Los actuales retos a
los que se ven sometidas todas las organizaciones y empresas obligan a éstas
plantear orientaciones concretas para hacer frente a los desafíos tales como
alinear la actuación de las personas dentro de la organización con los requerimientos
del plan estratégico o adecuar las competencias de estas personas a las
necesidades de las compañías en materia de seguridad.
El papel que juegan los
directivos en todos estos procesos es fundamental para entender cómo se están
transformando los negocios y el modo de operar en ellos.
Conseguir que los
valores de una organización no sean percibidos únicamente como una simple
declaración de principios sino como el eje que define las conductas que deben
practicarse en el puesto de trabajo es la apuesta final del directivo. Definir
cuál es el papel decisivo que juega la dirección en la gestión de las
personas dentro de la empresa y sobretodo hacia una gestión en seguridad donde
se manifieste el cuidado a todo el personal incluyendo a los contratistas es
hacia la tendencia de cero accidentes, destacar que fórmulas crean y fomentan
la cultura de la compañía y profundizar sobre la mejor fórmula para lograr el
compromiso de los trabajadores.
La Alta Gerencia tiene
un compromiso tanto conductual como cognitivo hacia la gestión de la seguridad.
La definición actual que asume como cierto que lo más importante en una
organización es su gente, constituye un enorme reto para todas las personas que
trabajamos con “personas” y que somos nosotros los llamados a lograr que
las organizaciones adquieran las habilidades necesarias para crear empresas
capaces de formar equipos competitivos y comprometidos con el negocio y sus
resultados en reducir los accidentes fatales e incidentes.
De esta forma, para
alinear a nuestros lideres formales hacia la Gestión del Cambio en prevención y
seguridad como estrategia del negocio, debemos ser capaces de administrar
talento, incentivar el trabajo en equipo en un ambiente donde se requiera la
diversidad y, sobre todo, deberemos ser responsables de conseguir que el
conjunto de elementos que conforman una organización, ejecuten sus funciones
como si se tratase de una única partitura orientada a completar con éxito los
objetivos y metas corporativas. El futuro requerirá de una gestión de personas
diferente, mas comprometida y armonizada con el desarrollo del propio negocio.
Los líderes formales y
gerentes que ocupan la posición “número uno” continúan siendo
determinantes en la implementación de los Cambios Organizacionales hacia la
prevención en seguridad. Sus valores, actitudes, prioridades, gestión tienen un
alto impacto en el ambiente de trabajo. Su protagonismo es aún muy fuerte y,
por eso, es imposible analizar los procesos de cambio sin considerar quiénes
son los líderes de estas transformaciones. Es allí donde podemos encontrar
algunas explicaciones sobre la manera en que se conducen los cambios
actitudinales y comportamentales en las empresas hacia la Prevención y
Seguridad.
La filosofía personal
del ejecutivo en el nivel más alto se transmite en forma de cascada en la
organización y ejerce su influencia en todas las funciones. Por lo tanto, la
filosofía de una organización incluido su compromiso para controlar las
pérdidas y reducir los accidentes es una proyección de los valores, principios
e ideales personales del Presidente Ejecutivo de la Compañía, tal y como los
entienda y aplica la gerencia de mandos medios y toda la organización.
Cuando no están
involucrados en el proceso de seguridad los gerentes de alto nivel se sienten
frustrados e inefectivos debido a que su mensaje no es comprendido. A su vez,
los gerentes de nivel medio se sienten impotentes debido a que están recibiendo
“mensajes confusos”: Reduzca los costos y disminuya el tamaño de la compañía,
pero alcance las metas de producción. Como resultado de este mensaje equivocado
se descuida la seguridad o se le otorga únicamente una atención superficial.
Como consecuencia, los empleados sienten que se los menosprecia y subestima.
Nadie les pide su opinión y se acrecienta la brecha entre estos dos.
Los buenos líderes
pueden generar un ambiente que asegure el buen desempeño en forma sostenida, ya
que los empleados comprometidos pueden duplicar la productividad, existe un
alto índice de correlación entre empleados “gusto” y satisfacción de clientes
(internos y externos).
Nuestros Gerentes
parece no darse cuenta que los empleados comprometidos producen un alto retorno
a las accionistas en todo el sentido de la palabra, ya que tener personas
trabajando a gusto involucrados e identificados con su organización,
mentalizados en su trabajo, por consiguiente aptos a cumplir su labor sin
presión psicología, motivacional y comportamental de que algo anda o se percibe
mal en la organización donde laboran y eso es en seguridad la tendencia hacia
cero accidentes.
Los aspectos claves
para cerrar esta brecha son el compromiso y la participación de la alta
gerencia, toda persona que está dentro de la organización debe ser visible y
estar autorizada para hacer lo que se requiere en el proceso de seguridad. Esto
fomenta un sentido de autoestima y valor y los primeros que deben de manifestar
este sentir en sus actos son nuestros líderes de las empresas.
Pierre Cubique.·.
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