Primera República
Al estallar la Guerra
de Independencia de Venezuela en 1810, Boves intenta unirse a la causa
independentista apoyándola económicamente con su patrimonio. A pesar de su
experiencia militar y de su habilidad como jinete, su solicitud de un mando
militar fue rechazada por los criollos de Caracas debido a su condición social.
Inesperadamente, fue acusado de traidor y sentenciado a muerte, posiblemente
por enemigos personales. Su pulpería fue saqueada y quemada y su mujer
asesinada delante de su hijo. Finalmente, fue liberado en Calabozo por los
jefes militares realistas Eusebio Antoñanzas y Antonio Zuazola cuando
estos tomaron la ciudad el 20 de mayo de 1812. A continuación, se
unió a la columna de vanguardia del ejército de Domingo de Monteverde (1773-1832) bajo el
mando de Antoñanzas.
Participó en la
sangrienta toma y saqueo de San Juan de Los Morros el 23 de mayo,
destacando por su valor. Gracias a esto, fue nombrado comandante del Cuerpo
de Urbano de Calabozo, unidad de milicianos a caballo. Poco después, el 29 de julio
Monteverde entraba en la capital venezolana y la Primera República quedaba
liquidada.
Segunda
República
Mientras Monteverde
iniciaba un régimen militar muy represivo e impopular, desconociendo además a
las autoridades realistas civiles, en Cartagena de Indias se reunían numerosos
oficiales venezolanos exiliados. Ahí empezaron a fraguar un plan con el que
recuperar Venezuela, rápidamente reunieron un ejército gracias al apoyo de las Provincias Unidas de Nueva Granada
e iniciaron una impresionante ofensiva militar encabezada por Simón Bolívar (1783-1830), la Campaña Admirable.
Entre tanto, la unidad
de Boves se unía al ejército de Juan Manuel de Cajigal y Martínez (1757-1823),
segundo de Monteverde, que marchaba al este puesto que otro grupo de exiliados
había desembarcado el 13 de enero
de 1813
en Güiria bajo el mando de Santiago
Mariño (1788-1854), Manuel Piar
(1774-1817) y José Francisco Bermúdez (1782-1831), todos
procedentes de la Trinidad, donde habían contado con apoyo
británico. Establecieron su base de operaciones en Maturín, ciudad a la que Cajigal puso bajo
asedio e intento tomar por asalto el 20 de marzo,
11 de abril
y 25 de mayo,
todas en completo fracaso. Gracias a esto la ciudad fue llamada por Bolívar Tumba
de los Tiranos.
Tras el tercer y último
fracaso, Cajigal abandonó la idea de tomar Maturín y decidió ir a apoyar a
Monteverde, quien se mostraba incapaz de contener el avance triunfante de
Bolívar por el oeste. Ordenó a Boves ir con su unidad de setecientos jinetes a
los Llanos
y reclutar a todos los locales que pudiera en nombre del rey. Pronto Boves
utilizó un discurso muy demagógico y populista contra las élites clasistas y racistas bajo el lema ¡Guerra
a los blancos explotadores del pardo y del indio! ¡Las tierras de los blancos
para los pardos!, unidas
a promesas de botín, revancha y ascenso social llevaron a que en octubre,
apenas dos meses después del inicio de su guerrilla, tuviera bajo su mando más
de mil hombres, y para diciembre alcanzaran los tres millares, momento en que
envió a su segundo, Francisco Tomás Morales (1781-1845), a
reclutar más hombres en la provincia de Guayana. Después de la
segunda captura de Calabozo dispondrá, según los informes del oidor de la Real Audiencia de Caracas e inmigrante
dominicano, José Francisco de Heredia y Mieses (1766-1820), de veinte mil
lanzas llaneras. Boves castigaba con dureza a los desertores, imponía una
férrea disciplina y vivía con y como sus hombres Sus tropas, aunque
inicialmente actuaron como montoneras que obligaban a sus enemigos a dispersarse por la
región, llegado cierto punto actuaron como un ejército capaz de vencer a tropas
regulares en batallas campales.
El 6 de agosto
Bolívar entró en Caracas y se proclamó la Segunda República, pero aún quedaban
núcleos de resistencia dispersos por Venezuela. Según una estimación oficial de
los revolucionarios del 11 de enero de 1814, había 2.200
realistas en la provincia de Coro con Carlos Miguel Salomón, 500
en San Felipe a cargo de José de Milliet, 1.500 en
Apure con José Antonio Yáñez y Sebastián de la Calzada y 2.000 en
Calabozo a cargo de José Tomás Boves. Extrañamente, Boves y el otro caudillo
llanero realista, Yáñez, nunca unieron sus fuerzas. Al parecer, cada uno
prefería operar de manera independiente: Boves en los llanos de Calabozo (provincia de Caracas) y Yáñez en la provincia
de Barinas
José Rafael Otazo M.
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Profesor Universitario.
Miembro de la Ilustre Sociedad Bolivariana de Venezuela.
Miembro de la Digna Sociedad Divulgadora de la Historia Militar de Venezuela.
Miembro de La Asociación de Escritores del Estado Carabobo.
Investigador en la Asociación para el Fomento de los Estudios Históricos en Centroamérica.
Director de la Publicación Internacional, "Ni vestido ni desnudo"
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Profesor Universitario.
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Miembro de La Asociación de Escritores del Estado Carabobo.
Investigador en la Asociación para el Fomento de los Estudios Históricos en Centroamérica.
Director de la Publicación Internacional, "Ni vestido ni desnudo"
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