Abro un nuevo capítulo a mis escritos, los cuales haré los
domingos, cuando pueda, mientras me dejen.
Hoy reflexiono sobre lo que uno piensa acerca de algo y en lo
que cree que ese algo es, o lo que espera que sea. La una es una respuesta
racional, y debe ser sustentada en análisis y normalmente está sujeta a comprobación.
La otra es una respuesta meramente emocional, intuitiva, o sea, que pertenece
al conocimiento no sistematizado, empírico y que un adquiere sin saber porqué,
ni cómo, ni cuándo.
En Las universidades se hace un esfuerzo por enseñarle al
alumno adulto acerca del llamado CEREBRO LÍMBICO, y el CEREBRO TRIUNO O TRINO (tres
en uno) y del paso del pensamiento emocional al pensamiento racional en
la humanidad. De cómo se desarrolló nuestro cerebro de una MEDULA OBLONGATA (oblonga)
la cual está todavía detrás del cerebelo y que yo, lego en eso, comparo con un
procesador cerebral o generador de frecuencia
que nos da la velocidad del mismo (millones de Teras de Kbps nunca alcanzado ni
alcanzable por ningún PC) a una NEO CORTEZA, o CPU mental (DD, unidad lógica, unidad
de control, unidad aritmética y memoria RAM y ROM incluidos).
Un autor como David Goleman, nos dice en su libro “LA
INTELIGENCIA EMOCIONAL”, que la inteligencia emocional es mejor para nuestras
vidas, y más útil y conveniente de desarrollar, que nuestra inteligencia racional,
la de miden en I:Q, o cociente de inteligencia, el cual no nos sirve para mucho,
o más bien para nada, en cambio la I.E. Nos
sirve para todo. Quien la domina, domina a los demás. O sea, ya no más aquello
de Información es poder, sino Control emocional es poder.
La inteligencia de las emociones es la que nos permite integrarnos
armónica y articuladamente con la
familia, y con la sociedad. La racional es la que nos permite aplicar la metodología
de la investigación, dentro del proceso epistemológico natural que seguimos
para aprehender conocimientos, para
poder aprender las leyes que subyacen en el fenómeno natural que observamos, bien sea que nos ubiquemos en el ámbito de
las ciencias exactas, como en lo meramente social. Son teorías para cuya aplicación
se debe contar con una muy buena I.E. si
no es así, refirámonos a un medico suma cum laude, quien se equivoca por falta
de humanidad, de buen contacto con su paciente y por orgullo desmedido, soberbia u otra falencia de la personalidad. O
del Ingeniero que sabe acerca de geología de suelos y sin embargo construye
sobre cerros precarios en sustento y compactación. O del político, quien conociendo
todo, no lo aplica. En fin, de la ética y
la moral aplicada a nuestras profesiones u oficios.
En el primer caso, somos solamente sujetos que estudiamos una
realidad objetiva y por tanto todo lo que ocurre en ese fenómeno u objeto
estudiado es independiente de nuestra manera de verlo. En el segundo caso,
somos, a un tiempo, sujetos que estudiamos una realidad donde somos simultáneamente
el objeto estudiado, y formamos parte indivisible de dicho ámbito estudiado; por
tanto, le introducimos errores o contaminamos nuestro análisis.
Esto es lo que hace que las ciencias, en el segundo caso, sean
llamadas “sociales” y las primeras,
sean llamadas “exactas”. Por cierto,
a mi juicio, serán tanto o menos exactas
en la misma medida en que el investigador aplique mejor o pobremente, la metodología
y sepa como sintetizar el análisis y no introduzca, voluntaria o por falta de
proficiencia, sus errores de interpretación.
En este sentido, hay que tener en cuenta las respuestas de
las personas cuando les preguntamos:
¿Qué piensas tú de…?
Lo cual es diametralmente diferente de:
¿Qué crees tú de…?
Muchas veces la gente responde a una de las dos preguntas,
aunque sea que uno le haya hecho la
otra. Lo peor es, que el investigador no percibe si su interrogado le habla desde
su neo corteza o desde su corazón. El
mismo, cuando aprecia el fenómeno, no sabe distinguir bien qué está viendo, si
lo que ve objetivamente, o lo que quiere ver. Esta respuesta a una percepción, más
que a una cantidad de información que uno le dé, o que la persona ya posea en
su imaginario, hace que las respuestas no sean fáciles de identificar y se caiga
en errores. Esto nos sucedió con las encuestas, tanto las elaboradas por
empresas del ramo, como las que a título personal hicimos.
Con mucha probabilidad, todos estamos sujetos al influjo o
influencia de esta gran y sensible diferencia, Confundir “Qué pensamos” con “Qué
creemos”. Los filtros de una no sirven para la otra. Es sumamente difícil separar lo que se piensa
de lo que se cree o siente. En primer lugar, las emociones, las cuales son esas
fuerzas que nos mueven, y cuyo nombre proviene
de la raíz latina “motere” o mover, se forman después de la reflexión ejecutada
en la neo corteza y son transformadas en pensamientos y, en esencia, lo que hay
son emociones, no pensamientos puramente dichos. Gracias a Dios, porque esa
medula es la que nos conserva esos instintos animales básicos, los cuales nos
permiten reaccionar instantáneamente cuando estamos en peligro. O sea, tienen todavía
su función. Pero, si tenemos tiempo para pensar, ¡vaya qué bien! Si no tenemos, reaccionamos con emociones guardadas
en nuestra medula. Por eso, hay que
dominar esa tendencia a racionar con
emociones y detenernos a pensar, o hacernos de estudios de escenarios mejor adoptados,
para actuar como homo sapiens y no como neardenthales, u homínidos irracionales.
Sé que es difícil y no lo domino, ni trato de pontificar; pero, hay que
hacerlo, no queda de otra.
Así como en música, según
nos enseñaba el gran maestro Calcaño en su obra “CURSO DE INTERPRETACIÓN MUSICAL” en 12 Long Plays por allá
por los 70s del siglo pasado, se habla de música
descriptiva, la que reproduce cosas del paisaje que el músico creador
quiere colocar en su tema, y música expresiva,
la que expresa en notas sus emociones. En realidad, se dice
que la expresiva está, en resumidas cuentas, describiendo lo que se siente, como CLARO DE
LUNA, la sonata descriptiva de los sonidos de una noche para la amada ciega;
pero, que al mismo tiempo le expresa su amor por ella.
SONATA CLARO DE LUNA
DE BETHOVEN
“Compuesta en 1801
es una de las obras más conocidas de este gran compositor Alemán, existen
varias leyendas sobre el surgimiento de esta misma. Conocida como Sonata para
piano No. 14 en Do sostenido menor “Quasi una fantasía“, Op.27, Nº 2
se dice que fue dedicada a su alumna de 17 años, la Condesa Giulietta
Guicciardi de quien se decía estaba enamorado y posteriormente le fue dado el
nombre de Sonata Claro de Luna (Moonligth Sonata) por el crítico musical Ludwig
Rellstab quien la comparó con el claro de luna sobre el Lago de Lucerna.
Sin embargo existe
otra versión sobre la creación de esta pieza musical, que aunque ya ha sido
desacreditada por muchos se ha vuelto parte de la tradición de esta sonata. Se
dice que una tarde Ludwing van Beethoven y un amigo estaban caminando por uno
de los barrios más pobres de Bonn y al hacerlo escucharon música venir de una
pequeña casa, Beethoven con su usual intrepidez, cruzo la calle e ingreso a la
casa sin anunciarse, dentro de la casa un joven se encontraba trabajando sobre
un banco de zapatero y en un viejo piano estaba sentada una pequeña niña.
Beethoven se sorprendió al notar que aquella niña era ciega y en
seguida le pregunto que donde había aprendido a tocar, a lo que ella le
respondió que habían vivido al lado de una mujer que estudiaba música y pasaba
gran parte del tiempo practicando las obras de gran maestro Beethoven y que las
había aprendido tan solo oyendo tocar a aquella mujer. Beethoven camino hacia
el piano, se sentó al lado de la pequeña niña y comenzó a tocar, al escucharlo
la niña reconoció la música y con lagrimas en los ojos le pregunto si era
posible que fuera el gran maestro en persona, a lo que Beethoven contesto: “Si,
Tocare para ti”. La luz de la luna inundaba la habitación y luego de meditar
unos momentos Beethoven dijo: “Improvisare una sonata a la luz de la luna” y
comenzó a tocar un lento, triste y majestuoso movimiento que posteriormente se
convertiría en su Sonata a la luz de la luna.
Ya sea una
dedicatoria a la mujer que amaba o ese encuentro con la niña en un viejo barrio
de Bonn no se puede negar que esta es una de las mejores y más representativas
obras de este gran compositor. Si quieres escucharla da click aquí: Moonlight Sonata
Creo que por hoy he reflexionado y disertado bastante, y me
he apegado a pocos caracteres para no cansarlos. Uds. usen mi escrito como bien
les sea útil, que espero lo sea, y espero no genere conflictos entre quienes piensan de una u otra manera. ¡Usen
su neo corteza!
Por: QH.·. Eddy Barrios Orozco, Ex VM.·.R.: L.: AMANTES DE LA CARIDAD No. 95 al O.: de Puerto Cabello, Venezuela.
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