A este santo de origen irlandés, del que se decía que podía
predecir el futuro, se le atribuye la redacción de 112 profecías
correspondientes a los 112 papas que sucederían a Celestino II, elegido
en 1130, hasta el fin del mundo.
Lo interesante es que si contamos a partir de ese momento, Benedicto XVI sería el número 111.
No fueron pocos los que recordaron este dato cuando se supo la noticia.
Malaquías, quien según el religioso Bernardo de Claraval, gozaba del
don de la profecía, escribió lo que se conoce como “La profecía de los
Papas” en el libro Lignum vitæ, ornamentum, & decus Ecclesiae en
1559.
Las supuestas profecías están compuestas por “lemas” para cada uno de
los 112 Papas que menciona. En el caso del número 111, se refiere a
“Gloria Olivae” o “Gloria del Olivo”, clásico símbolo de la paz.
Según el libro “El enigma de la profecía de San Malaquías sobre los Papas ¿Está próximo el fin del mundo?” de Juan Manuel Igartua, “el
olivo es el símbolo clásico de la paz desde el relato bíblico de Noé,
con la paloma que trajo el célebre ramito de olivo en el pico, como
símbolo de la cesación del diluvio universal”. Asimismo,
recuerda que según la profecías expuestas tras la aparición la Virgen
de Fátima, se anunciaba que, tras la conversión de Rusia, un breve
tiempo de paz sería concedido al mundo. En tal sentido, el autor no
clarifica si este sería el periodo de paz -el de su papado- del que se
habla o si estará por venir, aunque sí distingue bien entre la paz
externa y la de la ciudad de las 7 colinas, Roma.
El 19 de abril del año 2005, Ratzinger fue electo como el sucesor de
Juan Pablo II y elige el nombre de Benedicto XVI, según sus propias
palabras, “he querido llamarme Benedicto XVI para relacionarme
idealmente al venerado pontífice Benedicto XV que ha guiado a la Iglesia en un periodo atormentado por el primer conflicto mundial.
Fue valiente y auténtico profeta de paz y actuó con extrema valentía
desde el inicio para evitar el drama de la guerra y después al limitar
las nefastas consecuencias”.
El Papa es conocido por sus esfuerzos en unificar la fe católica y unir a las iglesias ortodoxas, así como por sus acciones en buscar la paz creando incluso alianzas con gobiernos como el de Cuba.
Malaquías también habla sobre el Papa 110, bajo el lema “De labore solis” o “Del trabajo del sol”, atribuído a Juan Pablo II.
Los críticos dicen que las supuestas profecías se tratan de una
falsificación, posiblemente distribuida como una campaña de propaganda a
finales del pasado siglo XVI, para favorecer a un cardenal durante el
cónclave.
Lo cierto es que Juan Pablo nació el 18 de mayo de 1920, el mismo día
del eclipse solar. El Pontífice fue enterrado el 8 de abril de 2005, el
mismo que un eclipse parcial que fue visto en América.
“En la última persecución de la Santa Iglesia Romana se
sentará Pedro Romano, que apacentará las ovejas entre muchas
tribulaciones; pasadas estas cosas, la Ciudad de las Siete Colinas será
destruída y el Juez Terrible juzgará al pueblo. El fin”, cita
la supuesta profecía sobre el último Papa, el 112. Según la predicción
de San Malaquías, Gloria Olivae dará paso a Petrus Romanus, que adoptará
el nombre del primer Obispo de Roma y sucesor directo de Jesucristo.
Este “último Papa”, fiel como Pedro,
cuidará de su rebaño en medio de los ataques del enemigo”. Para Díaz
esto es posible en un mundo “que ha perdido la fe y que no lleva consigo
los preceptos de Dios”.
Se habla de una renovación del templo, del fin de una era o del fin
del mundo para muchos, pero qué significa la profecía de Malaquías en
este tiempo, “en el apocalipsis del apóstol Juan se dice que Babilonia
será destruida y la representación de esta es Roma, aún no sabemos si
será destruida pero la iglesia jamás terminará ni se rendirá ante las
puertas del infierno”.
“El nuevo Pontífice viene a renovar el templo de Dios,
porque el piso de la iglesia se está elevando, el mundo no puede
detenerse y tienen que venir nuevos tiempos para la fe católica, debe
haber un concilio llamado Jerusalén segundo porque fue allí en donde
nació la iglesia”, explicó.
Creyente o no, no dejan de ser escritos que están prestos a la interpretación de expertos y supersticiosos,
que sin duda, juegan un papel ante la renuncia de Benedicto XVI y la
proliferación de la información a través de las redes sociales. ¿Verdad o una simple superstición?
La imagen del rayo que cayó sobre la cúpula de la basílica de San Pedro del Vaticano horas después de que el Papa Benedicto XVI anunciara su renuncia al Pontificado ha dado la vuelta al mundo, convirtiéndose en una de las fotografías más publicadas por la prensa.
Pierre Cubique.
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