En la ciudad
de México se encuentra uno de los pocos monumentos en el mundo dedicado a
"Los Niños Héroes", inmolados defendiendo la fortaleza de
Chapultepec. El 11 de mayo de 1846. El presidente de los EE.UU. James Polk,
declara la guerra con la finalidad de anexarse territorio. México no tenía capacidad militar ni logística para combatir contra
los norteamericanos. Por Veracruz y otros sitios ingresan doce mil
combatientes, iniciándose las hostilidades.
En agosto de 1847, debido a las bajas de ambos bandos, firman un Armisticio que es roto el 6 de septiembre por acusaciones mutuas de violación de la tregua establecida. El día 8, se reanudan las hostilidades en el sector El Molino. Durante el día 12 las fuerzas norteamericanas desde Tacubaya, bombardean la fortaleza de Chapultepec (Chapultepec significa en lengua Náhuatl cerro del Chapulín o de saltamontes), tenazmente defendida por soldados del batallón San Blas y cadetes del Colegio Militar, cuya sede ocupa desde hace tres años en la vieja fortaleza construida en 1784, hoy Museo Nacional de Historia, ubicada en una colina, desde donde se observa la ciudad de México.
Los pocos defensores estaban bajo el mando de Nicolás Bravo, veterano general, héroe de la independencia; los defensores con apenas cuatro piezas de artillería. A las ocho de la mañana del día 13, se arrecia el combate para asaltar el castillo, último reducto defensivo de la capital. La operación militar la ejecutan ocho mil soldados norteamericanos al mando del general Winfield Scott, con los generales William Worth comandante de la 3ra división, general John Quitman con la 4ta división y el general Gideón Johnson Pillow.
En agosto de 1847, debido a las bajas de ambos bandos, firman un Armisticio que es roto el 6 de septiembre por acusaciones mutuas de violación de la tregua establecida. El día 8, se reanudan las hostilidades en el sector El Molino. Durante el día 12 las fuerzas norteamericanas desde Tacubaya, bombardean la fortaleza de Chapultepec (Chapultepec significa en lengua Náhuatl cerro del Chapulín o de saltamontes), tenazmente defendida por soldados del batallón San Blas y cadetes del Colegio Militar, cuya sede ocupa desde hace tres años en la vieja fortaleza construida en 1784, hoy Museo Nacional de Historia, ubicada en una colina, desde donde se observa la ciudad de México.
Los pocos defensores estaban bajo el mando de Nicolás Bravo, veterano general, héroe de la independencia; los defensores con apenas cuatro piezas de artillería. A las ocho de la mañana del día 13, se arrecia el combate para asaltar el castillo, último reducto defensivo de la capital. La operación militar la ejecutan ocho mil soldados norteamericanos al mando del general Winfield Scott, con los generales William Worth comandante de la 3ra división, general John Quitman con la 4ta división y el general Gideón Johnson Pillow.
El batallón San Blas con apenas
seiscientos soldados, valerosamente mandado por el teniente coronel Felipe
Santiago Xicoténcalt.
Algunos cadetes, cuyas edades oscilan entre 14 y 20 años, a pesar de no contar con suficiente munición, permanecieron en sus puestos de combate con el teniente Juan de la Barrera; estos jóvenes combatientes hicieron caso omiso de replegarse hacia el bosque cercano.
La resistencia final se ejecutó mediante el combate cuerpo a cuerpo Seis cadetes murieron defendiendo la patria y el honor; uno de los últimos en inmolarse fue Juan Escutia, saltando al vació desde una torre hacia una muerte segura, envuelto en la gloriosa Bandera Nacional.
A las nueve y treinta todo había terminado; los jefes defensores y treinta y siete cadetes fueron hechos prisioneros. El 2 de febrero de 1848, en la Sacristía de la Basílica de Guadalupe en Ciudad de México, se firma el convenio de cese de la guerra (Tratado de Guadalupe Hidalgo).
La guerra se desarrolló desde el 8 de marzo de 1846 hasta el 30 de mayo de 1848. EE.UU. extiende sus límites hasta el río Bravo; México pierde dos millones de kilómetros cuadrados de territorio, que abarcan California, Nuevo México, Arizona, Nevada, Colorado y Utah.
Algunos cadetes, cuyas edades oscilan entre 14 y 20 años, a pesar de no contar con suficiente munición, permanecieron en sus puestos de combate con el teniente Juan de la Barrera; estos jóvenes combatientes hicieron caso omiso de replegarse hacia el bosque cercano.
La resistencia final se ejecutó mediante el combate cuerpo a cuerpo Seis cadetes murieron defendiendo la patria y el honor; uno de los últimos en inmolarse fue Juan Escutia, saltando al vació desde una torre hacia una muerte segura, envuelto en la gloriosa Bandera Nacional.
A las nueve y treinta todo había terminado; los jefes defensores y treinta y siete cadetes fueron hechos prisioneros. El 2 de febrero de 1848, en la Sacristía de la Basílica de Guadalupe en Ciudad de México, se firma el convenio de cese de la guerra (Tratado de Guadalupe Hidalgo).
La guerra se desarrolló desde el 8 de marzo de 1846 hasta el 30 de mayo de 1848. EE.UU. extiende sus límites hasta el río Bravo; México pierde dos millones de kilómetros cuadrados de territorio, que abarcan California, Nuevo México, Arizona, Nevada, Colorado y Utah.
En la parte baja del bosque de Chapultepec, de la Ciudad de México, se encuentra
un monumento dedicado a "Los Niños Héroes": Juan de la Barrera (20),
Juan Escutia (20), Agustín Melgar (20), Fernando Montes de Oca (18), Francisco
Márquez (13) y Vicente Suárez (17). Histórico sitio, donde cada 13 de
septiembre, recordando a los jóvenes
defensores, se realiza una gran parada militar con asistencia del Presidente de
la República, quien pasa lista de los seis cadetes; los asistentes contestan en
voz alta "Presente".
Se aprovecha la ocasión para entregarles el espadín (daga) a los nuevos cadetes del Colegio Militar del Ejército Nacional. El Himno Nacional de México, oficializado el 16 de septiembre de 1854, los recuerda en su décima estrofa:
"Para ti las guirnaldas de oliva
Un recuerdo para ellos de gloria
Un laurel para ti de victoria
Y un sepulcro para ellos de honor".
Cerca del monumento de "Los Niños Héroes", fallece trágicamente
el 21 de mayo de 1955, "el poeta del pueblo", Andrés Eloy Blanco.
En Venezuela no tenemos un monumento relevante que recuerde a la generación presente y futura, las acciones de nuestros imberbes héroes, los cuales maduraron en los combates con lanza, y fusil. Innumerables episodios tuvieron como protagonistas a niños, que dieron motivo al Escuadrón de Escolares, al Día de la Juventud Venezolana y a la Laguna de los Mártires en Juan Griego por citar algunos.
En Venezuela no tenemos un monumento relevante que recuerde a la generación presente y futura, las acciones de nuestros imberbes héroes, los cuales maduraron en los combates con lanza, y fusil. Innumerables episodios tuvieron como protagonistas a niños, que dieron motivo al Escuadrón de Escolares, al Día de la Juventud Venezolana y a la Laguna de los Mártires en Juan Griego por citar algunos.
Por;
Eumenes Fuguet Borregales
E.·. V.·. M.·. 2002
de la R.·. L.·. Sol de América Nº 37
-----------------------
General de Brigada.
Miembro de Número de la Academia de la Historia del Edo. Carabobo.
Miembro de la Sociedad Bolivariana de Venezuela.
Miembro de la Sociedad Divulgadora de la Historia Militar de Venezuela.
Director de la Revista Internacional Historia y Tradición.
No hay comentarios:
Publicar un comentario