martes, 23 de octubre de 2012

Hablando de Masonería…La vida comunitaria en logia.




La Logia (o Taller) designa una comunidad de Francmasones. Por extensión, el término Logia designa también el templo, en cuyo seno se reúnen los Francmasones. En una perspectiva simbólica el hombre es microcosmos y el universo macrocosmos y lo que está en el uno está también en el otro. El templo representa al universo en su estructura "íntima". Dicha estructura se origina en una tentativa de racionalización y de comprensión global realizada por el ser humano. El templo es, entonces, la proyección de la razón, de la intuición, de la imaginación; es la concreción del esfuerzo realizado por las generaciones para situarse en el mundo. Da cuenta, por consiguiente, de una "negociación" entre el sueño y la realidad. La reflexión sobre los símbolos es liberadora cuando conduce a considerar las grandes cuestiones relativas a la subjetividad y a la objetividad y a las razones profundas que subyacen en esta distinción.

En logia el ser humano se percibe como microcosmos y ve en el Templo (o, más exactamente, en el "cuadro de la Logia" que resume el simbolismo del Templo) al macrocosmos. Del mismo modo la Logia se vive como micro sociedad.

Las "funciones" de la vida comunitaria, en la Logia, son aquellas que rigen todas las sociedades humanas. Se refieren tanto a lo material como a lo espiritual, no sin un matiz importante ya que en la Logia se trabaja para "reunir lo que está disperso".

Dichas funciones se articulan alrededor de la triada fundamental, las tres "facetas" de la actividad de un grupo social: HACER (fabricar, gerenciar), PROTEGER (defender, atender, curar, etc.) y ENSEÑAR (transmitir, animar, etc.).

En una comunidad verdaderamente fraternal esas funciones tienen una utilidad similar. Se apuntalan recíprocamente. Si una de ellas pretende obtener la primacía, deja de existir la fraternidad y la vía iniciática se cierra. Es por eso que en el ritual la dimensión primordial es el tiempo y el orden elegido para llamar al trabajo a los distintos oficiales no implica ningún orden de importancia. Del mismo modo cuando se construye un edificio hay que poner una piedra antes que otra; pero la piedra que es sostenida por otra no es "superior" a la que la sostiene.

La "jerarquía" de las funciones es un término que no corresponde de ninguna manera a su sentido profano. En el mundo profano cuando las funciones se jerarquizan y comienzan a ser remuneradas de modo desigual, aparece el conflicto. El surgimiento del conflicto significa que la comunidad está enferma. En una Logia masónica los oficios son todos igualmente indispensables.


En el seno de una comunidad iniciática y fraternal la humildad y el orgullo forman parte de los metales que no entran en el Templo. Cada uno cumple con sus funciones y "actúa" en un papel según su perspectiva, según sus capacidades particulares y según las demandas de sus hermanos. No existen funciones subalternas. Describiremos aquí cada función desde una perspectiva iniciática y podremos ver con toda claridad que eso es así. Allí donde los papeles son vividos y percibidos como subalternos, es que la perspectiva iniciática está siendo sepultada bajo la visión profana y "administrativa". Es bueno que cada persona no dure demasiado tiempo instalada en una misma función, ya que el principio primordial de la enseñanza es el viaje; pero en cada Logia cada comunidad debe gozar de una total libertad para cambiar los papeles.


El orden es necesario, porque de lo contrario no se puede proceder a ninguna construcción; pero dicho orden no significa que el venerable sea un jefe en el sentido en que se entiende en el ejército. Tiene una función particular que cumplir que no vale ni más ni menos que la de los demás oficiales. Bien sea que entre de primero o de último, según los usos rituales, lo que se está honrando es la función y no el individuo; y si se honra especialmente dicha función, es para manifestar que con ella la construcción está en su lugar.

En una Logia masónica, independientemente del rito en el cual trabaje, las funciones se distribuyen de tal modo que si una sola de ellas está mal atendida la comunidad no puede florecer. Por el contrario, si todos los oficiales sin excepción viven bien sus papeles, entonces puede decirse que la Logia está funcionando como una comunidad ideal y como nosotros los Francmasones vemos en la Logia la prefiguración de la humanidad futura, tenemos que comenzar a actuar de manera que dicha prefiguración esté a la altura de las expectativas de los mejores entre los seres humanos.

Transcrito del libro de Daniel Beresniak titulada “Los Oficios y los Oficiales de la Logia”

1 comentario:

  1. No en balde existe el dicho masonico: "Iniciados hay muchos, masones hay pocos"

    Ese es el gran conflicto, apoyado por otro dicho de amoral esencia como el que reza: " has lo que digo, no lo que hago" cuando es todo lo contrario.

    El. Mason debe ser paradigma de virtudes personales, ciudadanas y profesionales en la sociedad donde se desenvuelve.

    Como decia el artista George Burns, la sociedad es como una cuerda, para liderarla hay que halarla y no empujarla.

    Esto reafirma la necesidad de reforzar nuestro apotegma y guia que orienta nuestra labor de trabajo sobre nuestra piedra bruta y la cual nos preguntan a la entrada al taller.

    Vamos o venimos a labrar la piedra bruta con los instrumentos de trabajo de los masones practicos, ahora asociados, cada uno de ellos vis a vis, con una virtud y con esos instrumentos construir los templos internos de nuestras vidas en masoneria simbolica.

    He alli el reto, actuar en la sociedad de acuerdo a nuestros valores y principios y honrarlos. No dejarlos en su mera enunciacion, como cualquier hipocrita o charlatan.

    Elevemos templos a la virtud y cavemos calabozos a los vicios!

    QH.·. Eddy Barrios Orozco

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