mayor de la hispano americanidad. Miranda es la clave y el puente entre el viejo régimen y el nuevo, un héroe y un modelo para los nuevos tiempos en que vive Hispanoamérica. El “más universal de los ciudadanos latinoamericanos” fue héroe en las tres grandes revoluciones que hicieron a Estados Unidos, Francia y de los territorios españoles que perfilaron la América Hispana, también fue testigo de la revolución industrial inglesa. Su pensamiento visionario tiene algo de ofrecer para responder al debate de integración y cooperación regional en nuestro mundo globalizado. Sus propuestas constitucionales escritas en Londres entre 1790 y 1801 fueron futuristas.

Conmemorar el inicio de los procesos emancipadores del continente iberoamericano sin citar y profundizar en la figura de Francisco de Miranda es una omisión imperdonable. Si bien los antecedentes previos y tentativas en el Perú, Nueva Granada y la propia Venezuela durante el último cuarto del siglo XVIII, pueden servir de referencia histórica insoslayable, fueron las dos expediciones de 1806, organizadas por Francisco de Miranda, las que abren los fuegos de la guerra de independencia de los países iberoamericanos. Las tentativas de Miranda tienen una base para insertar al continente en la modernidad, intento que la Ilustración española no pudo cristalizar por la fuerte reacción de los centros de poder en la península y los intereses creados en Iberoamérica.

Antes de las iniciativas físicas de Miranda también están sus iniciativas ideológicas del primer líder de la emancipación, el que tuvo la preeminencia de ver que había llegado el momento preciso de la independencia a partir de 1784. Miranda no sólo agotó todas las posibles combinaciones del apoyo externo a la emancipación con Inglaterra, Francia, Rusia y otros países, sino que formó a una nutrida generación de jóvenes que irradiarán los ideales y premisas independentistas en sus propios países. Cerca de 60 patriotas contactó y orientó Miranda bajo la forma de las logias masónicas operativas. Algunos mitos se han cernido en torno a precursores como Juan Pablo Viscardo y Guzmán en Perú, Antonio Nariño en Nueva Granada y otros.

Un grupo de jóvenes investigadores han rebasado las fronteras nacionales para llegar a la verdad histórica de la Conspiración de Gual y España, donde están comprometidos los españoles expatriados Picornell y Campomanes, además de otros patricios en las islas del Caribe y donde el oriente del movimiento mira hacia Londres donde actúa Francisco de Miranda.

Miranda vio claramente que sin la unión de los virreinatos del moribundo imperio español, no habría una verdadera emancipación económica y política. Y que a la vez en un mundo donde se balancearan las fuerzas tanto militares como políticas y comerciales sería posible perseguir un desarrollo sustentable y asegurar la democracia, a la vez que vencer los viejos absolutismos y nuevas tiranías. Sólo entonces, creía Miranda, sería posible

La obra más acabada de Francisco de Miranda en cuanto al americanismo es la transferencia e iluminación de dos figuras claves de la independencia: Simón Bolívar y Andrés Bello, el libertador político y el libertador intelectual. Así lo hace saber el eminente investigador chileno, residenciado en Venezuela por algunos años, Miguel Castillo Didier.

El gran patriarca venezolano desempeñó un papel clave en los prolegómenos de la emancipación hispanoamericana de las colonias españolas a la condición de naciones soberanas y también fue primero en propiciar iniciativas sociales y culturales para el mundo de su época como lo es la preservación del patrocinio artístico de una nación. El estudio de aquel proceso histórico es importante no sólo para entender la historia política de esta región, sino también para el análisis de las raíces y valores subyacentes a este proceso que América Latina comparte con Europa. En este contexto, a partir de un mejor conocimiento de pensadores o actores claves de América Latina que los europeos merecen conocer. Si hoy en día la Unión Europea reconoce en don Andrés Bello al nato inspirador de este logro integracionista, Bolívar y el propio Bello fueron la obra más acabada del Precursor.

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