“Después del negocio de la guerra sigue el del petróleo, en cuanto a la política, no hay nada más cínico que las relaciones internacionales”, señala el dr. Yuri K. Burlin de la Universidad Estatal de Moscú.
La validez de estas premisas se confirma totalmente cuando se analiza la situación que se presenta actualmente en la región del Medio Oriente, y en particular en el conflicto en Siria.
En este sentido, podemos asegurar que en esa guerra, la cual ha costado la vida de más de 100 mil personas, la mayoría de ellas civiles, y ha expulsado de esa república árabe a más de un millón de gentes, tanto la premisa del petróleo como la del cinismo de las relaciones internacionales, se presentan con toda claridad.
En el caso de la advertencia de que, el negocio del petróleo es el segundo mas grande del mundo, y que por ello, a nivel mundial, las naciones se disputan el control de los hidrocarburos, tenemos que, esta se presenta efectivamente, en el caso de la guerra en Siria, en donde la misma continua debido a que así lo han decidido los dos principales actores de esa guerra, y que son, por una parte, Estados Unidos y la OTAN, y por la otra Rusia y sus aliados Irán y China,
Ahora, es más que evidente, que, ambas alianzas, en estos momentos, están más preocupadas por que no se termine esta guerra que por llevarla a su fin. Por eso reitero en la cuestión petrolera, la situación es muy clara: hoy dia, para ambos actores resultan muy atractivas las enormes reservas de gas natural que se encuentra en el subsuelo de ese país; asi como también su situación geográfica, la cual resulta estratégica para el funcionamiento de la red de oleoductos y gasoductos que llevan los hidrocarburos a Europa.
No hay que olvidar que actualmente, la región del Medio Oriente, incluyendo a Siria, ocupa el primer lugar en reservas petroleras mundiales, y que además sigue siendo el principal abastecedor de crudo y gas para las naciones de Norteamérica, Europa y Asia. A esto hay que agregar que las naciones de la zona, son también muy importantes para la industria armamentista de Estados Unidos y Rusia.
Es por esta razón que para ambos países es preferible mantener el status de guerra en el Medio Oriente que cooperar para que la misma concluya. Hoy día, entre las naciones que de alguna manera experimentan las consecuencias de conflictos bélicos en esa zona, se encuentran Irak, Afganistán, Libia, Israel, Egipto, Irán, Yemen y Turquía, entre otras.
No hay que olvidar por ejemplo que de manera reciente, en un viaje que realizó el presidente de Estados Unidos a países de esa región, logró ventas multimillonarias de armamento de su país, y eso solamente en Arabia Saudita, sin contar las otras naciones que visitó. En lo que concierne a Rusia y China, ambas naciones han vendido también muchas armas en la zona en cuestión, en especial en Turquía e Irán.
En cuanto a la resolución mas reciente de las Naciones Unidas para crear una tregua en Siria, de un mes, para que pueda salir la gente, y a la vez, para que entren los servicios sanitarios, a los dos frentes de batalla, tanto en Ghota como en Efrin, no solo no se podrá alcanzar, sino que incluso podría catalizar el enfrentamiento entre Rusia y Estados Unidos. Al posible fracaso en la tregua propuesta, hay que agregar el de las reuniones cumbres que tuvieron varios actores involucrados en la guerra de Siria, como en las de Kazajastán y otras puntos, y las cuales también resultaron inútiles.
Al final de cuentas, tenemos que, a pesar de tantos esfuerzos y gastos económicos, hoy día, en Siria, ambas alianzas se siguen enfrentando y al mismo tiempo usando y probando sus armas de última generación. Entre los resultados que se obtienen por la injerencia extranjera en Siria, esta la muerte de mas 500 personas en la zona de Gjota, en donde el ejército sirio, con el apoyo de los rusos está bombardeando esa zona en la que se encuentra grupos terroristas
El “placet” norteamericano para que la República Islámica de Irán se incorpore a la negociación encaminada a poner fin a la guerra intestina que Siria soporta desde hace más de cuatro años, es dato de la máxima relevancia política, diplomática y militar. La novedad, que tiene su base en el positivo desenlace de las arduas negociaciones internacionales llevadas cabo para que el régimen de los ayatolás abandonara – con garantías suficientes de cumplimiento – su proyecto de enriquecimiento de uranio que le permitiera, en el medio plazo, acceder a la fabricación de la Bomba Atómica: una práctica con la que Irán incumpliría las obligaciones derivadas de su condición de potencia signataria del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares.
La relevancia del suceso, propia de la aceptación norteamericana, lleva más allá de la puntual importancia de lo ahora ocurrido. Para medir la profundad de esto, que supone tanto como el regreso iraní a la normalidad política internacional, es preciso reparar en qué y cómo se fraguó la exclusión iraní de los circuitos normales en las relaciones internacionales. No sólo por el choque persa con la primera potencia mundial, al tomar el poder los ayatolás y constituir en rehenes a los funcionarios de la Embajada estadounidense en Teherán; también, por la profusa teoría de tensiones generada desde la “revolución islámica” del “jomeinismo”, con sus amenazas al resto de Estados circunvecinos en la geografía del Golfo del Petróleo.
Tras de este aspecto se situó la motorización real de la guerra de ocho años entre los dos Estados avecindados en cada orilla del Chat el Arab: espacio en el que confluyen, para su compartida desembocadura en el Índico engolfado, el Tigris y el Éufrates: ríos que enmarcan regionalmente el conflicto de Siria, también imbricado en el norte de Iraq desde la irrupción del IE (Estado Islámico) en el conflicto que ha conseguido llegar a las puertas de Damasco.
Y ha sido la guerra civil siria la causa de que tanto Irán y sus correligionarios (en el chiísmo) los que han traído finalmente hasta la situación dónde la República Islámica se haya convertido en presencia y participación militar suficientes para que Washington envaine su veto a que Irán se convirtiera en factor obligado y necesario para hacer algo más que pararle los pies a la barbarie y demencia terrorista del EI.
El peso incuestionable que tiene la progresiva intervención rusa en Siria es dato de incuestionable relevancia en el “rescate” de los persas para una acción conjunta en el Oriente Próximo y Medio. Dato éste que, en términos de análisis, abre una ventana a la revisión de las tensiones ( más que razonablemente subsistentes ) por la intervención putiniana en Ucrania
José Rafael Otazo M; PhD.
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Profesor Universitario.
Miembro de Número de la Academia de la Lengua del Estado Carabobo.
Miembro de la Ilustre Sociedad Bolivariana de Venezuela.
Miembro de la Digna Sociedad Divulgadora de la Historia Militar de Venezuela.
Miembro de la Asociación de Escritores del Estado Carabobo.
Miembro de la Red Profesional del Instituto Panamericano de Geografía e Historia - O.E.A.
Investigador en la Asociación para el Fomento de los Estudios Históricos en Centroamérica.
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Investigador en la Asociación para el Fomento de los Estudios Históricos en Centroamérica.
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