José
Leonardo Chirino fue hijo único de una indígena libre y de un negro esclavo
perteneciente a una familia criolla; es entonces, un zambo libre. Se casó con
una esclava llamada María de los Dolores con quien tuvo 3 hijos: María Viviana,
Rafael María y José Hilario. José Tellería, solía realizar viajes de negocios a
las Antillas, y en más de una ocasión el zambo se embarca como acompañante.
Parece que es en la isla de Santo Domingo, en territorio del actual Haití,
donde el zambo establece un más intenso contacto con las ideas y la práctica
revolucionaria que tuvieron su epicentro en Francia; la noticia del momento son
los levantamientos de esclavos y las tendencias republicanas que pugnan por
imponerse.
José
Tellería se entera de tales convulsiones y la cuestión le preocupa; Chirino
también está al tanto, pero esto, en lugar de preocuparlo, lo estimula: eso de
libertad e igualdad tenía que estimular a alguien que jamás ha visto un
movimiento similar en tierra firme.1 Asimismo, estableció contacto con el proceso
que se vivía en Haití donde los negros esclavos se habían levantado contra los
blancos y estaban luchando con éxito para obtener su libertad. De regreso a
Venezuela se incorporó a un grupo de conjurados que se reunían en el trapiche
de la hacienda Macanillas (Curimagua, Edo. Falcón), entre los que se encontraba
José Caridad González, un negro congolés muy informado de las ideas de la
Revolución francesa.
Todo
esto le sirvió a Chirino para encabezar el 10 de mayo de 1795 un movimiento
armado desde la mencionada hacienda. Tras el fracaso de esta insurrección,
Chirino fue perseguido y hecho preso por traición de un amigo en agosto del
mismo año, la Real Audiencia lo condenó a la horca el 10 de diciembre de 1796.
La insurrección
Este
levantamiento fue escenificado en la serranía de Coro por un conjunto de
esclavos e indígenas. Tuvo por objeto la abolición de la esclavitud y la
abolición de los numerosos impuestos, así como el establecimiento de un régimen
inspirado en el haitiano (la Asamblea Nacional francesa había otorgado la
ciudadanía a los hombres libres de color en 1792). Rápidamente sofocado por las
fuerzas del gobierno, su jefe, José Leonardo Chirinos, fue apresado, condenado
y descuartizado.
Antecedentes
Distintas
causas dieron origen a este movimiento. La variable condición en que se
encontraban los negros, que eran unos libres y otros esclavos; la de los
indios, que eran respecto a los tributos, unos exentos y otros demorados (la
demora era la obligación de trabajar en las minas 8 meses al año). En el trato
de los unos con los otros, tanto los negros esclavos como los indios demorados,
se daban cuenta de lo injusto de su situación. Así estaban las cosas cuando
circuló el rumor de que el Rey de España había acordado la libertad de los
esclavos; se decía que la cédula que esto ordenaba habría llegado a Venezuela,
pero las autoridades coloniales y especialmente el Cabildo de Caracas se
oponían a darle cumplimiento, por ser atentatoria a los derechos de los
propietarios.3 Este rumor fue dispersado desde 1770 por un africano conocido
como Cocofio. Después de su muerte en 1792, esta constante insistencia sobre la
libertad de los esclavizados fue retomada y reactivada por los cimarrones
africanos procedentes de las colonias holandesas, francesas e inglesas. Varios
centenares de estos cimarrones que se fugaron de las colonias extranjeras se
refugiaron en la región de Coro, donde existían diferentes vías que abrían el
paso a los esclavizados africanos insulares que se liberaron.
La
idea de implantar lo que entonces era conocida como "La Ley de los
Franceses", que no es otra cosa que la República, el legado fundamental de
la Revolución francesa, va ganando adeptos entre los negros esclavos y libres,
zambos, indios y mestizos. Pero el detonante decisivo de las convulsiones de
1795 es de orden más pragmático, más doméstico. Por esos días ejerce funciones
de recaudador de rentas Juan Manuel Iturbe, a quien suele pasársele la mano a
la hora del rigor y los castigos, y es contra esa situación en particular, que humilla
y enardece a los labradores, que Chirino se levanta en armas. La otra figura
descollante de la rebelión es el negro José Caridad González, un hombre culto y
defensor de los derechos de los esclavos, que alguna vez ganó un litigio a
favor de los suyos, y esto lo ha convertido en una especie de adalid ilustrado.
Estalla la insurrección
El
10 de mayo de 1795 el movimiento se gesta y comienza a expandirse en la
mencionada hacienda de Macanillas, cerca de Curimagua; los alzados buscan tomar
algunas propiedades de la zona, con la idea de incorporar hombres a la revuelta
antes de llegar a Coro, como lo hacen en efecto bajo el mando de un Juan
Cristóbal Acosta, pues Chirino se queda para organizar otro grupo.
- Los insurgentes proclamaron abiertamente sus objetivos:
- La aplicación de la “Ley Francesa”, significando el establecimiento de una república democrática;
- La libertad de los africanos esclavizados y la abolición de la esclavitud; La supresión de tributos pagados por los indígenas (demora) y los impuestos como la “alcabala”;
- La eliminación de la aristocracia blanca.
El
dominio ejercido por la sociedad criolla en las regiones tomadas por los
alzados entra en crisis; en las haciendas que caen en poder de estos se impone
la supresión de la esclavitud, la eliminación de los privilegios y de los
impuestos de alcabala.
La
idea inicial de llegar a Coro sufre un primer contratiempo luego de los éxitos
iniciales, ya que los alzados deciden permanecer en las zonas tomadas. En el
entretiempo, la sociedad criolla tiene oportunidad de organizarse y de
conseguir refuerzos, enteradas las autoridades de que las armas que en el
llano, al sur de Coro, tomaron posiciones; llevaban, además de otras armas de
fuego, 2 cañones pedreros. Cuando los negros acometieron desordenadamente, sus
columnas fueron destrozadas. En la corta refriega murieron 25 negros y quedaron
24 heridos.
Consecuencias
Este
movimiento, de hondas raíces sociales, llamó la atención de las autoridades
coloniales sobre las diferencias existentes y las injusticias, particularmente
en lo tocante al cobro de impuestos a las clases humildes. Aunque fracasó, no
fue estéril, porque a la postre se redujeron los impuestos y se cobraron con
sentido más humano.5 Además esta insurrección es considerada por los
historiadores como el primer movimiento preindependentista de Venezuela, que
abrió el paso para los movimientos de José María España y Manuel Gual,
Francisco de Miranda y hasta para el de Simón Bolívar.
Ejecución de Chirino
José
Leonardo Chirino quien no llegó a tiempo para participar en el combate, al
saber la derrota se internó en la serranía, trata de reorganizarse. Escribe al
cacique y a los indios de Pecaya, pidiéndoles incorporación a la lucha y
prometiéndoles que no pagarían demora, esto es, un tributo especial de los
indígenas y que ahora se les cobraba en dinero efectivo. Pero, tres meses
después la traición de un antiguo compañero facilita su captura y traslado
hacia Caracas, donde la Real Audiencia lo condena a muerte por delito de
subversión. Se le condena "a muerte de horca que se ejecutará en la plaza
principal de esta capital adonde será arrastrado desde la Cárcel Real, y
verificada su muerte, se le cortará la cabeza y las manos y se pondrá aquella
en una jaula de fierro sobre un palo de veinte pies de largo en el camino que
sale de esta misma ciudad para Coro y para los Valles de Aragua, y las manos
serán remitidas a esa misma ciudad de Coro para que una de ellas se clave en un
palo de la propia altura y se fije en la inmediación de la aduana llamada de
Caujarao, camino de Curimagua, y la otra en los propios términos en la altura
de la sierra."
Su
hija Viviana fue vendida por 200 pesos y a sus dos hijos los vendieron por 120
y 150 pesos respectivamente. Y como última medida se incluye en el escudo de la
ciudad de Coro las tres cabezas degolladas y sangrantes de José Leonardo y sus
lugartenientes, como pública advertencia a quienes tuvieran pensado levantarse
contra Dios y el Rey.
La
condena es realizada conforme a la tradición colonial y en concordancia con los
agravios infligidos por el alzado a los sectores dominantes. El 10 de diciembre
de 1796, Chirino es inmolado en la horca, en plaza pública y su cuerpo fue
descuartizado y colocadas sus partes en distintos lugares.
José Rafael Otazo M.
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Profesor Universitario.
Miembro de la Ilustre Sociedad Bolivariana de Venezuela.
Miembro de la Digna Sociedad Divulgadora de la Historia Militar de Venezuela.
Miembro de La Asociación de Escritores del Estado Carabobo.
Investigador en la Asociación para el Fomento de los Estudios Históricos en Centroamérica.
Director de la Publicación Internacional, "Ni vestido ni desnudo"
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Profesor Universitario.
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Investigador en la Asociación para el Fomento de los Estudios Históricos en Centroamérica.
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