TOMADO DE FENIX NEWS CITANDO A LA IMPRENTA DE BENJAMIN
¿Asombro o espanto?
Desde hace
bastante ya bastante tiempo se ha introducido en el trabajo de nuestras logias
un término que, a mi entender, es ajeno por completo a la masonería, que raya
en la superstición y que se aplica con toda naturalidad, como si el concepto
que encierra fuera de empleo tradicional.
Me refiero al
término y concepto de egrégor. Egrégor parece provenir de las sectas
de cristianos disidentes de los primeros siglos, los llamados gnósticos que la
aplicaban al espíritu, podríamos decir a la personalidad de un grupo humano,
una familia, una secta, y que llevada al caso de una logia podría interpretarse
como dada por la calidad de sus trabajos, la firmeza de sus acciones y aún la
composición misma de los HH.
Hasta aquí no
parece ser nada del otro mundo, pero sí lo es cuando se comprueba que el
concepto fue tomado de las sociedades teosóficas y espiritistas,
afirmando que ese egrégor acabaría coagulando en una suerte de entidad
suprafísica que vive y se alimenta de nuestros pensamientos y acciones
ejerciendo su efecto a través de una escala descendente de espacios y
dimensiones, terminando por llegar a que se crearía un ente viviente
que influiría sobre hombres y pueblos.
Pero esto
ya no es esoterismo, sino ocultismo, que no es lo mismo.
En masonería, por
lo menos la que creemos proviene de la fundación de 1717, no hay magia de
ningún color, ni misterios de la antigüedad, entidades astrales, astrología,
tarot ni reencarnaciones y hasta la hipótesis de la descendencia de la
caballería y órdenes de cruzados ya ni se considera.
Siempre se ha
sostenido que se trata de un sistema de libre análisis de las ideas, sin
imposición de dogmas ni de ideas preconcebidas, empleando los símbolos tomados
del oficio de la construcción y… nada más. La predisposición a la tolerancia y
el amor fraternal harán el resto: un centro de unión que no requiere de ángeles
guardianes.
Sobre esto
podrá elaborarse lo que se quiera, menos presentar este asunto del egrégor como
un concepto masónico de antigüedad inmemorial.
Lo cierto es que
en multitud de páginas de respetables logias, de respetables obediencias,
aparecen actualmente multitud de artículos y descripciones del accionar de esas
entidades.
Un ejemplo entre muchos, que provoca un cierto escalofrío…y es de una página muy visitada, copiada y vuelta a copiar:
“Los
egrégores son energías inteligentes pero no racionales. El egrégor va a apoyar
a quienes lo alimentan y se defenderá de quienes lo atacan, pero no en una
forma racional. Es decir: un egrégor no va decir: “ahora me vengaré de Juan
Pérez”, pero si Juan ataca a un egrégor, el egrégor velará por mantener su
integridad. Su funcionamiento es automático, reaccionando más a la energía de
la sensación y de la emoción que al pensamiento racional. “
Entendemos por
egrégor, aquella energía mental que soporta a una idea o a un ideal específico.
Podríamos decir que el egrégor es una especie de “cooperativa de energía
mental” pues se nutre del aporte mental de las personas que trabajan en pos de
ese ideal, pero a la vez les retribuye energéticamente. Es una condensación
bajo una forma determinada de pensamientos, deseos y sentimientos de la
humanidad. Así en el plano astral, psíquico y en ciertos niveles del plano
mental, tendremos una serie de egrégores o formas psíquicas que tienen que ver
con estados de conciencia humana. Cualquier idea o grupo humano organizado
posee su egrégor: un equipo de fútbol o de béisbol, un partido político, una
religión o una marca de gaseosas, etc. “
Otra:
“Todo
egrégor como entidad, se identifica con su creador, y siempre que se
lo convoque (aún inconscientemente) vendrá en apoyo o auxilio de quien lebrinda
“alimento” (su alimento son las emociones, la atención, y la intención), por
eso se le llama vigilante.”
O sea, que estos
HH. creen estar sometidos a la vigilancia de un ser inmaterial, que como el
cuervo de Edgar Allan Poe vela desde los travesaños del techo de la logia y al
que hay que propiciarle o pagarle tributo en “ alimento”.
Y no sirve de
mucho diluir este concepto a todas luces cuasi supersticioso, con términos
tales como “sinergia colectiva”, también tomado de una reciente publicación,
esta vez española.
¿De qué clase de libertad de pensamiento estarán hablando? ¿ Habrá acaso ideas que no pueden discutirse por temor a disgustar a esa forma vigilante?
¿Será responsable
el egrégor también de ese “ fluido” que algunos creen percibir
en el contacto de las manos sudorosas y sin guantes, al formar la cadena
de unión?
Solo faltaría
crear un grupo escogido, una suerte de clero que interpretase los oráculos..
¿Cómo
llegó este concepto a la masonería?
Aunque no parezca,
tiene fecha bastante aproximada de introducción en la primera mitad del siglo
XX, y en Francia, desde donde se difundió, hacia el año 1935.
Antecedentes:
La Sociedad
Teosófica de Mme. Blavatsky, influyó mucho en la mente de hermanos masones,
seducidos por sus teorías de impronta oriental, emparentadas con el
espiritismo, en la Co-Masonería inglesa, en Le Droit Humain francés, en los
ritos de Memphis Mizraim y otros, con sus planos de existencia astrales,
maestros ascendidos etc, y sus entusiastas propagandistas como Leslie
Wilmshurt, Manly P. Hall, el Coronel Olcott , Annie Besant y muchos otros.
Todavía no se
hablaba de egrégor, pero sí de ángeles y seres elementales o formas de
pensamiento que aparecerían en las tenidas a simple golpe de mallete: ondinas,
gnomos, silfos y salamandras.
Veamos este
párrafo de “ La vida oculta de la masonería de Charles Leadbeater”:
“En la
Masonería también invocamos el auxilio angélico, pero son ángeles más cercanos
a nosotros en desenvolvimiento e inteligencia, y cada uno de ellos trae consigo
cierto número de subalternos encargados de ejecutar sus órdenes.”
Pero yendo a esa
fecha de introducción, quiero transcribir algunos párrafos tomados de un
trabajo de un hermano de la Gran Logia Nacional de Francia, celosos seguidores
de la ortodoxia inglesa y para nada sospechosos de simpatizar con los
egrégores:
“Ante todo
recordemos algunas definiciones que desde ya, muestran que esta noción de
egregor es mas que misteriosa…”
En los mejores
diccionarios de la lengua francesa no aparece, ni siquiera en el Larousse.
Alan Ray en su
obra en dos volúmenes explica que la palabra “ egregor es el resultado
de una sucesión de errores de interpretación y de traducción de un texto en
arameo en sus versiones griegas”. No existe en las versiones bíblicas
y se apoya solo en el Libro de Enoch para dar sustento a algo que es
mas “ fabulación e ignorancia” que realidad:
Ejemplo: deberíamos
buscar “ egrégores” en un texto mal traducido que dice entre otras cosas
esto: “ Los ángeles dándose cuenta de lo bellas que eran
las hijas de los hombres hicieron juramento de vigilar el Monte
Hermon…. hasta que las hubieron poseído”.
Por gracioso que
parezca en el enfoque de estos serafines no parece que se pueda encontrar la
fuente del concepto de Egrégor , sino quizás el origen aquello “del sexo de
los ángeles”, como dice en lenguaje popular…”.
Yendo
al origen latino, encontramos un pase mágico semántico- linguistico
para adjuntar como prefijo una E a la raíz “ grex-gregoris” que da el sentido
de tropa, manada y también gregario. Con esto, quedamos lejos de una
aproximación eventual de cualquier noción masónica posible… los HH no son
justamente ovejas que forman la tropa a quien se le pudiera hacer creer que
“ las vejigas son linternas” como decía Rabelais.
Es a partir de la
raíz griega antigua “ egregoroi” que significa “ vigilante”
y no de “egrégor” que proviene del verbo egregoren ,
“ estar despierto”, es que algunos autores, muy
despiertos ellos y hasta “iluminados “ han introducido
esta noción de egregor.
Ocultistas, magos,
quizás cabalistas, esos autores franceses del siglo 19 son por lo menos tres:
Alexandre
Saint-Yves d´Alveydre ( 1842-1909)
Eliphas Levi (o Alfonse-Louis Constant)( 1810-1975)
Stanislas de Guaita ( 1861-1898)
Eliphas Levi (o Alfonse-Louis Constant)( 1810-1975)
Stanislas de Guaita ( 1861-1898)
Estos tres autores
fueron quienes inventaron el concepto ocultista de egregor,concepto que
jamás estuvo presente en los textos masónicos anteriores o
peor aún, ni siquiera en sus propios textos, sino en obras póstumas, como es el
caso de Eliphas Levi.
Es decir
que la cuestión del egregor no se inscribe absolutamente para nada en la
tradición masónica y que habrá que esperar a que un famoso masón como Oswald
Wirth, tratando de hallar la cadena de transmisión de la FM francesa y
únicamente francesa, introduzca la palabra y el concepto ocultista y
mágico del egrégor.
Vayamos
rápidamente sobre esos tres autores.
-Alexandre
Saint-Yves d´Alveydre era una suerte de visionario, el primero en evocar aunque
sin nombrarlo jamás, a la noción de egregor. Pero será a partir de él, y
especialmente en uno de sus escritos “ Misión de los judìos” que
concebirá una idea que desarrollará en esa obra, inspirado en
que es por “ la potencia y los orígenes sobrehumanos de los
judíos, puede crearse espontáneamente un ser colectivo
oculto y susceptible de ser dotado con un poder aterrador”.
Esta noción,
curiosamente, recuerda a la Shekinah del Talmud y de la cábala
hebraica significando la presencia particular de Dios en su pueblo,
presencia a veces concebida como una entidad independiente, intermediaria más
que como “ emanación “ del pueblo judío. ¿Pudo Saint-Yves
inspirarse en eso?. Puede ser.
Pero el verdadero
instigador, formalizador del concepto ocultista de egrégor es el segundo
personaje de nuestra historia, Eliphas Levi, cuyo verdadero nombre
era Alphonse-Louis Constant, mago, cabalista, historiador y francmasón.
Fue autor de
numerosas obras que ejercieron una fuerte influencia tanto sobre sus contemporáneos
como sobre futuros autores. Citaremos a modo de ejemplo:
1860. Historia de
la magia 1861. La clave de los grandes misterios 1865. Filosofía oculta ( 2º
serie).
Será en una obra
póstuma, reeditada hacia 1869-70. “El Libro de los Esplendores”, que
menciona por primera vez a los egrégores. Su inspiración proviene de una
traducción al inglés de un texto etíope del Libro de Enoch del que hablaremos.
Allí asimila los “ ángeles” con los “ vigilantes” que
allì nombra como eggregores ( con dos G).
Aquí tenemos
algunos pasajes de lo que escribió:
“Pero el Libro
de Enoch nos dice que existen los Eggregores, es decir los genios que jamás
duermen…” “Eso que en nuestras obras anteriores hemos
denominado larvas y vampiros, coagulaciones y proyecciones malsanas de la luz
astral, serían en realidad, siguiendo al Libro de Enoch, las almas híbridas y
formas monstruosas de exhalaciones mórbidas de la tierra y de la baba de la
serpiente Pitón”.
En el Gran Arcano,
publicado en primera edición en 1898, escribía:.. “Esas fuerzas colosales a
veces toman una figura y se presentan bajo la apariencia de gigantes, esos son
los Eggregores del Libro de Enoch; criaturas terribles para las que no somos
mas que los infusorios o los insectos microscópicos que pululan en nuestra dentadura
y sobre la epidermis. Los Egrégores nos aplastan sin piedad porque ignoran
nuestra existencia- son demasiado grandes para poder vernos …”
Y con todo, mas
adelante en esa misma obra, atempera su punto de vista con un giro
de 180ª: “ Esos eggregores , si se admite su existencia, serían los
agentes plásticos de Dios, los engranajes viviente de la máquina creatriz,
multiformes como proteo pero encadenados siempre a su materia elemental…”
“Los árabes,
poéticos conservadores de tradiciones primitivas de oriente, creen aún en esos
gigantescos genios. Los hay blancos y negros, los negros fueron los mal hechos
y se denominan Afrites. Mahoma conservó a los genios e hizo a sus ángeles tan
grandes que el viento de sus alas barría mundos enteros en el espacio. No
podemos considerar a esa multitud de seres intermedios que nos ocultan a Dios y
le hacen parecer inútil.. Tenemos millares de dioses a quien
vencer y aún así no somos capaces de alcanzar la libertad y la paz.
Y es por todo eso que rechazamos definitiva y absolutamente la mitología de los
Eggregores”.
Y diez líneas mas
abajo:… “ Toda la fantasmagoría gigantesca del antiguo mundo no es más
que una colosal carcajada que se denomina Gargantúa en el libro de Rabelais.”
Téngase en cuenta que Levi decía frecuentemente a sus amigos, en broma, que él
era “ la reencarnación de Rabelais”.
Y por fin en la
pag. 164 Eliphas Levi termina como sigue con el asunto de los “eggregores”:
“ los verdaderos eggregores, es decir los vigilantes de la noche en que queremos creer, son los astros del cielo con sus ojos siempre destellantes… queremos pensar que cada pueblo tiene su ángel protector o su genio.. Todo es posible aunque dudoso y puede servir a las hipótesis de la astrología o a las ficciones de la épica”.
He traído
estas citas para que vosotros, mis HH, podáis comprobar cuál es el origen de
esa noción de egregor, esta vez con una sola g.
Y finalmente otro
autor, Stanislas de Guaita quien publica en “ La clave de la magia
negra” ( 1897) sus reflexiones mas completas y precisas sobre los
egregores ocultistas.
Aquí los textos
principales con la numeración de página según la edición original de 1897:
Pag. 279-280: Debe sernos suficiente consignar aquí cuales combinaciones a veces fortuitas, dan nacimiento a seres colectivos, más o menos efímeros o durables- suerte de síntesis vivientes, resultados del agrupamiento de muchas individualidades, bajo las condiciones requeridas.”
Pagina 290. Y
es así que, en el orden político o social y religioso, millones de hombres,
jerárquicamente organizados, bajo el nivel de una regla inflexible, han podido
creer- conscientemente o no de su obra en lo invisible, en seres virtuales,
entidades colectivas, en una palabra de Dominaciones fastas o nefastas de una
potencia y duración igualmente incalculables”.
Pagina 295. “La
cadena mágica es un medio seguro de crear potencias colectivas a las que nada
puede resistirse”.(¿ será una alusión a nuestra cadena de unión de la FM?
No hay nada que lo prueba.
Y por fin, página
533: “ debemos tener en cuenta la soberanía que despliegan los seres
colectivos, que hemos calificado de egregores. “
Es casi
imposible identificar en esas concepciones que avanzan los autores, alguna
relación con un símbolo, un ideal, una herramienta, con algo masónico vivo…..
Un autor muy
conocido en FM, Oswald Wirth será quien le va a otorgar, si puede decirse, sus
títulos de nobleza a la noción de egregor, que finalmente aparece en la
francmasonería recién para los años 1935.
Dicho de
otra manera, mis hermanos: estamos en la contemporaneidad, casi en nuestro
siglo, no hay nada que relacione a ese egregor con los fundamentos
de la FM y ni siquiera con la Tradición primordial de la que tanto
hablaba Rene Guenon ….
Asi que se trata
de Oswald Wirth quien va a conceptualizar para nosotros, FM, esa noción de
egregor.
Oswald Wirth no
solo era un masón, sino antes bien, un ocultista y ferviente admirados de
Guaita como los expresa en su obra “ El ocultismo vivido”(1887) donde
expresa toda su confianza en los poderes paranormales.
Wirth declara que
Guaita le hizo comprender la existencia del “ espíritu”, llamado
egrégor que se forma en toda asamblea humana grande o pequeña. Esta noción
ocultista Wirth la adopta y la hace suya y se la encuentra en todos sus libros.
Por ejemplo en “El Libro del Maestro” ( reeditado en
1972):
“ habría que
remontarse al Logos de Platón, a su Gran Arquitecto o Demiurgo, la Luz que
esclarece progresivamente al iniciado?. Mas modestamente podemos acercarnos a
eso que los masones denominan su Maestro Hiram. Pero ¿cómo podemos
representarnos esa entidad?
Lejos de ser un personaje es una personificación. ¿Pero de qué?. Del pensamiento iniciático, de ese conjunto de ideas que sobreviven, aunque un cerebro no sea capaz e vibrar bajo su influencia. Eso que es precioso no muere y subsiste como en un estado latente, hasta que un día se presenta la posibilidad de manifestarse…”
En la página 195
del Libro del Maestro: “… la virtud pentacular reside en la idea, los
sentimientos de energía o el estado del alma que evoca la imagen… pero ¿qué
decir de un pentáculo invisible trazado por toda una vida de esfuerzos puestos
al servicio de un ideal superior? No se trata aquí de grimorios ni niñerias,
sino de reforzar la potencia secreta de los iniciados…”
En la página 205 :
“El verdadero
iniciado tiende a concentrar sobre sí las energías difusas de un vasto
ambiente; dispone así de un modo muy real, de una potencia ilimitada,
proveniente de los dioses, en el sentido iniciático de la palabra. El masón que
ha dedicado toda su inteligencia y todo su corazón a la ejecución del plan del
arquitecto Supremo, puede cumplir con una tarea muy superior a sus medios
personales: no estará solo, pues con él se solidarizarán todas las energías que
estimula la misma buena voluntad. La cadena de Unión es efectiva para todo
adepto sincero que haya realizado el equilibrio recibido en la medida en que lo
ha dado , beneficiándose de la corriente que se ha establecido y
transmitiéndola”.
Podemos ver que
Oswald Wirth habla de francmasonería, y que se apropió de la noción fabricada
por Guaita para hacerla vivir en nuestro universo masónico.
Así pues, Oswald Wirth no fue el introductor directo de la palabra egrégor en francmasonería, sino que a partir de Stanislas de Guita fue el primer eslabón de la transmisión.
La
introducción propiamente dicha de la palabra y del concepto fue operada
principalmente por su discípulo, Marius Lepage ( 1901-1972). Simbolista, ocultista y francmasón, Marius Lepage fue
para Oswald Wirth, más o menos lo que este último fue para Stanislas de Guaita.
Sin ser el secretario fue su amigo fiel y su discípulo.
Y
entonces, en el curso del año 1935, aparece de la pluma de Marius Lepage, el
primer artículo masónico donde interviene la palabra egregor asociada al concepto ocultista. Se trataba de
un nuevo estudio sobre la cadena de Unión , que unos siete años
antes, en el mismo periódico, Oswald Wirth había publicado en una versión
inspirada en la de Guaita pero donde el egregor de la logia se describía pero
no se nombraba.
Por fin el H.
Jules Boucher ( 1902-1955) le dio cuerpo al concepto de egrégor de
hoy en día: “ se denomina egrégor a una entidad, un ser colectivo
aparecido en una asamblea. Toda asamblea de individuos forma un egrégor. Hay
uno para cada religión y ese egrégor es poderoso por la fuerza de los fieles
acumulada por siglos. Lo mismo puede decirse de la francmasonería: cada logia
posee su egrégor; cada Obediencia el suyo y la reunión de todos esos egrégores
forma el Gran Egrégor masónico”.
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