Por Iván Herrera Michel
“De Midi a Minuit”, es el título de un activo blog dirigido a la “Francmasonería, y otras reflexiones, con o sin Mandil…”, que administra un Masón francés identificado curiosamente con el nombre de “Guizmo”. Para visitarlo solo hay que ir a la dirección: http://demidiaminuit.net/2013/08/13/la-methode-maconnique/
Recientemente, el 13 de agosto de 2013, el H:. Guizmo publicó un artículo que bajo el título de “El Método Masónico” (La Methode Maçonnique) presenta una visión muy didáctica acerca de lo que con esa denominación está produciendo en España y Francia una literatura de muy buena factura.
En idioma castellano, a quien desee profundizar en el concepto, le recomiendo vivamente las 166 páginas del libro “El Método Masónico. El sentido del método iniciático de la Francmasonería” escrito por José Luis Cobos, en el que aborda el tema siempre presente de la vigencia actual de su método Iniciático desde su consistencia y coherencia. El libro se puede adquirir a domicilio por solo 12 Euros en http://www.masonica.es/ficha/?i=73&sa=9
Por considerarlo de interés general introductorio, me he permitido traducir y publicar en este espacio una versión libre en castellano del artículo del H:. Guizmo, así:
EL MÉTODO MASÓNICO
Por Guizmo
Un pequeño artículo hoy para hablar sobre el método masónico, o al menos mi percepción de lo que a mis propios ojos representa la Masonería.
Uno de los grandes principios de la Masonería es el de reunir en su seno a personalidades radicalmente diferentes. Diferentes por sus orígenes, su medio social, su nivel de estudio, o su posición en la sociedad. Es esta la diversidad que nosotros venimos a buscar en la Logia con el fin de enriquecernos mutuamente en el contacto con otros. Pero para ser humildes y ser honestos, a escala de la Logia, no podemos pretender ser especialistas en todos los temas que puedan ser discutidos. Un día nosotros hablamos, por ejemplo, de la educación, en otro de economía, y un tercero sobre ética. Sería presuntuoso, pienso yo, creernos con mayor autoridad que los grupos de investigación especializados en el estudio de estos difíciles temas.
En mi opinión, nuestras ideas son pertinentes cuando ellas ameritan algo nuevo, original, en el debate público, una sensibilidad o un color particular. Que ellas originen un proceso diferente. A estos procesos es lo que se conoce como el Método Masónico, y se fundamenta en dos cosas: el Ritual y el estudio de los símbolos. Es interesante anotar que este método posee una doble acción, por una parte permite un perfeccionamiento individual, y por otra parte propone una reflexión alternativa.
El estudio del Ritual y la reflexión sobre los símbolos impulsan al Masón a superarse, a construirse, a tallar su piedra con fuerza y precisión, para tratar de comprender el mundo con más justicia y mesura. Por la perseverancia, nosotros aprendemos paso a paso a afinar nuestro pensamiento, en la moderación, teniendo el cuidado de liberarnos de nuestros prejuicios y de nuestros juicios apresurados. Es de esperar que a fuerza de trabajo, la calidad de nuestra reflexión se vea poco a poco afectada de manera positiva.
Las herramientas y los símbolos que manejamos nos permiten ir más allá de las palabras y las reflexiones, apoyados por metáforas y alegorías cuyo sentido común nos son conocidos a todos, pero que reinventamos sin cesar, porque estas reflexiones Masónicas tienden a liberar los mecanismos habituales del pensamiento. En tanto que Masones, nosotros intentamos mantener un espíritu crítico, y de dar un paso atrás que nos permita evitar las trampas del militantismo, de la complacencia y de la pose inútil. De nuevo, es de esperar que esta manera de abordar la discusión facilite el surgimiento de ideas originales, equilibradas, innovadoras y sin límites.
La diversidad de los miembros que constituyen las Logias deviene ahora en una riqueza, porque en lugar de un grupo especializado en tal o tal área, nosotros podemos abordar cada discusión con una nueva mirada. Lo que parecía ser una imitación se convierte en ahora en un activo.
Y lo que garantiza una buena Tenida es el intercambio, y que asegure que cada palabra, cada opinión sea escuchada y respetada. Es el Ritual, con varios siglos de antigüedad, lo que guía nuestros trabajos como los rieles en un tren.
El estudio del Ritual y la reflexión sobre los símbolos impulsan al Masón a superarse, a construirse, a tallar su piedra con fuerza y precisión, para tratar de comprender el mundo con más justicia y mesura. Por la perseverancia, nosotros aprendemos paso a paso a afinar nuestro pensamiento, en la moderación, teniendo el cuidado de liberarnos de nuestros prejuicios y de nuestros juicios apresurados. Es de esperar que a fuerza de trabajo, la calidad de nuestra reflexión se vea poco a poco afectada de manera positiva.
Las herramientas y los símbolos que manejamos nos permiten ir más allá de las palabras y las reflexiones, apoyados por metáforas y alegorías cuyo sentido común nos son conocidos a todos, pero que reinventamos sin cesar, porque estas reflexiones Masónicas tienden a liberar los mecanismos habituales del pensamiento. En tanto que Masones, nosotros intentamos mantener un espíritu crítico, y de dar un paso atrás que nos permita evitar las trampas del militantismo, de la complacencia y de la pose inútil. De nuevo, es de esperar que esta manera de abordar la discusión facilite el surgimiento de ideas originales, equilibradas, innovadoras y sin límites.
La diversidad de los miembros que constituyen las Logias deviene ahora en una riqueza, porque en lugar de un grupo especializado en tal o tal área, nosotros podemos abordar cada discusión con una nueva mirada. Lo que parecía ser una imitación se convierte en ahora en un activo.
Y lo que garantiza una buena Tenida es el intercambio, y que asegure que cada palabra, cada opinión sea escuchada y respetada. Es el Ritual, con varios siglos de antigüedad, lo que guía nuestros trabajos como los rieles en un tren.
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