Corta pero
fructífera fue la vida de nuestro egregio paladín el cumanés Antonio José de
Sucre, Gran Mariscal de Ayacucho, el prócer más puro de la independencia
americana y el Caballero de la historia, quien nació el 3 de febrero de 1795.
Poseedor de una personalidad
polifacética moldeada por la gloria y el infortunio, primer presidente de
Bolivia, fundador de dos periódicos, estratega, político, diplomático,
magnánimo, héroe en la guerra y gigante en la paz, pionero del Derecho
Humanitario Internacional.
Nuestro egregio
paisano, se adelantó 150 años a la aplicación del principio de
autodeterminación de los pueblos y precursor de la Ingeniería Militar en
Venezuela; a tal fin, los trece años inició estudios de ingeniería con el
español Juan Pires y Correa en el lar nativo. Bolívar a la única persona a
quien le escribió una biografía fue a este representante de la juventud
venezolana, de quien escribió: “Sucre
inició en 1808 sus estudios de matemáticas para seguir la carrera de ingenieros”.
A finales de 1808 estudió en Caracas en
la recién creada Escuela de Ingeniería Militar, dirigida por el coronel español
José Mires, aprende táctica militar, geometría, álgebra, dibujo,
fortificaciones y construcciones. Las materias de carácter obligatorio eran: la
filosofía de Aristóteles, religión, latín y la gramática de Antonio Nebrija.
Después del 19 de abril de 1810 regresó a
Cumaná, donde ingresó como cadete de la Compañía de Nobles Húsares de Fernando
VII, unida de honores comandada por su padre Don Vicente. Egresa el 12 de julio
de ese año a los 15 años como subteniente de milicias regladas, para
convertirse en esclavo del deber y del honor.
La Junta Suprema de
Caracas le reconoció el grado, le asignó sueldo y a comienzo de 1811 lo envió
como oficial de ingenieros a Margarita; es ascendido a teniente el 31 de julio
de 1811, y enviado a Barcelona; de allí trasladado a Caracas como ayudante del
generalísimo Francisco Miranda, a quien acompañó en la Campaña de Valencia, con
nuestro futuro Libertador tienen su bautizo de fuego en Mariara el 22 de julio
de 1811.
Después de la Capitulación
de San Mateo se dirigió de nuevo al oriente. A las órdenes de Mariño y
Bermúdez, con quien se dirigió a finales de 1815 a Cartagena de Indias, para
desempeñarse como oficial de ingenieros, allá construyó unos pontones. Su
inteligencia y vocación de servicio le permitieron convertirse en el hombre de
confianza de nuestro Libertador, con quien inició a mediados de 1817 en Guayana
una verdadera amistad. Sucre fue ascendido a general de brigada en agosto de
1819; se desempeñó eficientemente como Jefe del Estado Mayor del Ejército y
Secretario de Guerra y Marina (hoy Ministro de la Defensa).
En enero de 1820, desde Bogotá es enviado a
dirigir las operaciones al Sur; acompañado de su juventud y voluntad de
vencer, como ingeniero de combate llevaba su escuadra, regla y compás. En la
población de Cuenca construyó un hospital y fundó la Corte Suprema de Justicia;
después de su triunfo en Pichincha el 24 de mayo de 1822, fundó escuelas y un
periódico; en agosto dictó una Ordenanza Municipal sobre el Aseo Urbano,
primera que se conoce en el continente. En la ejecución de las operaciones
militares, dibujaba las cartas topográficas, se orientaba por las estrellas,
construía hospitales de campaña. Su capacidad analítica le permitía calcular la
cantidad de raciones para los soldados, preveía los altos o paradas en las
marchas para tener adelantados los alimentos y forrajes para los caballos;
diseñó un tipo de galleta de 30 gramos como ración por 12 días, diseñó patrones
para las mantas de los soldados y caballos. Después de su magistral Campaña de
Ayacucho, continuó hacia el Alto Perú (hoy Bolivia). Durante su avance observó
las ruinas preincaicas de Tihuanaco, que por su importancia ordenó preservar.
En Bolivia fundó colegios de ciencias y artes,
en Potosí fundó un colegio de minas, dictó decretos de protección de las aguas,
demarcó carreteras, sacó los cementerios de las iglesias, instituyó las
materias de ciencias exactas, la astronomía y el inglés; rectificó los planos
de las catedrales de La Paz y Chuquisaca, propició la creación de la
Universidad y la Academia Militar de la Paz.
Fundó un servicio postal con los países vecinos. Las clases en Bolivia
se inician el 3 de febrero, día de su nacimiento. Los ingenieros venezolanos se
ufanan de tener a Sucre como su excelso guía.
Por:
QH.·. Eumenes
Fuguet Borregales
E.·. V.·. M.·.
2002
de
la R.·. L.·. Sol de América Nº 37
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General
de Brigada.
Miembro
de Número de la Academia de la Historia del Edo. Carabobo.
Miembro
de la Sociedad Bolivariana de Venezuela.
Miembro
de la Sociedad Divulgadora de la Historia Militar de Venezuela.
Director
de la Revista Internacional Historia y Tradición.
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