PREAMBULO
Las Jurisdicciones de
los Altos Grados Escoceses, reunidos en Ginebra del 5 al 8 de mayo de 2005, en
el marco de los XVIII Encuentros Internacionales, consideran que ha llegado el
momento de comenzar una nueva etapa después de la declaración hecha en Lausana,
hace ahora ciento treinta (130) años, en el marco de un contexto masónico
internacional diferente. Las Jurisdicciones se refieren, sin embargo, a este
texto fundacional, dado que permite afirmar nítidamente la perpetuidad y la
universalidad de los principios masónicos.
En 1875, el mundo se
encontraba dominado por Europa. El siglo XIX se encontraba, además, marcado por
el triunfo de las nacionalidades y el apogeo de los Estados Nación encerrados
dentro de fronteras celosamente protegidas. Al propio tiempo, las ideas de las
luces del universalismo, del humanismo y del progreso se habían propagado por la
faz del continente causando en ciertos países una oposición a la modernización
social, política y religiosa.
En este comienzo del siglo XXI,
el mundo ha cambiado. Parece desprovisto de sentido, es decir, de significación
intelectual y de orientación moral. Las barreras constituidas por las fronteras
nacionales han cedido ampliamente su sitio a nuevas territorialidades regionales
y a una mundialización económica, a menudo generadora de desigualdades y no de
un universalismo respetuoso con el hombre.
La duda, mejor la sospecha, han
reemplazado la esperanza de un porvenir mejor, la tiranía de un inmediato
omnipresente nos priva de la perspectiva necesaria para conocer el pasado y
prever el futuro. El resurgimiento de los clericalismos, de los integrismos y de
los fanatismos, es portador de incomprensión y de violencia.
Francmasones: ¿Debemos,
consecuentemente, renunciar a los logros y a los espacios conquistados por
nuestros antepasados, a los combates de hoy y a las esperanzas del mañana? Esto
sería un profundo error. Consecuentemente, las Jurisdicciones signatarias de
esta declaración han considerado deseable elaborar un texto fundador, testigo de
una época nueva y que tenga valor de referencia para una acción común y futura.
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1. Las Jurisdicciones de los
Altos Grados Escoceses, reunidas este día 8 de mayo de 6005 (V\L\),
en el Z\
de Ginebra, reafirman solemnemente y con fuerza, su plena y entera adhesión a
los principios fundamentales de la Orden. Después de haber deliberado respecto
de su vocación contemporánea, de su carácter específico y del contexto en el que
éstas practican la progresión iniciática, dos siglos después de la creación del
Rito en el seno de la Francmasonería universal, ponen el acento sobre el respeto
a la dignidad humana, la acogida en su seno de todo Masón de reconocida probidad,
sin discriminación, ni distinción de carácter étnico, político, filosófico y
religioso.
2.
Su tradición se encuentra fundada sobre el método masónico que discurre
por un simbolismo enseñado
y vivido, no impuesto pero sugerido. Este simbolismo
constituye el lenguaje común que permite una reflexión sobre el porvenir humano;
sobrepasando los enclaustramientos, las barreras ideológicas, los postulados
doctrinales, situándose en una perspectiva ilimitada de búsqueda.
3. El Rito Escocés Antiguo y Aceptado es el más ampliamente utilizado en el mundo.
Es una corriente iniciática, tradicional y universal que comporta treinta altos
grados. Está fundado en la fraternidad, la justicia y el espíritu de la
caballería.
4. El Rito se encuentra
gobernado por Jurisdicciones soberanas e independientes que ejercen su
competencia sobre los Grados posteriores al iniciático simbólico de Maestro
Masón. Por su práctica, el rito contribuye también a crear lazos entre las
diferentes culturas y civilizaciones.
5.
El Rito añade a su dimensión
internacional, el universalismo de sus principios fundados sobre un
humanismo
cuidadoso en colocar al ser humano en el centro de sus reflexiones y de sus
acciones.
6. El Rito, rechazando todo
dogma, toda ideología que lo constriña, afirma la necesidad de una libertad de
conciencia, la única capaz de desarrollar una libre espiritualidad accesible por
una constante búsqueda de la verdad.
7. El Rito ambiciona, por su
principio de perfeccionamiento progresivo del Masón, un trabajo de búsqueda de
si mismo por el método iniciático, al que se le añade la voluntad de trabajar
sin tregua para la felicidad de la humanidad y de alcanzar su emancipación
intelectual y moral.
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