Cuando nos encontramos frente a la historia de la Masonería
surgen inmediatamente dos concepciones básicas donde se ubican, tanto
el lector como el escritor. Una de los conspiromaníacos cuya óptica se
enrumba por la perspectiva de unas presuntas fuerzas oscuras y
maléficas que mueven los hilos de la historia desde las sombras como
marionetas en la cuerda del destino manipuladas desde las cámaras
secretas de las logias. Frente a esta posición se ubica el grupo que con
cierto aire despectivo se les señala como historicistas académicos, que
califican esta visión como absurda y carente de seriedad y de rigor
científico, recordando que aunque suele pensarse que todos los grandes
hombres de nuestra historia fueron masones, existen dudas a cerca de
muchos cuyas vidas no coinciden ni espacial, ni temporalmente con la
existencia de algunas iniciaciones que se les han atribuido.
Para
quien conozca con profundidad el tema, ambas posiciones pueden
parecerle parciales, e incluso, aquellos que pretenden que lo conocen
desde sus aspectos esotéricos la consideran la una, como maniquea que
reduce el tema a la conspiración y que considera que el profesional de
la historia se limita a juzgar fundamentándose en los
documentos accesibles y que, ignorando que investigar historia es algo
más que juzgar por apariencias o creyendo que la historia de la
navegación se escribe simplemente con restos de barcos hundidos.
El
presente estudio corresponde a una visión producto de una experiencia
combinada del que ha estudiado sistemáticamente desde el plano desde el
académico y desde el tradicional masónico, y más que una síntesis
dialéctica de ambas posiciones, no establece límites entre ninguna
posición, manejándose desde una red neuronal información que sin afirmar
ni negar, sin llegar a conclusiones, dejando abierto el camino, después
de recorrerlo, se detiene a evaluar las posibilidades de que los datos
ordenados puedan encajar sin contradicciones, con el devenir histórico
donde se desenvuelven y los antecedentes culturales que hayan motivado a
los actores a actuar de una determinada manera y no de otra.
El
aspecto más relevante de toda esta visión es que enmarca dentro de la
dialéctica de la dominación y la liberación presentes como espacio
histórico y realidad del presente porque si contamos solo con una visión
fantasiosa del pasado no podemos tener una sintonía armónica con
realidad del presente; sobre todo cuando tenemos la convicción de que
los hitos entre el pasado y el presente sólo existen en la imaginación.
Por:Eloy Reverón; IVEM, Caracas, Venezuela.
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