A lo largo de la
historia, vemos permeando desde nuestras logias preceptos que han marcado
pautas en la humanidad, masones talentosos, que con humildad, coraje y sobre
todo con carisma han participado de los contextos generales de las grandes
tomas de decisiones. Diversos estudios se han dedicado a estudiar qué rasgos
definen a las personas carismáticas. Las más recientes señalan que no se
trata sólo de ser carismático, sino de comportarse como tal.
Hemos tomado ocho
puntos con las características más comunes:
1. Escuchan
Para que quienes lo
rodean se sientan apreciados, es necesario que el líder los escuche y se
detenga a reflexionar en sus ideas, sin considerar que las suyas son mejores
que las que está escuchando.
Ninguna
persona con carisma recibe la confianza de los demás si estos perciben que su
superior ignora continuamente las propuestas ajenas y considera maravillosas
las suyas propias.
2. Crean confianza e
inspiran
Algo que se obtiene a
través de la experiencia y la acción ejemplar, principalmente a través de la
capacidad de reconocer y enmendar los propios errores y de
hacer comprender a los demás sus aciertos y equivocaciones en la justa medida.
Un líder que ha perdido su credibilidad difícilmente volverá a ser considerado
referencia entre sus seguidores.
3. No son
conformistas
Las personas más
valoradas son aquellas que perciben algún error o injusticia en su entorno y
son capaces de poner en marcha el proceso necesario para poner solución a tal
problema.
Para una persona
carismática, siempre existe algo susceptible de ser mejorado,
y que por lo tanto, requiere de su protagonismo. Su descontento conduce
a la acción, y ésta, al cambio.
4. Son visionarios
Ya no se trata
simplemente de ser capaz de tener una buena idea, ser hábil en determinados
campos o ser muy productivo, sino de ser capaz de elaborar un proyecto
personal e intransferible que les distinga de sus iguales.
5. Toman riesgos y se
sacrifican
Para ser capaces de
alcanzar esa visión personal, los líderes deben predicar con el ejemplo. Y, por
lo tanto, han de actuar en consonancia con las ideas que propugnan. No
se puede pedir a los demás algo que uno no está dispuesto a dar y
pretender que se siga confiando.
6. Son creativos
El ingenio y la
capacidad para abandonar las concepciones predeterminadas distinguen a una
persona carismática de otra simplemente competente.
Sus aspiraciones son
diferentes a las del resto de (conformistas) mortales, que requieren una serie
de habilidades diferentes que les ayuden a encabezar proyectos. Ya se sabe: si
quieres resultados diferentes, uno debe seguir métodos distintos.
7. No critican a los
demás
Aunque hayan cometido
errores, cotillear a espaldas de los compañeros sólo conduce a la pérdida de
confianza de estos, que sospechan que pueden ser objetivos de los comentarios
malintencionados del "listillo" en ocasiones sucesivas.En el fondo,
las personas más carismáticas lo son por mostrarse humanos, aunque
pueda sonar paradójico: reconocen que un error lo puede tener cualquiera
-aunque ellos sepan ocultarlo bien- y recuerdan que lo importante no es volver
a repetirlo.
8. Hablan de
"nosotros", no de "yo"
El egocentrismo no es
precisamente una cualidad frecuente entre las personas carismáticas; sí lo es
implicar a los demás en el proyecto que uno ha comenzado. Lo importante
es el objetivo común y que cada uno adopte el papel que la empresa necesita, no
la realización personal del líder.
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