“Había una vez un rey muy astuto que tenía un gran secreto dentro de
una caja y con el cual manipulaba a sus súbditos haciéndolos trabajar de
sol a sol y obligándolos a pagar cuantiosos tributos. El rey había
hecho saber que solamente aquellos que durante su vida hicieran muchos
méritos podrían ver el contenido de la caja. Era un secreto muy
importante porque nadie, ni los más grandes sabios del reino, habían
podido descubrir. Pero un día, un niño se coló sin que nadie lo viera
hasta la habitación del rey y abrió la caja y supo cuál era el gran
secreto y lo divulgó. Pero como se trataba de súbditos muy estúpidos no
le creyeron y siguieron trabajando de sol a sol y pagando cuantiosos
tributos…”
Existe el secreto masonico?
Es entendible que
de cara a la sociedad profana uno de los retos de la Masonería es saber
presentarse y convivir con ella. Una sociedad cada vez más global y
consciente de todos los ámbitos de la vida, a la que se deben enviar
mensajes inequívocos de aceptación y acatamiento de las normas comunes
de convivencia y no hacer alardes de ser poseedores de secretos
anacronicos, para atraer incautos y darle pie a contradictores
fanaticos para que disparen sus dardos contra nuestra querida
institucion.
Hablar del Secreto Masónico desde la perspectiva
profana, considerando la vasta cantidad de informacion en internet y de
libros que circulan en prácticamente cada librería del mundo, todos
ellos dando a conocer rituales, interpretaciones de nuestros símbolos,
de prácticamente todos los grados existentes dentro de nuestra
Institución, detalles pasmosamente exactos de iniciaciones, nos hace
preguntarnos al margen de nuestro juramento. ¿Si en el mundo profano,
hay tal cantidad de detalles de nuestras actividades, practicas y
costumbres, entonces, ¿Existe el secreto masónico?
Los masones
sabemos que la masoneria tampoco es la depositaria de los secretos
misticos del santo grial, ni de su paradero, tampoco tenemos las claves
del genoma humano, ni guardamos las revelaciones de la virgen de
fatima, mucho menos conocemos la formula de la Coca Cola, y si nos
preguntan tampoco sabremos donde esta el hijo de Limber.
Por lo
tanto mi primera conclusion es que desde este punto de vista, es que no
existe el secreto masonico; pero se hace necesario escabar un poco mas
dentro de nuestra institucion para poder afirmar masonicamente si
existe o no el tan aclamado secreto.
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