El argentino Bergoglio es el nuevo Papa. El primer latinoamericano en
ocupar este cargo, eligió el nombre de Francisco I, aunque en su primer
discurso no dio detalles del porqué. Todo apunta, sin embargo, a que lo hizo en honor a San Francisco de Asís.
San Francisco de Asís nació en esta localidad italiana durante la Edad Media
y fue el fundador de la orden de los franciscanos y de la orden
femenina de las clarisas, caracterizadas por su voto de pobreza.
Bergoglio no pertenece a la orden franciscana, de hecho, es el primer jesuita en llegar a ser el Santo Padre. “Bergoglio se ha distinguido por sus discursos
denunciando la pobreza, la corrupción y lo que él llamaba “crispación”
política. Siempre se ha mostrado austero y reservado”.
Conociendo la trayectoria de San Francisco de Asís, se podría
presumir que el nuevo Papa está entonces marcado por el estilo de vida
sencilla, por lo tanto, su nombre no solo significaría una preferencia,
sino tal vez, la forma en cómo actuará durante su pontificado.
Pero hay otras opciones.
“Bergoglio también podría haberse fijado en otros santos con este
nombre, como es el caso de Francisco Javier, fundador del orden de los
jesuïtas junto a Ignacio de Loyola, o Francisco de Borja (1510–1572),
quien también fue jesuïta y descendiente de la casa que llegó a tener
dos pontífices -biznieto, de hecho, del Papa Alejandro VI. Francisco de
Borja llegó a ser el tercer General de la Compañía de Jesús y su
generalato se caracterizó, entre otras cosas, por la expansión de la
compañía en toda latinoamérica”.
Seguramente, no pasará mucho tiempo hasta que se sepa con claridad el porqué de su elección,
aunque cualquiera que sean los motivos, este nuevo Papa, que nunca
figuró entre los candidatos principales, abre una nueva era de la
Iglesia imponiendo novedades: el nombre y la procedencia.
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