Por Iván Herrera Michel
Hace unos días, conversando sobre el panorama internacional del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, una muy buena amiga italiana a la vez que Hermana Masona poseedora del Grado 33°, me hacía ver como la Masonería va reconciliándose de manera notoria con sus valores fundacionales y los Masones despojándose de sus prejuicios.
En especial, comentábamos lo sorprendente que resulta constatar que actualmente cuatro de los cinco Supremos Consejos del REAA más antiguos del mundo (todos ellos fundados por Grasse-Tilly entre 1801 y 1809), han abierto sus puertas a las mujeres y solo uno permanece masculino. Lo que demuestra que la igualdad y la paridad de género al interior de la Orden Masónica no riñe con la tradición ni con los principios tutelares del Rito.
En ese sentido, recordábamos que, en estricto orden cronológico, esos primeros cinco Supremos Consejos del REAA, son:
1) El Supremo Consejo de Charlestón (1801) (hoy, Supreme Council, Ancient and Accepted
Scottish Rite, Southern Jurisdiction, USA): Aún continúa sin abrir sus puertas a las mujeres y trabaja en forma mono-genero;
2) El Supremo Consejo de Francia (1804) (hoy, Suprême Conseil Grand Collège du Rite Écossais Ancien Accepté du Grand Orient de France): Integrado al poco tiempo de fundado al Gran Oriente de Francia por el “Concordato de 1804”: Ofrece la práctica de los Grados 4° a 33° a las Masonas desde finales del año pasado;
3) El Supremo Consejo de Milán (1805) y el Supremo Consejo del Reino de las Dos Sicilias (1809), con sede en Nápoles: Unificados en 1870 – 1872 en el Supremo Consiglio del 33° ed Ultimo Grado Rito Scozzese Antico ed Accettato, (hoy asociado con la Gran Logia de Italia de Antiguos Libres y Aceptados Masones): Funciona con Masones y Masonas en igualdad de condiciones; y
4) El Supremo Consejo del Grado 33° para España y sus Dependencias (1811) (hoy, Supremo Consejo Masónico de España): También con membresía mixta.
Del grupo, el más reciente en adoptar la decisión fue el Supremo Consejo del REAA del Gran Oriente de Francia que, después de tres años de haberse convertido en mixta esa Obediencia, y de contar con mil Masonas en su seno y tener quinientas solicitudes de mujeres haciendo trámite para ingresar, ha decidido ofrecerles la práctica de los Altos Grados (del 4° al 33°) que antes le estaba negada.
La medida se tomó el ocho (8) de diciembre del año 2012, cuando, presidido por su Soberano Gran Comendador, IPH:. Jean Pierre Cordier, convino expresamente que “si los Hermanos lo desean, pueden reagruparse para proponer la creación de Talleres filosóficos (Logias de perfección, Capítulos, Areópagos, Tribunales, Consistorios, Etc.) mixtos”.
Naturalmente, y como era elemental prever en una Masonería históricamente androcéntrica, esta decisión no se adoptó sin rigurosos debates entre los miembros del Supremo Consejo ni sin consultas con las Cámaras filosóficas jurisdiccionada, los cuales giraron sobre tres ejes básicos: 1) La permanencia del Supremo Consejo en el hilo de su historia; 2) La comprensión de los Hermanos sobre un tema particularmente sensible; y 3) El no permanecer ciegos y sordos frente a la evolución del Gran Oriente de Francia con el que se está indisolublemente aliado desde 1804.
La medida se tomó el ocho (8) de diciembre del año 2012, cuando, presidido por su Soberano Gran Comendador, IPH:. Jean Pierre Cordier, convino expresamente que “si los Hermanos lo desean, pueden reagruparse para proponer la creación de Talleres filosóficos (Logias de perfección, Capítulos, Areópagos, Tribunales, Consistorios, Etc.) mixtos”.
Naturalmente, y como era elemental prever en una Masonería históricamente androcéntrica, esta decisión no se adoptó sin rigurosos debates entre los miembros del Supremo Consejo ni sin consultas con las Cámaras filosóficas jurisdiccionada, los cuales giraron sobre tres ejes básicos: 1) La permanencia del Supremo Consejo en el hilo de su historia; 2) La comprensión de los Hermanos sobre un tema particularmente sensible; y 3) El no permanecer ciegos y sordos frente a la evolución del Gran Oriente de Francia con el que se está indisolublemente aliado desde 1804.
La cuestión podría parecer un tema particular y concreto de una Jurisdicción de Altos Grados del REAA en especial, cuya mayor importancia podría derivar de ser una de las de más grandes aportes a la historia de la humanidad y/o de su rol de referente universal en la construcción de una Masonería no prejuiciada. En este orden de ideas, tan solo en Colombia desde el siglo XIX el Gran Oriente de Francia ha otorgado varias Cartas Patentes, que sus destinatarios lucen hoy con orgullo en sitios distinguidos de sus Templos.
No obstante, es evidente que, en buena hora, la trayectoria de esta evolución poseen alcances importantes en el imaginario general interno, y prometen vivas discusiones en amplios sectores del REAA, que no en balde sigue siendo, de lejos, el más practicado en el mundo.
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