Ya
el lúcido Ignacio Ramonet lo escribió un lejano día, y apuntó “ que
estábamos atrapados en una viscosa doctrina que de forma omnipresente
está en la sociedad, es la mano invisible que corrige las asperezas”.
Concepto que bien puede ser empleado
para definir la nueva corriente liberal del capitalismo, como para otras
emergencias conceptuales o culturales, que necesitan emplazarse en esa
permanente y benéfica modernización societaria, representando diversas
caras de un poliedro en el que pesa tanto la derecha como la izquierda,
tanto el progresismo como el conservadurismo, ya que reaccionan igual
ante una razón “calculadora de la modernidad en donde el hombre aparece
por primera vez definido como una red extensa, como una cosa mensurable,
“si lo podemos medir, se preguntaron, lo podemos etiquetar y por tanto
encorsetar en un modelo único y de validez universal siguiendo el modelo
de la mathesis matemática”[1].
En fin, toda esa multidiversa corriente
tiene como último fin la intimidación del nomadismo cultural, la
exclusión de toda tentativa de reflexión libre y abierta, y por último
el anestesiamiento general en base a introducir el peligroso virus del
“Pensamiento único” a veces vestido de ortodoxia y a veces trasvestido
de pensamiento crítico, cuando no de operativo oportunismo y
realpolitik.
Podemos decir que de algún modo la
corriente del pensamiento único de carácter conservador es una vieja
damisela que acompaña a la masonería desde el mismo momento que Dermott
plantea la ruptura con los ·Modernos”, y se establecen las logias
“Promulgation y Reconciliation”, rompiendo con la línea progresista y
abierta de la masonería que representaba Desaguliers y la tradición de
1717, asentándose de nuevo el conservadurismo de los viejos “Old
Charges” que ya esbozara Anderson en sus Constituciones.
Se reforzaba de este modo el "pater
family", el neutralismo religioso, los virtuosos y caballerescos
conceptos de beneficencia y caridad, negando en parte el resquicio
personal y logial necesario para el ejercicio de una reflexión plural y
libre, más allá de la simbolatría[2], y cerrando un pequeño ciclo de modernidad que representaba en aquel momento la masonería de los Modernos.
Pero esa corriente ortodoxa que persigue
una cierta “uniformación” un férreo control a modo de un fuerte aparato
como parte del “stablisment y realpolitik” sobre las bases pensantes es
una tentación que estamos observando que quiere estar presente también
en la “masonería de prospectiva” (otros la califican de liberal y
adogmática), la cual tiene como permanente vocación y objetivo el
cuestionamiento de trabajar sobre las herramientas y los materiales
simbólicos y filosóficos para un mejora de la humanidad como recogen los
rituales.
El masón debiera seguir en toda su
dimensión la estela que le marca la estrella flamígera y la
profundización del significado de la letra “G”; digamos que el Aprendiz
aun no la ve en toda su dimensión, pero la intuye… por lo cual trabaja
dentro de una dimensión vertical, explorando la dirección de la
perpendicular.. de la plomada; el Compañero ya ha visto la Estrella y la
“G” la Gnosis, el Genio, por tanto, explora la horizontalidad según la
lógica del nivel, entrando en la atrayente senda del nomadismo que
representa el “tour del Compañero” al que virtualmente se le invita, y
cuyo sentido se representa muy bien en la exaltación a Compañero en el
Rito Francés “Retabli”.
Acción esta del “Tour del Compañero” que
ha quedado reducida en muchos rituales de 2º Grado a la mínima
expresión, a una sugerencia constructiva en base a la estrella
salomónica, pero se ha desgajado del “tour” por el miedo que representa
el nomadismo, hasta tal punto llega ese pánico que en algunas
Obediencias se le coloca al Compañero un “maestro guardián” para visitar
logias, o sea, se busca el control, la “institucionalización” que es
una de las pluridiversas caras del pensamiento único.
Cuando en realidad, sí la logia hubiera
hecho su trabajo como cámara de reflexión activa y permanente,
suscitando como escuela de fraternidad, de conocimiento, y del
equitativo ejercicio del poder una importante reflexión durante todo el
tiempo en que el Aprendiz ha estado en silencio, éste hubiera obtenido
las suficientes claves como para “saber, ser, estar y proyectar” y
realizar en solitario el “tour del Compañero” sin más ayuda que las
enseñanzas recibidas, que serían directrices más que de sobra para un
vagabundeo iniciático y nómada del Compañero por las logias.
Si esa misma progresión se diera en el
Maestro, éste como el sabio de la antigüedad estaría instalado en la
duda, en el campo en como dice Maffesoli, en el cual este “toleraba
zonas de sombra en el conocimiento del mundo” [3]
, pero este modelo ha sido reemplazado por los “expertos y burócratas
del aparato”, o sea para los maestros de la sublime transparencia opaca,
donde nada puede quedar al azar, ni a lo imprevisto, los cuales hacen
que la función del Maestro de interrogarse acerca de un universo
infinito de cuestionamientos de cara a poder establecer una fecunda
prospectiva en permanente reinvención, quede inmóvil y sin substancia en
el proceloso recorrido iniciático.
Es en este caso, la logia, es la viva representación de un espacio sedentario,
en el cual como decía Platón, los magistrados se asegurarían “de que
ninguna especie de extranjeros introduzca alguna novedad”, y que no se
tenga con ellos más que las relaciones indispensables “y lo más
raramente posible”[4].
Está claro que nos ofrece el marco ideal
pues para establecer el modelo de la “institucionalización” más rígida
contraria al espíritu masónico.
En parte no deja de ser paradójico que
hayamos dejado atrás una masonería en la cual uno era aceptado por el
porte de la espada, y si bien tal distinción ha sido abolida para
situarnos a todos en un plano de igualdad, en cambio hoy parece que se
persigue con mucho hincapié marcar “la diferencia”, haciendo por
ejemplo, que el nombramiento de algún Hermano como Gran… sea el non plus ultra…en el mundo de las idea y de los comportamientos individuales y colectivos como es la masonería.
En este sentido habría que seguir en sus
reflexiones al viejo Hermano, Ligou o a Kalbach cuando nos hablan de
cómo entre ciertos titulares de altos Grados y Dignidades opera una
intensa confusión entre sus tareas de la gestión administrativa que les
son temporalmente confiadas, y la autoridad filosófica, moral e
intelectual de la sabiduría del iniciado que debieran tener del que por
regla general están lejos de ese afán reglamentarista… pero esto es
harina de un viejo costal…
El Maestro Masón debería en su progreso
cuestionar y cuestionarse, tendría que poner en entredicho las falsas
verdades, los tópicos al uso, estar abierto a las nuevas propuesta, y a
los Hermanos que se adentran en la reflexión errante y crítica, los
cuales han de ser un valor a tener en cuenta, y no entes logiales a
despreciar o marginar, debería protegerse ese tipo de “diferencias” y no
las institucionales en función del cargo o el grado.
El Maestro Masón debe infringir, si es
preciso, un orden establecido muchas veces constituido no por una
tradición abierta, sino por una construcción arquetípica llena de
tópicos proveniente de la tradición oral o literaria, en muchas
ocasiones no nacidos de la reflexión crítica, o de la contrastación,
sino de leyendas y creencias… la masonería, la nuestra está claro que se
nutre en gran parte de muchas de esas tipicidades.
El Maestro Masón desde una perspectiva
de desarrollo y progresión abierta, es capaz de renunciar en pro de unir
a sus pares ya que ello les construye a todos, y además esa renuncia se
hace sobre la base de valores perennes y permanentes. En ese caso el
Maestro Masón no tendría complejo ni sentido de culpa, y por tanto
extendería la mano, no para hacer un acto de perdón, sino porque
entendería que esas partes oscuras de cada sabio, de cada Maestro, es
parte de la imperfectibilidad que nos caracteriza.
La progresión en esa escala, y más
dentro de nuestro sistema ritual el RITO FRANCÉS, ( sigo las pautas de
reflexión de quien ha sido el motivador de estas reflexiones Michel
Eynaud) viene de la mano tal vez de las Ordenes de Sabiduría, tras dejar
atrás el paso de los viejos conceptos de venganza por el triunfo de la
justicia de la mano de los Elegidos, tal y como se da en el 1º Orden; y
la Unión de los Hombres y los valores democráticos en el 2º Orden,
entramos de lleno en una de las Ordenes más capacitadas para combatir
las aptitudes utilitaristas uniformadoras, a través de una cualidad del
3º Orden, el nomadismo del Caballero Masón, cuyo objetivo, no es nada
más ni nada menos, que la trasgresión del buscador-soñador que requiere
un largo y doloroso trabajo, hasta ser aceptado por la estructura social
y logial; por otro lado ese doloroso peregrinar es lo que más molesta
más a los “institucionalistas” el hecho de hacer patente la libertad
errante del buscador…
Esa encarnación del espíritu del 3º
Orden, en suma, no es más que algo que debiera estar en todo masón,
sedentario por obligación en tanto que está, tenida tras tenida, en un
mismo marco espacio-temporal, pero ello no debe impedirle, es más,
debiera ser su obligación constituirse en un errante viajero, un
buscador a través de los símbolos y la dialéctica de la prospectiva,
constantemnte renovada y por supuesto hija de los tiempos, y como no,
encarnada en la realidad en la que vivimos, para que esa masonería de
prospectiva tenga futuro.
Por eso la opción de una masonería
abierta, liberal y adogmática, (masonería de prospectiva) ha de dar
cabida a la incertidumbre de la libertad y a la reflexión no estática de
la simbología y la ritualista; debe permitir y hasta asumir el deber de
interrogación permanente. El Masón debe ser un transgresor alejado de
los gurús, los césares, o los tribunos, y a muchas millas de distancia
de los Grandes Inspectores con respuestas secretas ante tanta
interrogación. Como dice Michel Eynaud “un masón sin cuestionamientos es
un masón alineado”,.
Es una tentación que puede corroer a la
masonería actual, y aunque pueda sonar extraña es una cuestión que
comprobaba en documentos emanados de algunos estamentos ejecutivos de
una Obediencia, en los cuales se planteaba que había que permitir y
apoyar varias plataformas de comunicación(webs y blogs), supongo que se
refería a los que le eran afines o mercadean en el utilitarismo y la
conveniencia con el aparato”; a la vez que paralelamente planteaban dar
un escarmiento al resto, no a los antimasónicos, sino a los propios
porque que eran muy críticos, y to en base a la excusa de que tal
proceder de sancionarles era debido a la “infidelidad a la promesa del
secreto masónico, o a la ley del silencio que se promete tras el cierre
de los trabajos”. Me pregunto si ello no es el silencio del discurso que
busca y persigue el pensamiento único.
La verdad es que suena a querer romper
una misión que como hombres de prospectiva dentro del Rito Francés hemos
de encarnar, el de ser obstinados interrogadores de la realidad que nos
circunda, “experimentando, elaborando estrategias, confrontando
humildemente opiniones e hipótesis de trabajo” .
Tal actitud es posible que se deba a que
quienes desde esa alta potestad y dignidad conferida se creen en el
Gran Demiurgo, cuando en realidad la masonería es una vieja escuela que
de forma permanente nos recuerda que debemos volver a la puerta de la
logia, que debemos de nuevo guardar la entrada, lo cual muchos evocan
pero he visto a pocos volver a ese viejo oficio. Vuelve a tener razón el
autor de “Les Questions de L´action”: “en ocasiones se
desea una “sumisión a una tradición cerrada devenida en ideología,
sumisión a un hierofante devenido en salvador”
Es algo que pueda estar afectando a
algunas instituciones masónicas, logias, capítulos, u Obediencias…,
empeñados muchos de ellos en buscar las explicaciones en el pasado,
apegándose a tradiciones cerradas y uniformes haciendo estériles los
frutos del debate ya que desposeen de toda capacidad de interrogación y
de acción fuera de sus instancias a todo aquel que se atreve a
encarnarlo, tal y como muy bien refleja el IV º Orden de Sabiduría del
RF “ser un aprendiz eternamente condenado a la introspección” o sea a
“la construcción y la desconstrucción activa.
Es probable que toda esa simbiosis del
pensamiento único no sea nada más que fruto de nuestro déficit de
recepción y trasmisión, en suma de formación, en España esa cadena se ha
roto tantas y tantas veces, que la trayectoria nos mantiene reos de
nuestros educadores, de los gúrus y de nuestros iniciadores, y a veces
esclavos del “aparato” entrando en la égida del pensamiento único más
aleccionador y alienante; y por supuesto alejándonos del objetivo
primordial del Compañero, auténtico Maestro de la búsqueda de la
interrogación.
Tal vez desde esa perspectiva el grado
de Compañero debiera ser el culmen de la pirámide masónica como lo fue
en su momento, ya que encarna mejor que el grado de Maestro, la
interrogación, la búsqueda, el nomadismo como fórmula de conocimiento.
Además para esta búsqueda no parece
servir el grado hiramico del Maestro puesto que cuando uno llega a este
último grado, la confortabilidad y no la interrogación es lo que parece
primar en tal estadio, lo malo es que con la creación del grado de
Maestro, se ha vaciado el sentido de interrogación permanente del
Compañero.
Es el peor factor el del estancamiento,
tanto del individuo como del grupo, tanto del Hermano como de la logia, y
ello se debe en parte a la labor del dogmatismo, el sectarismo y la
intolerancia que se da tanto en el campo político, social o en el
masónico, donde en este último vaso todo está preestablecido,
predeterminado por el Reglamento, libro sagrado y ritual por
excelencia, garantista “regular”, apoyado en el cooperativismo no de la
tradición sino de la confidencia, todo ello “dentro de un sistema de
pensamiento elaborado, en donde si uno cuestiona, si uno duda [de la
palabra de los grandes Hierofantes] será catalogado de “cómplice” será
vilipendiado como inculto, denunciado como “vendido”, condenado como
desviacionista, y quemado como herético”.
Olvidan pues estos precursores del
pensamiento único de la realpolitik que estamos como hombres, pero más
como masones, condenados a la incertidumbre, al debate…al consenso… a
emprender como el Compañero el camino de la lucidez y de la libertad, el
poder de hacer, de compartir las reflexiones, las historias, y las
experiencias partiendo del reconocimiento del otro como “distinto”,
teniendo presente además que se tiene el derecho a ser “distinto” con
sus afectos y desafectos.
Nos los confirma nuestro guía en este artículo, Michel Eynaud:
“El francmasón, particularmente del GODF, está ligado a su libre
albedrío, Es un ardiente combatiente de la libertad absoluta de
conciencia, pero no está inmunizado contra las infantiles enfermedades
iniciáticas. El mismo, en numerosas ocasiones pierde su frágil libertad
al quedar atrapado en sutiles dependencias. Y se constatan
excepcionalmente en asombrosas sumisiones a muy diversas adicciones que
pueden ser a un título, a un collar o aun libro “sagrado” o más
comúnmente a un poder, o a uno de sus atributos, las fotos (entre los
principales están el reconocimiento narcisista, el sexo, o cualquier
otro…, dependiendo de los deseos y frustraciones de sus víctimas) sin
olvidar las delicatesen de la sala húmeda”.
Nos habla el pensador francés en su artículo de Les questions de l´action[5], de los signos de esa dependencia cuasi patológica que son:
- · La monopolización del pensamiento (La elección de futuro, el color de collar, blanco o amarillo si es posible, las franjas del collar último).[los equipos, la imposición del reglamentarismo, el narcisismo vital de cada tenida]
- · Los desórdenes de la regularización de afectos (afectos negativos en la antecámaras y en los pasos “perdidos” marcados por los breves alivios al hilo de los escrutinios y los golpes de mallete –y los triunfos de las estrategias.. todo por la afinidad y la sumisión]
- · La tolerancia (aquella que hace que se habitúen a sus efectos y aumenten sus dosis para mantener sus efectos: más fuerte, más a menudo, más alto, más tiempo en sus grados y en sus funciones hasta la eternidad]
- · Los signos del destete (en el momento que es privado de su sonajero [mallete] devienen en irritables, en angustiados…-en querer alejar todo aquello que les incomoda-.
- · La pérdida del control (ya no puede hacer lo mismo, ya ha repetido no puede ser elegido. [ pero puede rodearse de su corte de los Milagros]
- · Las repetidas tentativas por reducir o controlar los comportamientos…[no se expulsa, se crean estrategias de exclusión o auto exclusión]
- · Las repercusiones en la vida cotidiana y la salud psíquica y física….
Son las adiciones masónicas que nos
encontramos tantas y tantas veces, de una forma pasiva o activa, en la
logia, en la tenida, en las estructuras obedienciales de forma
seductiva, o fuerte, bien como ukase o como complot, son al final la vía
de la conquista del poder para establecer una suerte de pensamiento
único, con el fuerte deseo de acabar con la heterodoxia del Compañero
nómada que se interroga, que contrasta, que investiga para poner en
solfa sus propias conclusiones.
Esto último debería ser un estilo y un
talante y un objetivo que debiera ser enseñado en la logia, para
erradicar al “individuo economista” de sí mismo y del mundo que le
circunda, fiel preconizador del pensamiento único, y por tanto habría
que exigir ara entrar en Masonería, tal y como dice Elizabeth
Hamilton, desentrenar a nuestro loro.
He dicho
Víctor Guerra MM.:. del Rito Francés .
[1] Alberto Buela. Filósofo.
[2] http://victorguerra.blogspot.com/2009/03/colgados-de-los-simbolos.html.
[3] Michel Maffesoli. El nomadismo. Vagabundeos iniciáticos. Méjico 2005
[4] Platón. Leyes XII, 952
[5] Michel Eynaud. Les questions de l´action. Paris2010
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