miércoles, 30 de marzo de 2016

DISCURSO PRONUNCIADO POR EL DR. RICARDO LEÓN CELAYA, COMO ORADOR DE ORDEN, EN EL HOMENAJE DE LA ASOCIACIÓN DE ESCRITORES CARABOBEÑOS A LOS MÉDICOS ESCRITORES.





DISCURSO PRONUNCIADO POR EL DR. RICARDO LEÓN CELAYA, COMO ORADOR DE ORDEN, EN EL HOMENAJE DE LA ASOCIACIÓN DE ESCRITORES CARABOBEÑOS A LOS MÉDICOS ESCRITORES, CON MOTIVO DE LA CELEBRACIÓN DE LA SEMANA DEL MÉDICO VENEZOLANO. TEATRO MUNICIPAL, VALENCIA, SABADO, 12 DE MARZO DE 2016.



Dr. Ricardo Leon Celaya
Dos amigos caminan hacia una plazoleta y ven un hombre, sentado con la mirada hacia el infinito. Un amigo, preguntó al otro; ¿Quién es? Y el amigo respondió; Un loco. Al oír esa respuesta, decidió  acercarse a la persona y le dijo: Amigo, Buenos días ¿Qué hace? Y el hombre, respondió; ¡Veo el paisaje! Y el hombre pregunto; ¿ nada más ?. Y el loco,  respondió: Necesito hacer más, para conocer la vida. En el paisaje, está Dios. Con esta figura, deseo comenzar, aquí está Dios, con nosotros, nos Bendice y le Bendecimos. Disfruto la presencia de mis amados Hijos y nietos. Porque, felizmente, con su respeto y protección me enseñan en mi medianía, el paso de padre a hijo. ¡ Yo soy un hijo feliz, con un niño muy creativo y travieso!.  Ha impactado a los ilustres asistentes, mis alpargatas, las cuáles, representan mis sentimientos vertical de pertenencia  a mis  Sabanas de San Jerónimo de Guayabal. Además, desde hoy, no se dirá que el Teatro Municipal, nadie  ha pisado su suelo en alpargatas, precursoras de las Sandalias y provenientes de los pies descalzos de nuestros indígenas, campesinos y llaneros.


En la salud, el horizonte absorbe al paisaje y hay mucho que resolver. Por ello, cada quién debe ser un gladiador, para luchar como persona, profesional, sindicato y gremio, para  ayudar a resolver la grave situación  de la salud. Pero hoy, como Asclepianos, humanistas, que rinden tributo a los médicos y escritores, en la generosidad de la Asociación de Escritores de Carabobo, solo, en la trascendencia de ese gesto de convivencia institucional, voy a transitar el camino de mi oración.

Un día, entre malangas, sentado con la mirada diagonal hacia arriba y hacia afuera, compartiendo la reflexión que la vida parece tener una entrada, pero varias salidas y extasiado con el regalo esperanzador de María Teresa Francisca Millán (Santa Teresita del Niño Jesús y de la Santa Faz) Doctora de la Iglesia, cuando nos dice; La vida es la vía, no es la morada. Entonces, me dije: La vida es también, la unión de interrogantes elaboradas como peldaños, las cuales, vamos respondiendo con el paso del hermoso tiempo, nuestras personales circunstancias y acciones. Por ello, si el virtuosismo de un  poeta, es gritarle al Cosmos una oración en solo un verso, un día, subyugado por la caricia de la deliciosa musa, escribí, interrogantes.



Que vientre me anidará en su seno, para ir.
Que manos me recibirán, para llegar.
Quienes me besarán por vez primera y sonreirán.
Que brazos me acercarán y arrullarán.
Quienes vigilarán mis primeros pasos.
Quienes al tropezarme, caer y llorar me acostarán en su regazo.
Cual mano se extenderá para apretarla.
Que voz me pedirá que la ame, para amarla.
Quien saciará mi sed, por mis trajines.
Quien calmará mi hambre, por la vida.
Quien me acompañara por mis sinfines.
Quien impedirá que vague por el mundo, como gaviota herida.
Que anciano abrazaré, para ayudarle.
Que camino obstruiré, para apartarme.
Cuantos hijos tendré para amar y aconsejarles.
Quien me sostendrá en mi ancianidad y acortara su paso, para yo no enredarme.
Quien secará el sudor de mi frente, cuando enferme.
Quien oirá, mis últimas palabras.
Que podré decir, en mis plegarias.
Como podré decirle a Dios, cuanto le amo.
Como podré decirle a Dios, cuanto le debo.
Quienes me rodearán, cuando me duerma.
Quien arrojará la última flor sobre mi tumba.
Cómo será la luz que seguiré, entre lo oscuro,… Y
Quien podrá gritar ¡Aquí, se ausenta un hombre, que vino al mundo e
hizo un poco más de lo que pudo! Que intenta hacer de sus
cenizas, viva llama y deja acá, entre su sangre y sus amigos, el
Pedazo más grande de su alma.

   
En la belleza de mi medianía y gratitud al Todopoderoso, solo desconozco, hasta ahora, las últimas cinco interrogantes. Hoy, embargado de insondable emoción y júbilo por la maravillosa presencia de ustedes, como un niño, el campesino de San Jerónimo de Guayabal, se pregunta: ¿Qué debo hacer aquí? Y el paisaje, me responde: Cuando hay que hacer, lo que hay que hacer, solo hay que hacer, lo que hay que hacer. En mi caso, obedezco al honor conferido por la pujante, recién fundada e Ilustre Directiva de la Asociación de Escritores Carabobeños, donde las estrellas se abrazan para trazar afectos, presidida por el Dr. Oswaldo Angulo Perdomo, para celebrar el día Nacional de Médico y Escritor.

Destacando la trascendencia de este acto, porque esta celebración, desborda su importancia en instituciones dispensadoras de salud pública, privadas y Colegio de Médicos. Para incorporar a nuestro regocijo el sentimiento de solidaridad, apoyo y reconocimiento, de  esta humanística corporación. La cual, debemos asumirla como el Santuario del humanismo del escritor, donde, quien se detenga frente a su fachada, puede decir voy a entrar porque aquí se parecen a mí. Y el que está dentro, puede decir: permanezco aquí, porque yo me parezco a ellos. Es decir, nuestra más sublime característica de convivencia, debe ser la diferencia con inclusión. Este gesto, producto del sentimiento creativo al reconocer, valorar, honrar y elevar merecidamente al médico y escritor, no tiene precedentes y es una vigorosa señal de fortalecimiento espiritual e interinstitucional. Como diría Don Felipe Herrera Vial, en su obra, Motivos de Incamar (1956), quien personifica a través de Incamar y su belleza, su insondable amor por la Valencia indígena, tío de nuestro admirado poeta y escritor Napoleón Herrera: esta es una convivencia olorosa, de gracia y de gloria. Porque somos pueblos y solo el pueblo, da gloria. Esta fecha, se enmarca en la Efeméride del Natalicio de José María Vargas Ponce, el día 10 de marzo de 1786, quién nació entre cumbres, las cuales, intentan, sin fracasar, besar el cielo. Vargas, fue un venezolano, Médico, de enseñanza, educación, academia, gremialismo, político, patriota y amigo crítico de nuestro Libertador Simón Bolívar, cuando era necesario. Lo cual, acostumbró el libertador, que los respetables razonamientos y posturas de Vargas, podían no coincidir con lo que deseaba oír. Pero, su respeto fue tal que, privilegió y eternizó a Vargas, designándolo su albacea testamentario.

La historia es atractiva, porque, nace sin corazón en el pecho. Pero, se hospeda en la churuata del corazón del hombre hasta la perpetuidad. La historia es móvil, dinámica, esquiva, inmortal, de bordes capaces de confundirse con tu sombra. Pero, permite ser acariciada, con sublimidad, suavidad, seriedad y respeto. Por ello, ante quienes  modelan el hecho histórico desde un escritorio, mediado por una posición de poder o un interés  particular se consigue espontáneamente con el grito de ¡manipulación!. Lo cual, diluye la perversa narración histórica, como un terrón de azúcar abrazado por la Bendita agua del sediento y evita la incubación de la creencia, en algunos hombres, que la guerra es la paz del porvenir.

 La historia nos enseña que no tiene mañana el hoy. Aunque Marco Tulio Cicerón, el hombre, quien, hizo fracasar a Marco Antonio, en su empeño de emular a Cayo Julius Cesar Augusto Graco, en ser cónsul y regente de las Galias, al gritarle; ¿Hasta cuándo Marco Antonio. Le haces daño a Roma y al mundo?   Porque lamentablemente, no te has muerto… Cicerón, en el arte de envejecer, afirma: ningún hombre, por muy avanzado en sus años, desprecia hoy, el adelantado disfrute del día siguiente. Esta convivencia institucional hace historia, por ello; respeto a quien opine: hay que saber de historia para hacer política. Saludo a quien opine: con la historia no se debe hacer política. Aplaudo a quien opine: Hacer historia con la política, por asumirla como herramienta de beneficio social y colectivo.

 Distanciándome de las apologías, del halago febril e innecesario, me voy a permitir desfilar con respeto biográfico, por la vida de algunos apóstoles de la medicina a quienes tuve la oportunidad de disfrutar a través de sus acciones, lectura y por el obsequio, en algunos, de su compañía y amistad. Sus vidas, se constituyeron en modelos que nunca podrán enseñarnos a olvidar.  



 Vicente Salías.
Hijo de Don francisco Salías Tordecillas, andaluz y Doña Margarita Sanoja, caraqueña, matrona admirable. Vicente, médico, poeta y prócer, capaz de ofrendar su vida por la defensa del suelo patrio. Con su palabra entusiasta, era un promotor de libertad. Su hermano mayor Francisco Salías, edecán de libertador y cuyo gesto en la puerta mayor de la catedral de Caracas, originan los sucesos del 19 de abril de 1810. Pedro Salías, fallece en combate, en Aragua de Barcelona al frente del batallón Caracas y Juan Salías, ejecutado por orden de Morillo en 1806. Vicente Salías, nos obsequia hasta más allá de la eternidad, un poema, de profundo amor por su pueblo llamado Canción Nacional, que ubica a su patria en la gloria y resalta valores como “La ley respetando la virtud y honor”. Este cantó, fue elevado a la categoría de Himno Nacional, el 25 de mayo de 1882, por decretó del Presidente Guzmán Blanco. José María Vargas Ponce, no padeció las vicisitudes de Vicente Salías, al ofrendar la sangre de sus  hermanos, para abonar la árida, maltrecha y pisoteada tierra nuestra, producto del ambicioso y desventurado coloniaje y su propia sangre, cuando al apoyar su espalda en una pared del castillo de Puerto Cabello y sucumbir ante la letal carga de los fusiles realistas, alcanza a gritar en su agonía ¡Abajo cadenas! ¡Muera la opresión! . Por ello, Vicente Salías, es un patrimonio sentimental, emocional, patriótico e histórico del médico, prócer y mártir, para  quien, en un ínfimo acto de justicia y saldar la deuda histórica, merece la creación de la Condecoración “Vicente Salías” para honrar a distinguidos ciudadanos e instituciones Carabobeñas, con destacados méritos de servicio en Beneficio de su prójimo.


Francisco Lazo Martí
Coterráneo, Asclepiano y colega, el insomne del amor, la pampas y el regreso, quien en 1895, con tangible visión de futuro, se constituye en el huésped del primer reclamo por el inexplicable sufrimiento de la naturaleza, cuando en Mi carta a un Bardo amigo de la Silva Criolla escribe: llanura o cielo, cúspide o abismo/ ¡santa naturaleza!/ para el dolor que vive en tu grandeza/ ¿ Cuál palabra mejor que tu mutismo ?.

Juan Vicente Seijas
Una mañana, sorprendió a un joven estudiante de medicina, cuando un diario de circulación regional, destaca en primera plana “Alcalde Juan Vicente Seijas, barre la plaza Bolívar y calles de Valencia”, gráfica a cuerpo entero, botas oscuras, altas y de goma. Mi pensamiento fue, médico tenía que ser por lo humanista, no diferente. La pequeñez política, se preparó para la crítica. Juan Vicente Seijas, enviaba como señales; la salubridad pública, la limpieza que combate enfermedades ambientales, es tarea de todos, y él era parte de ese todo. Que los trabajadores apreciaran a su Burgomaestre trabajando con ellos y como ellos. Además, presumo, si Juan Vicente,  barre su pueblo, con más razón, podía barrer su casa. Por eso, la miseria de la crítica no tuvo éxito, por escasa y derrotada, con la acción del hombre noble.

Fabián de Jesús Díaz.
Mi apreciado maestro en historia de la medicina, a quién una mañana de viernes, de 1977, en los salones de medicina, frente a la capilla, un inquieto alumno, quién ve al docente erguido, de guayabera verde claro, se le acerca y le dice; “maestro, sí va a hablar de historia de la medicina, hablemos de usted”. Y el sabio, con una sonrisa que achicó sus párpados, me respondió. No hijo, gracias por tu halago, pero no alcanzo a tanto. Interpreté en su respuesta que el hombre y su historia, es solo un punto en la historia, como el presente, es solo un punto en la eternidad.

José Ignacio Bellera.
Su talante, marcha oronda y canas, no ocultaban el portento de una voz de Zeus, amable y educativa. Compartir el apostolado médico con su persona, Luis Ramos Villamediana y Elías Sarquis, en el hospital del Seguro Social “Emiliano Azcúnez” y recibir el brindis de su despedida, cada tarde, al terminar su consulta, era un gozo. 

Guillermo Mujica Sevilla.
Maestro, reverencial, castizo, pedagogo, académico a quien el conocimiento de su valor personal, le impedía ser mezquino. Su afable sonrisa, era señal de que íbamos bien, cuando nos acompañó al lado del Dr. Alfredo Paz Cordero, para asumir en 1971, la modificación de la estructura académica de la Universidad de Carabobo y convertir la facultad de medicina en facultad de Ciencias de la Salud, para abrir el horizonte a quienes deseaban estudiar Bioanálisis, Odontología y Enfermería.



Efraín Inaudy Bolívar
Mi gran kamaracoto, hombre del Auyantepuy, premio Nacional de poesía 1982. Piedad, su amada hija, me lo prestaba para disfrutar nuestras conferencias y me enseño, que “el médico, más allá de su humanismo, debe aprender a meter su ingle, en el pitón del toro de la vida

Freddy Amoldoni
Inteligencia, locuacidad, servicio, equilibrio, inclusión y paz. Amigo de amigos.



Rafael Enrique Casal.
Respetuoso, amigable, placentero, coloquial, sincero, gremialista y colectivista. Pocas semanas, antes de su ausencia, disfruté su ameno y siempre afectuoso saludo. Les confieso, que en ese momento se levantaba de un sillón, aun acosado por su dolencia, me lucio imponente, como un Silverio Pérez, amante del redondel.

El universo médico se enorgullece al mencionar a William Gánem, Nicolás Rueda, Amaury Rengel, Carlos Verdú, Alicia Galíndez, Miriam Marcano, Carlos Rojas Malpica, Germán Perdomo, Carmen Cecilia Malpica, Yovanna Vásquez, Maricruz Jiménez de Ospino, Polo Castellano, Francisco Martínez López, Antonio Sanoja Breña, Oswaldo Guerra Sagarzasu, Wilfredo Perfetti, Gregorio Riera Espinoza, Fernando Bellera, Eliecer Payares, Gilberto Domínguez, Jesús Ortega, Ricardo Enrique León Montero, Miguel Zerpa, Marcos Ortega, Jesús María Lugo Peña,  Juan Armando Márquez, Fernando Henríquez Hostos, José Luís Aparicio Borregos, José Finochio, Carlos Rosales, Eusebio Ortega, Pedro Quiñónez, Manuel Rodríguez, Víctor Julio Bellera, entre infinitos, quienes en la nobleza de su ejercicio profesional, están persuadidos, que la Bondad en nuestro Apostolado, ocasiona la hermosa sonrisa de Nuestro Señor Jesucristo. A los médicos, quienes por mi traviesa, gozosa y novedosa costumbre de olvidar, después de la medianía, reciban mis bendiciones. 

Ahora bien, en los caminos de mi vida, Dios, me reparó con mis amados padres e hijos, hermosos seres, quienes me enseñaron a soñar, lo de mañana, hoy. Y fuera de mi ambiente familiar, conocí prohombres con una vida de predilección por hacer el bien a la humanidad. Por cierto, he decidido detener el tranvía de mi afecto, en la estación de un corazón amigo; Miguel (nombre de origen Hebreo, Quien Como Dios) Malpica (Miguelucho), Padre de la poetisa, Carmen Cecilia Malpica. Ese hombre, además de amigo y profesor, nos enseñó la vida del humilde en la urbe y allá llevó al estudiante de medicina, a conocerles. Le decíamos, el médico del boquete, entonces, centro dispensador de salud muy apartado del área universitaria. En Miguel; Su estatura: Un ápice por debajo del promedio, pero con un corazón del tamaño de su cuerpo y sus pasos. Su dimensión: tan sencilla como infinita. Su desempeño: educativo, académico y retador. En 1982, en el colegio de Médicos del Estado Carabobo, en una visita del entonces Ministro de Sanidad y Asistencia Social, Dr. Blas Bruni Celli, conmigo a su lado, se paró y gritó: que va Blas, eres puro blá-blá. Su virtud resolver problemas ajenos y brindar amistad. Su valor: La lealtad crítica. Su principio: Pensador neto y concreto, capaz de aquilatar valores y propiciar seguridad en la inversión de su esfuerzo. Su Poemicidio: Sus versos, virulentos, febriles, hemorrágicos, contagiantes y precursores del Ébola. Único antídoto; enamorarse de Miguel. Fundamento mi afirmación, en el poema Mariposa de Luz, de su poemario primavera, fechado noviembre de 1938, dedicado a su novia y posterior amada esposa Carmen Cecilia Gracián.

    
En la vaga penumbra de la estancia,

A esas horas nostálgicas del sueño,

Cuando todo aparece adormecido

Bajo el ala sutil de un anestésico,

Cuando apenas nos llega de la noche

La suave y leve vibración de un eco

Que se apaga en las ondas como un ritmo

Que pone arrullos en la flor del viento,

Cuando duermen los lirios y la rosas,

Y el boscaje silencioso y ledo,

Los árboles, al margen del camino,

Saludan su letargo somnoliento…

En las horas de nostalgias líricas,

De añoranzas marchitas, y desvelos,

Es que llegan al alma de los bardos

Las dulces mariposas del ensueño.

Las blancas maravillas del delirio.

Las luciérnagas de oro de otros tiempos

A buscar el encanto de la vida

Rompiendo, la crisálidas del verso…….


La antorcha, es la creación producto de la inteligencia del hombre, para iluminar su camino y todo lo que lo rodea. Pero, nunca podrá impedir que su flama dance al compás de la brisa  y se extinga. Tan elemental figura, nos ordena que todo tiene que terminar. Por ello, con indescriptible júbilo, emoción y honor, levo anclas en la liturgia y me asiento en mi Catecismo de la Iglesia Católica, página 512, 23 38 “La persona casta, mantiene la integridad de las fuerzas de vida y amor, esto asegura la unidad de las pasiones. Se opone a toda lesión y no acepta doble vida ni doble lenguaje”. Mi estancia aquí, fue más por su generosidad que por mis méritos. ¡BIENVENIDOS  TODOS  A  MI  ETERNA  GRATITUD!



Dr. RICARDO LEÓN CELAYA.

TEATRO MUNICIPAL, VALENCIA, SABADO 12 DE MARZO DE 2016.

sábado, 26 de marzo de 2016

Hablando de...José Gil Fortoul, Prolífico escritor y diplomático.




José Gil Fortoul desempeñó diversas funciones como abogado, escritor, diplomático, sociólogo e historiador, destacando además por su defensa y justificación del régimen de Juan Vicente Gómez, actividad que compartió con personajes como César Zumeta, Pedro Manuel Arcaya y Laureano Vallenilla Lanz. Fueron sus padres José Espíritu Santo Gil (conocido también como el Pelón Gil) y Adelaida Fortoul Sánchez. Recién nacido fue llevado por sus padres a la ciudad del Tocuyo, donde transcurrió su infancia y adolescencia. En dicha ciudad cursó estudios en el colegio La Concordia, el cual era dirigido por el profesor Egidio Montesinos. En este instituto obtuvo el 2 de julio de 1880, el título de bachiller en filosofía. Luego de esto viajó a Caracas para realizar estudios de derecho en la Universidad Central de Venezuela donde recibió el doctorado en ciencias políticas en 1885. Durante el tiempo que estudió derecho, Gil Fortoul asistió bajo la dirección de Adolfo Ernst a clases de historia natural y colaboró con el diario La Opinión en cuyas columnas sostuvo polémicas ideológicas con algunos compañeros de juventud y con autoridades eclesiásticas, en especial con el entonces presbítero Juan Bautista Castro. Debido a la formación que recibió durante esos años, por sus opiniones y escritos fue desde entonces identificado como uno de los principales voceros del positivismo en Venezuela.

En 1886 fue nombrado cónsul de Venezuela en Burdeos (Francia), dando con esto inicio su primera estadía en Europa, la cual duró 10 años (1886-1896). La primera etapa de ese tiempo europeo de Gil Fortoul transcurrió en Burdeos y luego en Hamburgo hasta 1890. Por este tiempo publicó "Recuerdos de París (1887)" y "Filosofía Constitucional (1890)". Entre 1890 y 1892 se desempeñó como Cónsul de Venezuela en Liverpool, publicando en ese período los libros "Filosofía penal" y "El Humo de mi pipa", e inició su colaboración con El Cojo ilustrado. En 1892 pasó a París como secretario de la Legación venezolana. Publicó un trabajo sobre La esgrima moderna, así como su primera novela "¿Idilio?". Dos años después se ocupó, como encargado de negocios en Berna, de la representación venezolana en Suiza y comienza la publicación de sus "Cartas a Pascual". Los años de 1897 y 1898 lo encuentran en Caracas. Durante este tiempo escribió en El Cojo Ilustrado y en El Pregonero y dictó conferencias en la Universidad Central de Venezuela sobre temas sociológicos y antropológicos. El 30 de noviembre de 1898, el Gobierno Nacional, por decreto del presidente Ignacio Andrade, le encargó la preparación de una historia de Venezuela destinada a conmemorar el paso del siglo XIX al XX. Gil Fortoul comenzó a desarrollar su texto en Venezuela, pero al poco tiempo decidió trasladarse al exterior para trabajar con más comodidad.

En 1900 regresó a la vida diplomática, primero como cónsul en Trinidad (1900), luego como representante de Venezuela en la Segunda Conferencia Internacional Panamericana de México (1901) y después a Europa, donde ejerció cargos consulares en Liverpool y París (1902-1905). En 1906 cuando se encontraba en Berlín como encargado de negocios, finalizó el primer tomo de su "Historia Constitucional de Venezuela". En 1907, mientras participó en la Segunda Conferencia de la Paz en La Haya, recibió la orden del presidente Cipriano Castro de retirarse de dicho evento junto con el resto de la delegación venezolana. El motivo de dicha decisión por parte de Castro, se debía a que éste se oponía a una proposición de la delegación norteamericana relativa al cobro de deudas y reclamaciones por parte de súbditos de un Estado con otro Estado. Por su parte Gil Fortoul en su rol diplomático, intentó convencer a Castro que abandonar la conferencia sería un error, lo que fue interpretado por la prensa caraqueña como una "insubordinación" a las órdenes del presidente, lo que derivó en que, a su regreso a Berlín, a fines de 1908, fuera destituido. Caído en desgracia ante Cipriano Castro, Gil Fortoul planeó viajar a Argentina para dedicarse a actividades culturales, no obstante, el Gobierno de Juan Vicente Gómez surgido a raíz del golpe de Estado del diciembre de 1908, lo reintegró al cargo de ministro plenipotenciario en Berlín. En 1909 publicó el segundo tomo de su "Historia Constitucional" y preparó su regreso a Venezuela que ocurrió en 1910.

A su regreso a Venezuela, Gil Fortoul se incorporó al Congreso Nacional como senador (1910-1911 y 1914-1916), destacando además por desarrollar iniciativas destinadas a la reformación de la legislación civil sobre los derechos de la mujer y el niño, la modificación del régimen matrimonial, la adopción con normas para la emisión de cédulas hipotecarias y para la regulación de los contratos de trabajo. En 1913 Gil Fortoul se encargó de la presidencia de la República, debido a que la Constitución vigente, establecía que al separarse de su cargo el presidente de la República, Juan Vicente Gómez, por estar al frente del Ejército Nacional con motivo de una supuesta invasión de fuerzas castristas, le correspondía al presidente del Consejo de Gobierno, cargo que entonces desempeñaba Gil Fortoul, ejercer la primera magistratura. Miembro fundador de la Academia de Ciencias Políticas (1915), presidente de la Sociedad de Derecho Internacional (1915), Gil Fortoul representó a Venezuela como plenipotenciario ante el Consejo Federal Suizo, en la tramitación del laudo que debía resolver el problema limítrofe pendiente entre Venezuela y Colombia (1916-1924). En esta negociación Gil Fortoul expuso la tesis de obtener un arreglo de la frontera en la Guajira que diera a Venezuela el control total del golfo de Venezuela, a cambio de permitirle a Colombia la libre navegación por los ríos venezolanos, proposición que sin embargo no fue aceptada por la Cancillería venezolana. De nuevo en nuestro país, fue elegido individuo de número de la Academia Nacional de la Historia. En 1931 fue nombrado director de El Nuevo Diario y en 1933, fue enviado a México, como ministro plenipotenciario para la reanudación de las relaciones diplomáticas, interrumpidas desde 1923. Falleció en 1943, cuando preparaba el tercer tomo de su "Historia Constitucional de Venezuela".



 José Rafael Otazo M.
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Profesor Universitario.
Miembro Correspondiente de la Academia de la Lengua del Estado Carabobo.
Miembro de la Ilustre Sociedad Bolivariana de Venezuela.
Miembro de la Digna Sociedad Divulgadora de la Historia Militar de Venezuela.
Miembro de La Asociación de Escritores del Estado Carabobo.
Investigador en la Asociación para el Fomento de los Estudios Históricos en Centroamérica.

viernes, 25 de marzo de 2016

René A. Thomas R...NUESTRA SOCIEDAD BOLIVARIANA DE VENEZUELA



Una cuna de la emancipación del ideario bolivariano


Con motivo de celebrarse hoy un nuevo año de la fundación de nuestra Ilustre Sociedad Bolivariana de Venezuela, he querido traer a colación algunos aspectos inherentes a su creación e historia contemporánea, de manera muy somera y básica.

La “Sociedad Bolivariana de Venezuela” nace como Sociedad Boliviana de Caracas como una sociedad sin fines de lucro, no política, fundada en el año de 1842 por el General Rafael Urdaneta, siendo su finalidad el estudio del pensamiento de nuestro Libertador Simón Bolívar.

En la época del general Antonio Guzmán Blanco, ocupando ya la Presidencia de la República de Venezuela, se le dio el impulso oficial que se requería al culto bolivariano. Es entonces que para el año de 1927 cuando la Real Academia incluye los vocablos “bolivariano y bolivariana” en el diccionario.

El día 23 del mes de marzo de 1938, es cuando el general Eleazar López Contreras, oficializa mediante un Decreto del Ejecutivo Nacional, el reconocimiento al pensamiento de Simón Bolívar en todas sus esferas, mediante la creación de la "Sociedad Bolivariana de Venezuela".

Bajo la dirección de Don Vicente Lecuna, y un poco más tarde, del 28 de julio al 7 de agosto de ese mismo año, se reunió en Caracas el Congreso Bolivariano dictando los estatutos de la recién creada sociedad y cuya sede se encuentra ubicada entre las esquinas de Traposos y San Jacinto, al lado de la Casa Natal del Libertador. Don Vicente Lecuna por su parte, publicó una importante colección de cartas del Libertador, lo que sirvió de base divulgativa por todos los países bolivarianos teniendo desde entonces, la gran responsabilidad del estudio y difusión del pensamiento tanto político como humanista y filosófico de nuestro Libertador Simón Bolívar, destacándose por la formación de una conciencia colectiva del ideal bolivariano en todos los sectores de la sociedad venezolana y del mundo y de cuanto signifique la afirmación de la nacionalidad.

Esta sería entonces su segunda creación, pues la primera le había correspondido al prócer Rafael Urdaneta, quien fundara el 28 de octubre de 1842, día de San Simón por cierto, la Gran Sociedad Boliviana de Caracas, como ya se acotó anteriormente, reuniendo a personalidades de los ámbitos civiles y militares de ese entonces. Se le da cuerpo con el nombramiento de una primera Junta Directiva, cuya Presidencia recae en su fundador, Rafael Urdaneta, la Vice Presidencia la ocupa el Dr. Tomás Sanabria, y los demás cargos los ocuparon José María Vargas, el Gral. José María Carreño, el Dr. Diego Bautista Urbaneja y Feliciano Palacios. Cabe destacar aquí, que el término o vocablo “bolivariano” no se usaba todavía ya que fue aceptado por la Real Academia Española a partir del año de 1927. Como anécdota al margen, podemos acotar, que el día 14 de noviembre de ese año, en su primera reunión, Rafael Urdaneta dijo: … “Nuestro objeto, es contribuir a la perpetuidad del renombre y fama de aquel ilustre caudillo de la libertad Suramericana”.

Para el 31 de agosto de 1843, se sanciona el reglamento interno de la Sociedad, que establecía entre otros lo siguiente: “…celebrar los días 28 de octubre de cada año, el onomástico del Libertador, contribuir a la perpetuidad de su nombre y fama, establecer sociedades filiales en toda la República y en los países bolivarianos”.

Desgraciadamente para todos, el 23 de agosto de 1845, fallece Rafael Urdaneta, y con los nuevos cambios políticos del país, la Sociedad Bolivariana entra en decadencia.

Ya en 1930, y con motivo del centenario de la muerte del Libertador, se trató de reactivar la institución, gracias al coronel Carlos Sánchez, quien retoma el 28 de octubre de 1932, la responsabilidad de la Sociedad, lo cual se logra de manera exitosa hasta el 17 de marzo de 1936.

La Sociedad funcionó con carácter privado hasta el mes de marzo de 1938. Luego, el Presidente de la República, el General en Jefe Eleazar López Contreras, emite el Decreto del Ejecutivo Nacional No. 19.526, con fecha 23 de marzo de 1938, dándole la denominación de “Sociedad Bolivariana de Venezuela” con su sede principal en Caracas y otras en las capitales de los diferentes Estados y territorios del país.

Para 1970, se activaron las Sociedades Bolivarianas Estudiantiles, con la finalidad de inculcar en los jóvenes estudiantes, el ideario bolivariano. Entre el 15 y el 19 de febrero de cada año se celebra la Semana Bolivariana, según decreto presidencial No. 542, del 15 de febrero de 1971. Se escogió esta fecha ya que el 15 de febrero de 1819, el Libertador Simón Bolívar hace su famoso pronunciamiento y discurso ante el Congreso de Angostura. Esta Semana Bolivariana tiene como finalidad básica, engrandecer la figura del Libertador, estudiar su vida, sus acciones como militar, legislador y como simple ciudadano. 

La Sociedad Bolivariana de Venezuela tiene filiales en Caracas y en los 23 estados de Venezuela. Igualmente existen Sociedades Bolivarianas en la mayoría de los países de América, así como en Europa, Asia y África, -65 establecidas a nivel mundial, en países como Colombia, Perú, Ecuador, Bolivia, México, España, Italia, Marruecos, Costa Marfil, Egipto, todas ellas autónomas y apolíticas.

En febrero de 2010, bajo el gobierno del Presidente Hugo Rafael Chávez Frías, se propone la denominación de Sociedad Bolivariana Estudiantil Bicentenaria, en el marco de la Celebración de los 200 años del 19 de Abril, fecha que marca el primer paso de la Independencia de Venezuela.