De un pobre poeta para el padre del poema.
Aquí se respira el olor a rosa trasformado en poema.
Aquí está el aire que secó el sudor del letrado
Está la montaña, el mar que inspiró al poeta de angelitos negros.
En estos pasillos caminó la versatilidad hecha poema.
Aquí hay lágrimas de amor puro para el ser más bello llamado mujer.
Hay lágrimas de amor para el poema.
Lágrimas de amor y felicidad derramó este pobre poeta.
Al verse en la casa de quien fuera la esencia pura del poema.
Por sus venas corrían las letras los puntos y las comas.
Llegando a su mente formando versos y poemas o quizás lo mejor para Juan Bimba, sin olvidar el discurso del político elocuente, que ha trascendido más allá de la muerte.
Gracias Cumaná por conservar a tu hijo ilustre para la dicha no solo del venezolano, sino para alegría de quienes amamos los poemas y las letras.
En Andrés Eloy Blanco, un gran conglomerado de amantes del poema, hemos encontrado las mieses con grandes cosechas de inspiración al amor de la constancia, y el empeño de mirar al frente buscando el futuro lleno de luz plena.
Cumaná ha comprendido que su ilustre hijo, su poeta, hoy por hoy es el poeta no de un continente, sino de todos los continentes que posee este globo terráqueo.
Del escritor y poeta;
Silvio Gil López
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