Esta importante acción ve frustrada la salida hacia las
colonias americanas de unos diez mil soldados al mando del general Evaristo
Callejas, en refuerzo de las disminuidas fuerzas realistas, que luchaban contra
los revoltosos de las colonias deseosos de la emancipación.
En Cabezas de San Juan en Cádiz sucede el 1ro de enero de
1820 un levantamiento de filiación liberal con el lema "Libertad y Constitución",
encabezado por el coronel Antonio Quiroga (1784-1841), apoyado por el coronel
Rafael de Riego (1785-1823), y varias unidades militares contra el absolutismo
del rey Fernando VII, en procura de restablecer la Constitución española de
1812, esto obliga a las autoridades españolas ordenarle al Gral. Pablo Morillo
negociar la paz mediante un armisticio y cese de hostilidades con la finalidad
de ganar tiempo mientras resolvían la crisis en España.
El 19 de marzo de 1812 fue promulgada por las Cortes
Generales la primera constitución española, por ser día de San José se le
conocía como "La Pepa";
Fernando VII regresaba de Valencey- Francia en 1814, luego de haber sido
apresado por las fuerzas napoleónicas que invadieron a España en mayo de 1808;
en el ejercicio de su reinado no cumplía con la Constitución. El 11 de marzo de
1820 Morillo recibe las instrucciones de negociar la paz; ese mes se supo la
información en Venezuela traída por un navío francés.
El coronel Pedro Briceño Méndez la comunica el 27 de abril al
Libertador en San Cristóbal; el 1ro de mayo Bolívar le envía una carta a
Guillermo White residenciado en Trinidad: "De los negocios de España estoy muy
contento, porque nuestra causa se ha decidido en el Tribunal de Quiroga. Nos
mandaban diez mil hombres y ellos con una filantropía muy natural, no quisieron
hacer la guerra a muerte sino la guerra a vida, pues sabían que por allá podían
salvarse y por acá no".
Morillo había llegado a Margarita el 7 de abril de 1815 en
calidad de "Pacificador de Costa
Firme" con quinientos oficiales y diez mil soldados; fuerza disminuida
a causa de la guerra, enfermedades y deserciones. Desde Cúcuta escribe Bolívar
a Santander: "¡Albricias, mi querido general! Ya Fernando VII ha reconocido las
Cortes y la Constitución, forzado como él dice, por la voluntad del
pueblo". El 6 de julio el Libertador recibe comunicación del
general Miguel de la Torre, proponiéndole por orden de Morillo la suspensión de
las hostilidades. Al día siguiente contesta que aceptaba el armisticio
propuesto con la mayor satisfacción, y que las conversaciones se realizarían
reconociendo esta República como un estado independiente, libre y soberano.
En agosto es designado el general Rafael Urdaneta y el
coronel Briceño Méndez comisionados para discutir con los representantes de
Morillo. El 21 de septiembre desde San Cristóbal el Libertador le escribe a
Morillo: "Vuestra excelencia nos ha convidado a un Armisticio, cuyo objeto
parecía ser la paz de la América. Pero un Armisticio semejante sin ofrecer
siquiera el reconocimiento de nuestro gobierno, es demasiado perjudicial a los
intereses de la República, cuando ella se lisonjea de un triunfo final y
completo, según todas las probabilidades".
El jefe realista en San Carlos designa el 20 de octubre al
general Ramón Correa, a Juan Rodríguez del Toro Alcalde de Caracas, primo del
Libertador y a Francisco González Linares rico comerciante, comisionados ante
los representantes del Libertador. España trata a Venezuela por primera vez de
igual a igual. El 2 de noviembre Bolívar desde Carache nombra como comisionados
definitivos al general Sucre, al coronel Briceño Méndez y al Tte. Cnel. José
Gabriel Pérez. El 20 Morillo propone suspensión de hostilidades, Bolívar
acepta. El 25 de noviembre los comisionados firman un acuerdo de Armisticio por
seis meses y el 26 el Tratado de Regularización de la Guerra, ratificados por
el libertador en Trujillo el 27 en la misma casa donde siete años antes había
firmado la "proclama de Guerra a
Muerte". Morillo deseaba una entrevista con el Libertador realizada en
Santa Ana situada a mitad de camino entre Trujillo y Carache, donde cenaron;
Bolívar diría en esa fraterna reunión: "Odio
eterno a los que deseen sangre y la derramen injustamente"; Morillo
contesta: "Castigue el cielo a los que no están animados de los mismos
sentimientos de paz y amistad que nosotros".
Ambos jefes durmieron en la misma casa; al otro día luego de
abrazarse y proponer un monumento, se despidieron para no verse jamás; Morillo
quien inicialmente denigraba y calumniaba, en su proclama de despedida asegura
que: "llevo a los venezolanos en el corazón". Luego de entregar
el mando a De la Torre, desde Puerto Cabello regresa a España el 17 de
diciembre de 1820.
“Que viva la Pepa”
Por: QH.`. Eumenes Fuguet Borregales, Historia y Tradicición
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