En pleno siglo XXI, son muy pocos los países que
han alcanzado el tan anhelado desarrollo económico y social de su población,
entre los cuales destacan los Estados Unidos, Japón, Las Coreas, Gran Bretaña,
Alemania, Singapur, entre otros.
¿Cuál es el secreto o método que estas potencias
económicas emplearon para lograr este objetivo?
Más allá de los recursos naturales con que cuenta
cada nación, estos por si solos no son suficientes para llevar a un país al
desarrollo o fracaso, sino realmente son las personas que se encuentran detrás
de estos recursos administrando. (Drucker, 2000) dice: “Se puede decir que no
hay países subdesarrollados sino mal gestionados”. Compartimos la idea de
Drucker, ya que el éxito o fracaso de cualquier organización depende de la
capacidad de sus dirigentes para capitalizar de forma ascendente los recursos
depositados en sus manos, o en su caso llevarlo al fracaso total.
Las grandes potencias
económicas se caracterizan en la actualidad por el alcance de sus empresas, por
la tecnología que desarrollan y las grandes inversiones que realizan en materia
científica y educativa. A todo esto nos preguntamos ¿Es acaso la educación el
motor que impulsa el desarrollo de un país?
La educación es en el
presente la inversión más rentable en la sociedad del futuro y cumplirá una
función esencial en el logro de un desarrollo humano más armonioso, más genuino
y servirá para hacer retroceder la pobreza, la exclusión, las incomprensiones y
las opresiones. Por eso, es necesario revalorizar los aspectos éticos y
culturales de la educación al servicio del desarrollo económico y social.
Cuando un país fomenta
de forma obligatoria la educación de su población y esta cuenta con los
parámetros de calidad para formar hombres y mujeres con un intelecto capaz de
poder resolver los más complicados problemas, podemos decir que esa nación está
en proceso de desarrollo, debido a que en un futuro será una sociedad con
principios, ética y moral como dice: (Valmes, 2008) “`La educación es al hombre
lo que el molde al barro”. Esto es muy cierto, ya que si se invierte en
educación tendremos a futuro una sociedad bien formada.
La educación debe
asumir la tarea de transformar la diversidad en un factor positivo de
entendimiento entre los grupos humanos, brindando los medios para la formación
de una ciudadanía consciente y responsable en el contexto de una democracia
plena para cumplir el conjunto de misiones que le son propias. La educación
debe estructurarse en base a cuatro pilares: aprender a conocer, aprender a
hacer, aprender a vivir juntos y aprender a ser. El aprender a conocer, el
acceso a los conocimientos, valores y actitudes, permite que los seres humanos
puedan desarrollar plenamente sus capacidades para vivir y trabajar con
dignidad y mejorar la calidad de su vida.
El Estado a través del
gobierno es y debe ser el motor que impulse la educación en sus habitantes, ya
que este cuenta con la autonomía y capacidad suficiente para impulsar políticas
y leyes que fomenten a que la educación sea realmente obligatoria y gratuita.
Donde el gobierno obligue a los padres de familia a que asuman su
responsabilidad en proveer y supervisar a que sus hijos asistan a las escuelas
de forma continua y permanente, y que los alumnos no abandonen los estudios,
sino que aprovechen al máximo la oportunidad que les brinda el Estado en
conjunto con sus padres. Si alguno de ellos llegase a abandonar la escuela, que
el gobierno tome cartas en el asunto de forma seria sobre este individuo para
no permitir que sea un vago en el futuro. Mientras que las personas que funjan
como maestros de las instituciones educativas sean personas realmente
capacitadas y sobre todo con vocación de enseñar para formar hombres y mujeres
de bien, todo irá por el camino correcto.
La educación debe ser
la piedra angular donde el gobierno centre su visión a futuro buscando que esta
sea la plataforma de desarrollo y crecimiento integral de la nación como dice:
(Pitágoras, 487 A.C) “Educad a los niños y no será necesario castigar a los
hombres”. Es muy cierto lo que Pitágoras aporta a la sociedad, debido a que si
el gobierno invierte en educación para los niños, tengamos la plena seguridad
de que estamos sembrando semillas que en un futuro producirán frutos que pongan
a la vanguardia al país, en donde solo habitarán hombres y mujeres dentro de
una sociedad con principios de responsabilidad ética y moral, y sobre todo con
iniciativas de crecimiento y desarrollo para crear el magnífico mundo de
negocios que tanta falta le hace a nuestra nación y que indudablemente la
colocará como una nación de primer mundo.
Conclusión
Si la educación es el
motor para que un país pueda crecer y desarrollarse y sobre todo es esta la
plataforma en donde deben acentuarse todos los esfuerzos de un gobierno que
quiere tener una sociedad con visión hacia un mejor futuro, podemos
preguntarnos entonces ¿Qué es lo que impide o porqué motivo o razón no se han
implementado leyes y normas que regulen y rijan la conducta del ser humano
dentro de una sociedad, donde se apoye de forma clara y contundente a que todos
los habitantes de una nación tengan presente que la educación es la única
herencia que el gobierno puede heredarles para un mejor futuro?
La educación tiene y
debe ser la plataforma de desarrollo socioeconómico de un país, pero recordemos
que para cosechar buenos frutos, tenemos que impulsar buenas leyes y reformas
que involucren a toda la sociedad sin distinción alguna a que tomen conciencia
que la educación es el único camino de desarrollo personal e intelectual hacia
un mejor futuro.
Fuente; http://www.gestiopolis.com/
Pierre Cubique.·.
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