El desencuentro ante el concepto del Gran Arquitecto del Universo (GADU) que vengo exponiendo en este blog, desde que D. Jesús Soriano como Gran Comendador del Supremo del Grado 33 del REAA –Gran Logia de España, expresó en un titular de prensa en Asturias aquello de: “para ser masón solo hay que creer en Dios”, lo cual tiende dicha aseveración a algo que parece estar grabado a sangre y fuego en la llamada “regularidad” masónica, y sí no veamos algunos ejemplos que nos dejan muy a las claras lo que hay detrás de ese titular, el cual presentaba como referencia esencial la cabeza jerárquica del filosofismo “regular” español, como es D. Jesús Soriano.
Para
ver la relatividad que hay en todo lo concerniente al tema del GADU , y
como a veces este concepto es moneda de cambio, más que concepto de
peso, desarrollo este trabajo de reflexión poniendo el acento en la
contienda de dos grandes organizaciones como la Gran Logia de Inglaterra
y el Gran Oiente de Francia y el concepto del Gran Arquitecto del
Universo (GADU)...
Para aclarar estos temas, expongo lo que desde mediados del siglo XIX exponía la Gran Logia de Inglaterra: “La
masonería no es un movimiento filosófico […] la verdadera masonería es
un culto […] Debe ser una religión monoteísta que exige la creencia en
Dios como Ser Supremo… y debe ser una religión en la que haya un libro
sagrado sobre el cual el iniciado pueda prestar su juramento ante la
Orden Masónica.”
Estas
contundentes frases nacen de esa continua querencia por querer remachar
una vez más frente a las posiciones que predica la masonería “liberal” y
que se referencian en la posición del Gran Oriente de Francia
(GODF) de añadir las Constituciones del GODF como sustituto del libro
de la Ley que además llegan a modo de auxilio de las Constituciones de
Anderson, aprobadas en su día como referentes de los trabajos de la GLI.
Constituyéndose a partir de 1760 el citado libro en una de las Tres
Grandes Luces de la Masonería: La Biblia (Corán o Vedas) con la Escuadra y el Compás.
Y
no solo eso, sino que la GLI en unas misivas dirigidas a la Gran Logia
de Uruguay, que ésta reproduce en su momento, remacha que “ningún libro moral, puede sustituir al libre de la Religión” lo cual encaja perfectamente dentro del organigrama de un “credo que es estricto, y absolutamente rígido”.
Por
tanto, ante las premisas que el Gran Oriente de Francia que iba
tomando a partir de 1875, con una evolución de sus orientaciones
conceptuales y rituales haciendo que le hacen perder el reconocimiento
en 1878 como “Potencia Masónica” ante otros organismos masónicos, los
cuales pasan a denominar al GODF como una simple y llana “Asociación Fraternal”
por muchos signos, palabras y toques masónicos que utilice, y todo
deviene como digo, por la modificación que el GODF realiza en 1877 en el
primer Artículo de su Constitución ( Asamblea General del 23 de
septiembre de 1877)
Esta
cuestión que parece capital, y que se ha ido conformando de alguna
forma como una cuestión tópica, funcionando a modo de una “verdad a
medias”, ya que el auténtico rompimiento entre ambas instituciones ya se
había producido un siglo antes, y por cuestiones bastantes divergentes a
la denominada tolerancia religiosa.
Tanto es así que uno de los antecedentes institucionales de lo que luego daría lugar a la fundación al GODF, como era la Gran Logia de Francia,
en 1766 cerraba un concordato con la GLI y como testigos de ello lo
firmaban el Diputado Gran Maestro Rowland Holt, y el Gran Secretario J.
Hezeltine de la GLI y el Barón de Toussaint, Gran Guarda Sellos de la
Gran Logia de Francia (1774).
En
dicho acuerdo plantean que ninguno de los dos estamentos abriría logias
en el país de su otro “partenaire” ni en sus “dominios”, y por supuesto
no interferían en la autoridad de cada una de ellas.
Aunque
la Gran Logia de Francia abatirá sus columnas dando paso a la Gran
Logia Nacional de Francia, que a su vez dará como resultado el
nacimiento del Gran Oriente de Francia, ello no impide que el GODF le
envíe por medio de Chaillon de Jonville a la GLI y de forma oficial la
demanda el intercambio de una correspondencia, a la vez que le
adjuntara un “corps de sus operactions después que le duc de Chartres en a accepté la Grande Maîtrise
“ (5 de abril 1772) con el fin de disipar algunas dudas; lo cual es
aceptado unos meses más tarde por Holt y Hezeline, declarando que sería
un honor aceptar la obligatoria invitación del GODF de mantener una
justa correspondencia mutua, expresando el deseo de sí el GODF seguiría
adelante con el Concordato heredado de la Gran Logia de Francia.
Está
claro que en todo este trasunto está pesando, en unos y otros, sentirse
como herederos de una u otra organización: ¿Era en realidad era el GODF
heredero de la Gran Logia de Francia de aquella de 1735, y de la
última…? Esto hace que todos quieran “ponerse a tono” con aquellos
acuerdos que de alguna manera los dos parecían querer proyectar en sus
futuras relaciones.
De
hecho el GODF designará una comisión para lograr un “Tratado de Unión” o
de Alianza, aunque no queda claro si al final de todo el proceso lo que
se buscaba no era tanto una fuerte implicación, sino lograr un “cierto
intercambio de correspondencia” aunque al tenor del fuerte fuste de los
Hermanos Comisionados, ello nos hace dudar de esa pretendida cierta
ambigüedad. Los comisionados eran: La Chaussée, Guillotin. Jubert de la
Bourdiniere, Savalette de Langes, uniéndose más adelante también los
Hermanos Rozier, Daubertin, Le Roy, y Machy),
Los
cuales al final de todo una serie de reuniones generan una propuesta
compuesta de seis artículos que fue enviado a la GLI el 13 de junio de
1775, aunque sabemos que nunca fue estudiado de forma oficial, aunque sí
de forma oficiosa, puesto que estaba en manos del Marqués de Vignoles,
Gran Maestro Provincial de la GLI, encargado de la relación con los
“Orientes Extranjeros”.
Algunas
incidencias, malentendidos, y como no, la dimisión de Secretario
General del GODF Barónd de Toussaint harán todavía más difíciles las
relaciones entre ambas organizaciones, hasta que la GLI en septiembre de
1775 por medio de Vignoles lo hace pero con la intención de no “entrar
al trapo del GODF “ y sus propuestas, lo cual es inmutable para la GLI,
puesto que por en medio estaba el tema del cambio en el artículo primero
de la Constitución del GODF, y también la negativa a aceptar como Gran
Logia Madre a la Gran Logia de Inglaterra, todo esto les lleva a un
punto muerto en las negociaciones, estando solo de acuerdo en el
principio de territorialidad que marcaba el artículo 2 del proyecto en
discusión.
El
proyecto nunca llegará a ser firmado, ya que además entraba en todo
este embrollo la negociación para una posible unión con los Directorios
Escoceses derivados de la llamada Estricta Observancia., y pese a que el
GODF terminará anexionando los Directorios de Burdeos, Lyon y
Estrasburgo, la GLI abandona toda idea de avanzar en unas relaciones
normalizadas con el Gran Oriente de Francia.
Como
estamos observando no hay de por medio ningún motivo religioso en todo
este entramado, sino temas de geoestrategia, porque a ojos de la Gran
Logia de Inglaterra el GOdF estaba anexionando cuerpos masónicos
irregulares.
Su
queja va a ir en aumento, al plantear la obediencia francesa el
reconocimiento de los Altos Grados que ella misma práctica, sino que en
1786 saca adelante el Rito Francés superponiendo a los tres grados del
Rito Inglés los antiguos Cuatro Ordenes de Sabiduría: Elegidos, Escocés,
Caballero del Oriente y el Rosa Cruz.
En todo caso y por encima de todo el GODF busca tener contacto con la nueva estructura que en 1815 ha devenido en la Gran Logia Unida de Inglaterra (GLUI)
pero en ningún momento a lo largo del desarrollo de este affaire que
llega a 1851, la aproximación se hace bajo la conceptualización
religiosa, ya que el GODF en 1849 había recalcado en su declaración de
principios reglamentarios aprobados en la Asamblea General de agosto de
1849 que “La Francmasonería es una institución eminentemente
filantrópica, filosófica y progresiva en base a la existencia de Dios y
la Inmortalidad del Alma”
Las
revisiones de la Constitución de 1849 y 1854 y 1862 no aportan ninguna
modificación, aunque esta se atenúa un tanto en 1865 con cierto rebaje
del carácter dogmático por la adicción: “Ella [la francmasonería]
busca la libertad de conciencia un derecho propio de cada individuo y no
excluye a las personas por sus creencias”
Aunque
la Asamblea General de 1877 rechaza expresamente toda exigencia
religiosa a instancias de F. Desmond (pastor de la Iglesia Reformada)
que logra que se apruebe lo siguiente: La Francmasonería institución
esencialmente filantrópica, filosófica y progresiva tiene por objeto la
búsqueda de la verdad el estudio de la moral universal , de las ciencias
y la artes y el ejercicio de la beneficencia, tiene por principio la
libertad absoluta de conciencia y la solidaridad humana, no excluye a
ninguna persona por sus creencias,. Y tiene por divisa Libertad,
Igualdad y Fraternidad.”
La
correspondencia entre las Grandes Logias: de Francia e Inglaterra se
había interrumpido en 1771, y la separación aún es más grande a
consecuencia de que la Gran Logia de Francia que deviene en 1773 en el
GODF, y la Gran Logia de Inglaterra se convierte en 1815 en la Gran
Logia Unida de Inglaterra, con estos cambios la comunicación se romperá
definitivamente en 1877, pero por parte de la Obediencia inglesa se
sigue considerando a los masones franceses a nivel individual como MASONES REGULARES,
y por tanto con derecho de visita en las logias inglesas, lo cual queda
roto en 1877 que es cuando la GLUI prescribe a las logias de su
jurisdicción admitir como visitante a todo aquel masón que se pertenezca
a una logia que niegue los Antiguos Deberes, y no sean firmantes de una
declaración de Creencia en Dios.
Pero
aun así el GODF seguirá tendiendo la mano a la GLUI ya que no desea
condenar al ostracismo a los masones de su organización, y en 1884 el
Hermano Coulon como Presidente del Consejo de la Orden se dirigirá a la
GLUI en nombre del Consejo de la Orden del GODF, con una carta donde
muestra la esperanza de disipar lo que él cree que ha sido un
malentendido, por ello expone que la modificación de 1877 en su artículo
18-19 de la Constitución “no tiene un carácter antirreligioso, cuando
por otro lado solo expresa el sentido de tolerancia del GODF, la
respuesta por parte de la GLUI se anota como escrita en 12 de Enero de
1885 por mandato del Príncipe de Gales, (Gran Maestro de la GLUI) y
enviada por Shandwell H. Clerke como Gran Secretario y que entre algunos
de sus pasajes se encuentra este:
“La
GLUI jamás ha supuesto que el GODF hubiera querido hacer una profesión
formal de ateísmo o materialismo, pero la GLUI sigue sosteniendo que la
creencia en Dios es la primera marca de una auténtica masonería, y
defiende esta creencia como esencial en la existencia de una masonería
auténtica, y ninguna asociación tiene el derecho de reclamar la herencia
de las tradiciones y prácticas de la anciana y pura Masonería.
El
abandono de este landmark, dentro de la opinión de la GLUI, niega la
piedra fundamental de todo edificio masónica, y es por ello que el GODF
hace un sincero borrado de su Constitución la modificación realizada en
1877, con la afirmación de la existencia de Dios, y llegó a ello a pesar
de todo con unanimidad, pero estos cambios va a afectar a las
relaciones fraternales que tienen ambos Potencias Masónicas, que bajo
esa premisa de 1877 no podían continuar por más tiempo con sus
relaciones.
Aunque
en realidad las relaciones de correspondencia entre ambas potencias
masónicas estaban interrumpidas desde 1776 por razones ajenas a la
religión y al motivo expresado por la GLUI después de 1877, el tema
religioso es una razón suplementaria que no era suficiente para romper
una relación y una correspondencia que prácticamente no existía.
Víctor Guerra. MM.:.
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