A pesar de ser una sociedad discreta, el tema de la
masonería, por curiosidad o morbo, está desde hace años de actualidad.
También el estudio e investigaciones sobre la memoria histórica
contribuyen a su interés. Un número aproximado a 1.000 masones fueron
fusilados; uno de cada cinco. Otros muchos sufrieron la represión
franquista o el exilio.
La masonería en la España del siglo XX no tuvo la
importancia que había tenido en el último tercio del siglo XIX, cuando
vivió su edad de oro. Las cifras son elocuentes: entre 1868 y 1900
trabajaron en España 1.750 logias, a las que estuvieron afiliados en
torno a 82.000 masones. Sin embargo, entre 1900 y 1939 solo fueron 229
logias y 64 triángulos, y el número de masones no llegó a 5.000. Con la
crisis colonial y la campaña acusando a la Orden de connivencia con los
separatistas, la masonería sufrió un profundo declive del que no empezó a
recuperarse hasta la década de los años 20.
En las logias, antes del templo, se halla la sala de los
pasos perdidos. Allí se reúnen los masones antes de las tenidas; allí se
visten y también reciben y saludan al visitante. Recientemente, el
profesor Pere Sánchez Ferré ha publicado un libro con el título de 'La
masonería y los masones españoles del ' S. XX' con el subtítulo de 'Los
pasos perdidos'. Aborda el autor, con maestría y cierto distanciamiento,
un problema fundamental de la historiografía: las relaciones entre
masonería y política. Al margen de pseudohistoriadores y publicistas de
toda laya que vienen inventando conjuras masónicas y contubernios
judeomasónicos, el tema es discutible y ha sido muy discutido. Sánchez
Ferré sostiene el apoliticismo original de la Orden de la escuadra y el
compás aunque, en la práctica, derivó hacia el intervencionismo
político. Pero afirma también que los políticos no estuvieron
'manejados' por las logias, sino que numerosas logias y masones fueron
utilizados por los políticos. La masonería inicia su politización
durante la dictadura de Primo de Rivera. En esos años «las logias fueron
un refugio para los políticos republicanos y de izquierda». El 'súmmum'
llegó durante la II República, aunque la Gran Logia Española estuvo más
abiertamente politizada que el Gran Oriente Español. Los dirigentes de
esta obediencia, como Diego Martínez Barrio, advirtieron en numerosas
ocasiones de los peligros de la politización de la masonería y del
olvido y marginación de los antiguos principios y ritos iniciáticos. El
autor afirma que «la política penetró en la Orden y la corrompió desde
su propio seno». Con notable profesionalidad, no escatima información
sobre la participación de masones (no de obediencias) en la revolución
de Asturias o en Cataluña durante la Guerra Civil.
El libro analiza la historia de la masonería a lo largo
del siglo XX. Amén de ser producto de una exhaustiva investigación, con
un abrumador aparato crítico, es fruto de una larga y profunda
reflexión. Estudia numerosos temas fundamentales e interesantes
relacionados con el obrerismo, el colonialismo, el librepensamiento, el
anarquismo, el pacifismo y las actividades de la masonería ante la Gran
Guerra, el antifascismo, el feminismo, la literatura contubernista y un
largo etc. Especialmente clarificador resulta el análisis del caso
Ferrer y Guardia, la Semana Trágica de Barcelona y el lerrouxismo en
Cataluña.
Tomado del Ideal.es desarrollado por: Casimiro Francisco López
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