Para cualquier proyecto empresarial o profesional como también personal y masónico; aprender a rodearse de los mejores es una habilidad clave.
El éxito de las organizaciones y de los proyectos está vinculado normalmente a
su mejor gente, a los que aportan más que la media.
Rodearse
de los mejores es admitir que hay gente que hará ciertas cosas mejor que
nosotros mismos, y en todo caso, el juego de complementariedades buscado hará
que el todo sea más que la suma
de sus partes. Los cretinos, los soberbios, los que ya lo saben
todo, normalmente tienen miedo al mérito, no buscan colaboradores sino
aduladores. Normalmente los líderes menores dedican grandes esfuerzos a
construir entornos mediocres.
¿Qué podemos hacer para rodearnos de los mejores?
1. Compartir oportunidades
Intentar participar o impulsar proyectos atractivos que supongan un crecimiento para todos
aquellos que formen parte de ellos. Fomentar retos exigentes, que se deban resolver
con una ambición que no haga perder la humildad. Los proyectos menores atraen
capacidades menores.
2. Crear una lógica de talento
Intentar crear equipos en los que el talento atraiga talento y alejarnos de la espiral
en la que la mediocridad atrae mediocridad. No es cierto
que sea igual quién hace las cosas, al contrario, es absolutamente diferencial.
3. Aprender
Para rodearnos de los mejores hace falta estar
dispuesto a aprender. Procurar aprender de los mejores y desplegar toda nuestra
capacidad de aprender para que los otros también puedan enriquecerse con
nosotros. La gente respeta los jefes de los que aprenden.
4. Respetar el mérito
Observar las trayectorias
es clave para calibrar el talento, ir mas allá de las apariencias, contrastar
resultados y saber escoger esos que presentan trayectorias interesantes.
Valorar el mérito en función de la competencia técnica pero también en función
de la capacidad de ser personas, de encajar y ayudar a los otros. Huir de
aquellas organizaciones clientelares dónde todo cuenta más que el mérito.
5. Ser gente abierta
Tener la mente abierta a la innovación y a la posibilidad de incorporar nuevo
talento que aporte nuevas perspectivas, nuevos retos,
nuevas formas de hacer. Para rodearnos de gente buena hace falta conocer nueva
gente buena. Las endogamias son un terreno de patologías frecuentes y
recurrentes.
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