Mediante lo que se considera la primera aplicación
histórica de la Matemática a la descripción de las leyes de la naturaleza,
Pitágoras encuentra el fundamento matemático de la consonancia musical. ¿Quién
podrÃa imaginar que el espacio, el número y el sonido se combinaban en una
correlación armoniosa? La Aritmética y la GeometrÃa entraban en una comunión
divina con la armonÃa musical que es patrimonio de la Estética y en ultima
instancia aparecÃa la matriz de la FilosofÃa pitagórica: «el número es la
esencia de todas las cosas». Si en el número está la clave del tono musical
en él residirá también la clave de toda la naturaleza. Asà pues, la Aritmética
y la GeometrÃa se vinculan con la Música, que de esta forma se convierte en una
rama de las Matemáticas.
Para Pitágoras la congruencia de las consideraciones
cientÃficas sobre los números, las figuras y las notas musicales, es decir, la
concordancia de las proporciones aritméticas, geométricas y musicales, y su
extrapolación al Cosmos, determina que los astros emiten en sus movimientos
unos tonos musicales armoniosos cuya combinación producÃa una maravillosa
melodÃa perpetua: «La Música de las Esferas». El misticismo aritmético
de la Década también habÃa llevado a Pitágoras al establecimiento del
primer sistema cosmológico no geocéntrico. Ambos elementos pitagóricos, la Música
de las Esferas y su CosmologÃa incluyen también a la AstronomÃa en el
ámbito matemático, el cual queda asà completado en lo que con posterioridad –a
partir de Boecio que acuñarÃa el término en su obra aritmética– se llamó las
cuatro Artes del Quadrivium pitagórico –Aritmética, GeometrÃa, Música y AstronomÃa–, que junto con las tres
Artes del Trivium –Gramática, Retórica y Dialéctica– constituyen las Siete
Artes liberales del curriculum medieval.
El Quadrivium pitagórico. Fragmento del
códice de Nicolo da Bologna Las
Virtudes y las Artes de 1355. Biblioteca Ambrosiana de Milan.
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