lunes, 31 de marzo de 2014

Hablando de… Manuelita Sáenz, Según Jean Baptiste Boussingault.


Memorías de Jean Baptiste Boussingault, Tomo III, pág. 205
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Manuela Sáenz

Manuelita no admitía su edad. Cuando la conocí parecía tener de 29 a 30 años: estaba en ese entonces en todo el esplendor de su belleza irregular: bella mujer, algo gruesa, de ojos cafés, mirada indecisa, de piel rosada de fondo blanco; cabellos negros.
En cuanto a su forma de ser, nada que se pueda tratar de entender: de repente se comportaba como una gran dama, de repente como una ñapanga (grisette); ella bailaba con perfección el minueto o la cachuca (cancan).
Su conversación no tenía ningún interés cuando ella dejaba de adular con su coquetería; con inclinación a la burla, pero sin gracia; ceceaba ligeramente intencionalmente cuando visitaba a las damas del Ecuador. Tenía un encanto secreto para hacerse adorar. El doctor Cheyme decía de ella: «Es una mujer de una conformación singular!”; Jamás podría hacerle entender como estaba conformada.
Manuelita nació en Quito, a comienzos del siglo, donde su padre realizaba un comercio importante con España. Durante su juventud, lo acompañaba en sus viajes por la costa del Perú, de Guayaquil a Lima, donde durante un corto periodo ella debió ser como una especie de reina.
A los diecisiete años ella entró al convento, como interna; ella aprendió allí a hacer trabajos con la aguja, bordados en oro y plata que son objeto de admiración para los extranjeros, y a preparar helados, sorbetes y mermeladas. Las religiosas enseñaban a sus pupilas a leer y a escribir: esto es todo lo que sabía una joven de buena familia. Las damas suramericanas, gracias a su vivacidad y a sus dotes naturales, son mujeres muy agradables. En cuanto a la educación  ellas están privadas de ella. En mis tiempos, ellas no leían nunca – ni siquiera libros malos; sin duda que existían raras excepciones.
Manuelita Sáenz fue sacada del convento por un joven oficial, Delhuyart, hijo de un químico, a quien se le debe el descubrimiento del tungsteno. Delhuyart padre, había entrado al servicio de España como ingeniero, y había sido enviado a América. Manuelita nunca hablaba de su fuga del convento. ¿Fue ella abandonada por su raptor y reintegrada a su familia? Eso lo ignoro.
Luego aparece en Lima, hacia el comienzo de la invasión de las tropas libertadoras del Perú, comandadas por Bolívar. Ella estaba entonces casada con médico inglés muy respetable, a quien ella abandonó para irse a vivir con el Libertador, en ese entonces en toda su gloria y con todo su poder dictatorial.
La conducta del libertador fue universalmente censurada. El marido reclamó a su mujer dentro del término más efervescentes. A nadie le importó. Si yo no me equivoco, el recibió la orden de salir del Perú.

Jean Baptiste Boussingault

De todos modos, la opinión pública se pronunció contra tal abuso de poder, que Bolívar decidió enviar a Manuelita a la Nueva Granada, lugar donde yo la conocí.
En Lima, Manuelita era de una inconsecuencia increíble. Ella se había convertido en una Mesalina. Los edecanes me contaron cosas increíbles y que solo el General ignoraba. Los amantes cuando están muy enamorados, son igual de ciegos a los esposos.
Una noche, a las once de la noche, Manuelita se presentó en el Palacio, en la casa del Libertador, quien la esperaba con impaciencia. Ella se le ocurrió pasar por un grupo de soldados de la guardia a las órdenes de un joven teniente. La loca comenzó a divertirse con los soldados, incluyendo al tambor. Pronto el general fue el má feliz de los hombres.

Usualmente Manuelita iba por la noche donde el general; en una ocasión llegó inesperadamente y encontró en la cama de Bolívar un magnifico zarcillo de diamantes. Sucedió entonces una escena indescriptible: Manuelita, furiosa, quería arrancarle los ojos al Libertador; en ese entonces era una mujer vigorosa y estrecho tan fuertemente a su infiel que el pobre grande hombre se vio obligado a pedir socorro. A dos edecanes les costó trabajo arrancarlo de las garras de la tigresa, mientras el no cesaba de decirle: «Manuelita, tu te pierdes”.

Alcoba de y cama de Bolívar - Quinta de Bolívar

Era generalmente la noche que Manuelita iba a la casa del general. Ella llegó una vez cuando no era esperada, y se encuentra sobre la cama de Bolívar un magnífico arete de diamantes. Sucedió entonces una escena indescriptible; Manuelita furiosa, quería arrancarle los ojos al Libertador. En ese entonces ella era una mujer fuerte; ella empezó a apretar tanto a su infiel que el pobre hombre se vio obligado a pedir socorro. Dos edecanes lo liberaron de la tigresa con toda la pena del mundo. Mientras que Bolívar no dejaba de decirle: “Manuelita, tu te pierdes”.
Las uñas (muy bonitas uñas) habían hecho tantos estragos sobre la cara del infeliz, que durante ocho días él debió quedarse en su cuarto, y según dijo el estado mayor, por causa de una gripa. Pero durante los ocho días, el rasguñado recibió los mejores cuidados de su querida gata.
Manuelita había terminado por hacer creer al general todo lo que ella quería. ¡Lo veremos!
En el curso de una conversación intima con sus oficiales, Bolívar se vio obligado a sostener que jamás había podido constatar que Manuelita satisficiera algunas necesidades que siente toda la humanidad: como ellos se manifestaran incrédulos, el añadió que tenía pruebas sobre lo que había dicho. En el curso de una navegación en el Océano Pacifico, Manuelita aceptó dejarse encerrar en una cabina que era vigilada con atención; un guardia permanecía en la puerta; la observación duró ocho días durante los cuales la prisionera no hizo ninguna emisión. Se puede pensar que sucede con frecuencia a personas embarcadas que no pueden ir al excusado por ocho, diez o quince días y este es un hecho conocido de los marinos; sin embargo prefiero admitir que Manuelita usó la superchería: hay que saber que ella nunca se separaba de una joven esclava, mulata de pelo lanoso y ensortijado, hermosa mujer siempre vestida de soldado, excepto en las circunstancias que contare mas .adelante. Ella era la sombra de su ama; tal vez también, pero esta es una suposición, la amante de su ama, de -acuerdo con un viejo muy común en el Perú, del cual fui testigo ocular con algunos camaradas, con quienes nos habíamos cotizado para asistir a la ceremonia impura, pero muy divertida, de una tertulia. Además no hacíamos gala de una moralidad muy severa. La mulata no tenía ningún interés en hacerse pasar por un ángel; encerrada con Manuelita en el camarote podía salir y entrar libremente. Se puede adivinar el resto.
Bolívar se había convertido el Libertador del Perú. La batalla de Ayacucho, ganada por Sucre, había destruido las fuerzas españolas; Sucre, nombrado Gran Mariscal de Ayacucho, fue nombrado presidente vitalicio del nuevo estado establecido en el Alto Perú (Bolivia).
EI Libertador en el colmo de la gloria, llegaría a ver, esto dentro del orden natural, una época de decepciones. La ejecución del conde de Torresagby, acusado de haber conspirado a favor de la madre patria, trajo un cambio en los sentimientos de la población Peruana, en relación al ejército colombiano. Las damas de Lima corrompían a los oficiales libertadores. EI ocio de las tropas mal disciplinadas hizo nacer la insurrección. Muchos escuadrones se rebelaron contra la autoridad de Sucre. En Lima, toda una división se levanto. Los jefes fueron puestos en prisión por sus soldados y, en una palabra, apenas Bolívar partió, sólo un ejercito peruano se levantó contra el ejercito colombiano que los había liberado; se organizaron guerrillas en el Ecuador, en la provincia de Pasto.
EI Libertador había previsto estos movimientos y habiendo decidido regresar a Bogota antes de que estallaran, envió a su querida Manuelita al Ecuador. Desembarcada en Guayaquil partió hacia Quito con una escolta de cuatro granaderos escogidos que ella misma escogió, entre los más guapos del escuadrón; marcharon en jornadas cortas, sin otro sirviente que su mulata y en cinco días llegó a Quito. Una indiscreción del brigadier hizo que se conocieran los incidentes eróticos del camino.
Después de haber pasado un tiempo con su familia, Manuelita debió viajar a presentarse la Nueva Granada bajo la compañía de mi amigo el coronel Demarquet. La tempestad política aumentaba en el sur; Demarquet siempre afirmó que había sido un acompañante platónico.

Casa de manuelita - Hoy en día el Museo de Trajes Típicos en Bogotá
Manuelita se estableció en Bogota en una encantadora residencia y recibía casi a diario noticias de su amigo a quien las circunstancias retenían en el Perú. Fue en Bogota en donde la conocí y de quien contare las excentricidades y debo agregar, su lealtad y valor.
Manuelita siempre era muy notable; en la mañana vestía un négligé (camisa de dormir) que no dejaba de ser atractiva; tenía mucho cuidado de no disimular sus brazos desnudos: bordaba, mostrando los más lindos dedos del mundo; hablaba poco, fumaba con gracia y su forma de ser era modesta. Daba y recibía noticias.
De día salta vestida de oficial. Por la tarde, Manuelita sufría una metamorfosis. Ella se ponía a experimentar, creo yo, el efecto alcohólico de unos vasos de vino de oporto que le encantaban; sin duda se ponía roja; Sus cabellos estaban arreglados artísticamente. Ella tenía mucha vida, era muy alegre, nada intelectual, y usaba algunas veces expresiones medianamente arriesgadas.
Como todos los favoritos de altos personajes políticos, ella atraía a los oficiales del gobierno. Su amabilidad y su generosidad eran infinitas. Imprudente en exceso, ella cometía los actos más censurables sólo por el placer de hacerlo. Un día, cabalgando por las calles de Bogotá, ella se le acercó a un soldado que llevaba el santo y seña colocado, como de costumbre, en un papel en el extremo de su fusil; se lanzó al galope sobre el pobre infante y se lo quitó, fue asunto de un instante. El soldado hizo fuego sobre ella y ella tuvo que regresar y volver a poner el papel. ¡Un acto de locura!
Ella adoraba los animales y era dueña de un osezno insoportable que tenía el privilegio de circular por toda la casa. Al feo animal le gustaba jugar con los visitantes; si se le acariciaba arañaba las manos o se prendía de las piernas, de donde era difícil retirarlo. Una mañana hice una visita a Manuelita y como no se había levantado todavía, tuve que entrar a la alcoba y vi una escena aterradora: el oso estaba tendido sabre su ama, con sus horribles garras posadas sobre sus senos, Al verme entrar, Manuelita me dijo con gran calma:
- Don Juan, vaya a la cocina y traiga un taza de leche que colocara al pie de la cama: este diablo de oso no me quiere dejar.

La leche llegó y el animal, dejando lentamente a su victima, bajo para beber; después que lo hubo hecho llamo a un hombre, quien me ayudo a encadenarlo y llevarlo al patio a pesar de sus gruñidos. Algunos días después lo hice fusilar. Fue un inglés, Coxe, quien lo ejecutó.
-Vea usted, decía Manuelita, mostrándome su pecho, no estoy herida.

Se contaban escenas increíbles que pasaban en la casa de Manuelita y en las cuales, la mulata soldado, actuaba el papel principal. Esta mulata, el alter ego de su ama, era un ser singular, una comediante, una mima de primera clase, que hubiera tenido mucho éxito en el teatro. Tenía una facultad de imitación increíble; su rostro era impasible; como actor o actriz, exponía las cosas más divertidas con una seriedad imperturbable La oí imitar a un monje predicando la Pasión; ¡nada mas cómico! Durante cerca de una hora nos tuvo bajo el encanto de su elocuencia, de sus gestos, las entonaciones de su voz eran interpretadas exactamente.
Aseguraban, pero estoy convencido de que esto si no era cierto, que en una escena de la Pasión habían crucificado a un mico. La verdad es que tenían una tendencia a burlarse de las cosas sagradas, afición muy imprudente y de mal gusto.
Estos espectáculos no se efectuaban sino en las reuniones  intimas así la mulata tomaba los vestidos de su sexo como el de ñapanga de Quito, ejecutaba las danzas mas lascivas para nuestra gran satisfacción; entre otras, un paso cuyo nombre he olvidado: la bailarina volteaba sobre si misma can gran rapidez, se detenía y se agachaba con su falda llena de aire, haciendo lo que los niños llaman “un queso” y seguía bajando hasta el suelo y al levantarse se alejaba dando vueltas de nuevo, pero en el sitio en donde había caído, se podía uno dar cuenta de que había hecho contacto con el piso. Esto arrancaba aplausos unánimes y era de una obscenidad asquerosa. Pronto la bailarina volvía vestida con su uniforme militar, tan seria que parecía que no era ella quien hubiese hecho esa representación escandalosa.
Jamás se conoció un amante de la mulata y creo que nunca amo con amor sino a Manuelita. En cuanto a Manuelita, yo no le conocí en Bogota sino dos enamorados ostensibles: el doctor Cheyme y un joven ingles de apellido Wills; ¡ningún otro!
¡Y nuestro querido Libertador escribía a mi amigo Illingworth pidiéndole que la vigilara bien y le diera buenos consejos!
Manuelita llevaba la excentricidad hasta la locura. Yendo de Bogota hacia el valle del Magdalena, llegue una tarde a Guaduas; el coronel Acosta, en cuya casa me iba a hospedar, vino a mi llorando para decirme que Manuelita se moría, que se había hecho morder por una serpiente de las mas venenosas. ¿Sería un suicidio? ¿Quería ella morir como Cleopatra? Fui a verla y la encontré tendida sobre un canapé, con el brazo derecho hinchado hasta el hombro.
¡Que bella estaba Manuelita mientras me explicaba que había querido darse cuenta si el veneno de la serpiente que me mostró, era tan fuerte como lo decían. Inmediatamente después de la mordedura se hizo que ella tomase bebidas alcohólicas calientes que es el remedio empleado por las gentes del país. Prescribí un ponche basándome en la opinión anterior muy acreditada en America del Sur, la cual asegura que la borrachera impide la acción del veneno: luego se le aplicaron cataplasmas en, el brazo y Manuelita se durmió; al día siguiente estaba bien. La deje persuadido de que había atentado contra sus días. ¿Por que?
¡La buena Manuelita era una de las mujeres livianas más curiosa! Una tarde pase por su casa para recibir una carta de recomendación que me había prometido, dirigida a su hermano, el general Sáenz, quien residía en el Ecuador, a donde yo debía viajar. Se acababa de levantar de la mesa y me recibió en un pequeño salón y en el curso de la conversación elogió la habilidad de sus compatriotas quiteñas para el bordado y como prueba se empeñó en mostrarme una camisa artísticamente trabajada. Entonces, sin más ni mas y con la mayor naturalidad, tomó la camisa que tenía puesta y la levanto de manera que yo pudiese examinar la obra de sus amigas. ¡Desde luego fui obligado a ver algo más que la tela bordada! y ella me dijo:
- Mire entonces don Juan, como está hecha.
- Pero hecha alrededor, respondí, haciendo alusión a sus piernas.

La situación se estaba convirtiendo embarazosa para mi pudor, cuando me sacó de peligro la entrada de Wills, a quien ella dijo, sin desconcertarse:
- Muestro a don Juan los bordados de Quito.

Arago contaba esta historia al general Baudrad, edecán del Luis Felipe, con quien cenamos en la casa de Poncelet, añadiendo: « ¡Esto no lo inventamos!” Lo que tal vez querría decir, que la prueba de la veracidad se encontraba en lo extraordinario de lo sucedido.
Manuelita aborrecía el matrimonio y sin embargo tenía la manía de casar a las personas, como diciéndoles: « ¡El himen no compromete a nada, es una pasión de placer!”. Especialmente yo fui uno de los escogidos para ser sus victimas: hay que saber que en ese entonces en America española, el matrimonio era un acto puramente religioso. Era suficiente que en presencia de un sacerdote, los futuros declararan que deseaban ser unidos; recibían la bendición y ahí terminaba todo.
Se casaban en cualquier parte: en la calle, en el baile y así muchos de mis camaradas quedaron casados entre dos vasos de ponche, entre otros el coronel Demarquet, quien después se mordía los dedos, aunque su mujer fuera bella, encantadora y procedente de una familia muy honorable.
Una noche había tertulia en casa de Pepe Paris, quien se había convertido en hombre acaudalado explotando las minas de esmeraldas. Su hija era una persona deliciosa, muy bajita, uno cincuenta metros y realmente había una afinidad entre ella y yo. Manuelita participaba en la reunión y al filo de la media noche, cuando todos estábamos un tanto sobreexcitados, un amigo ingles se acercó para decirme al oído: “Don Juan, tenga cuidado, hay un cura que va hacer su aparición”. Entonces, sin que nadie se diera cuenta, procedí a retirarme discretamente.
A pocos días de esto, me encontré con mi novia Manuelita -precisamente el mismo nombre de .la favorita- y le plantee claramente la propuesta de matrimonio, con la condición de que tendría que vivir en Europa. Manuelita no tenía inconveniente en pasar una temporada en Francia; pero me declaró francamente que no le gustaría establecerse allá. La deje, después de haberle besado su mana en miniatura; mi asistente me esperaba en la puerta de la casa; salte a caballo y salí para el Magdalena. No volví a ver ala pequeña y graciosa Manuelita Paris.
Dejó las excentricidades, las inconsecuencias y lo que se podría llamar actos de locura de la otra Manuelita, para mostrar el valor y la devoción de que era capaz.
Ella había dado pruebas de su valor militar; al lado del general Sucre, asistió lanza en mano, a la batalla de Ayacucho, último encuentro que tuvo lugar entre americanos y españoles, en donde recogió, a manera de trofeo, los estupendos mostachos de los que se hizo hacer postizos.
Se puede decir que tenía entrenamiento, de lo cual no cabe duda, pero Manuelita, como se va a ver, estaba dotada de gran valor, de sangre fría y de una calma increíble, en las circunstancias más peligrosas [...]
Un Congreso improvisado en Bogota proclamó a Bolívar dictador supremo y naturalmente llegaron las adhesiones de todos los puntos del territorio. EI dictador subió al poder el 4 de junio de 1828; promulgó algunas medidas financieras que no tuvieron éxito, pues las Cajas del Estado estaban vacías; llovieron los decretos, las proclamas y las declaraciones patrióticas, A pesar de los memoriales aprobatorios de las poblaciones, no podía desconocerse .que se manifestaba, por todas partes, una especie de fermentación silenciosa contra lo que llamaban y no sin razón, el despotismo de Bolívar. Guayaquil, Quito y Caracas ya no obedecían a las órdenes que emanaban de Bogota; de hecho, el gobierno central ya no existía, Había partidarios levantados en favor de España en las costas, .en los llanos de Venezuela y en la provincia de los Pastos. A pesar de lo que dijeran las autoridades, se estaba en la mas completa anarquía; en Bogota el partido monárquico conspiraba activamente, se llevaban a cabo reuniones nocturnas donde los hombres mas importantes; nadie se escondía, la policía lo sabia y no hacia nada; hay que decirlo, se le temía a los conspiradores, quienes, después de todo conspiraban en favor de la libertad, esta era su excusa y su fuerza; aun cuando en realidad entre muchos de ellos hubiera mas ambición que patriotismo.
La sociedad mas activa era la de los jóvenes que se reunían para estudiar; muchos eran profesionales o alumnos del colegio de San Bartolomé; su objetivo secreto era el de expulsar al gobierno del Libertador. Se supo después que este movimiento estaba dirigido por un viejo francés, Arganil, uno de los “sans culottes” de Marsella en 1793, por otro francés muy exaltado, Auguste Horment y por un oficial venezolano, el comandante Pedro Carujo. La sociedad había decidido al principio que la revolución estallaría el 28 de octubre en el curso de una fiesta que–se le ofrecería a Bolívar para celebrar el día de San Simón. Diversas circunstancias les impidieron actuar.

De los hechos sucedidos en la lluviosa noche del 25 de septiembre de 1828 se produce en Bogotá, en el antiguo palacio de San Carlos, un atentado contra Bolívar. lo cual dio paso a mes y medio más tarde del fracasado atentado, el 8 de noviembre de 1828, Bolívar decreta la prohibición de las sociedades o confraternidades secretas, sin hacer referencia directa a las logias masónicas, pero también sin excluirlas, lo que las afectó seriamente, no obstante que la prohibición estaba dirigida a asociaciones como aquella Filológica de Bogotá y las llamadas “Sociedades de Salud Pública”, creadas con propósitos igualmente enceguecidos por la pasión política.



José Rafael Otazo M.
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Profesor Universitario
Miembro de la Ilustre Sociedad Bolivariana de Venezuela.
Miembro de la Digna Sociedad Divulgadora de la Historia Militar de Venezuela.
Investigador en la Asociación para el Fomento de los Estudios Históricos en Centroamérica.

Miembro de la Red Profesional Panamericana (RPP) del Instituto Panamericano de Geografía e Historia.
Miembro de La Asociación de Escritores del Estado Carabobo.
Director de la Publicación Internacional, "Ni vestido ni desnudo"

sábado, 29 de marzo de 2014

Hablando de...EL MISTICISMO


     Por;   VICTOR MANUEL GUZMAN VILLENA


Es un conjunto de prácticas y comportamientos que llevan al individuo a experimentar la existencia de una dimensión elevada y espiritual que está más allá de la percepción común del mundo. En sus formas más avanzadas puede comportar un estado alterado de conciencia que permite a la persona sentir una experiencia directa de la presencia sobrenatural.


El misticismo adquiere diferentes formas según la cultura y la tradición de sus dogmas, pero tiene puntos en común en todas las creencias. Se redimensiona profundamente en los valores racionales y filosóficos de la especulación humana.

La experiencia mística se caracteriza por un aspecto individual y experimental que comparte pocas cosas con pensamiento lógico-deductivo. Cuando el místico tiene una experiencia directa de lo divino, no tiene ninguna posibilidad de comunicarla a otros que no hayan tenido ya alguna. Cualquier intento de describir el camino recorrido está siempre limitado y es poco significativo.


TIPOS DE EXPERIENCIAS MISTICAS

La experiencia mística puede ser de varios tipos, y siempre se encuentran en las diferentes creencias. La primera y fundamental, a la que ya nos hemos referido, consiste en la imposibilidad de describir con palabras y conceptos una experiencia íntima vivida casi en un estado de trance.

Místicos de las tradiciones más diversas topan con la misma imposibilidad
comunicativa. En el misticismo católico, por ejemplo Santa Teresa de Jesús está obligada a construir una estructura arquitectónica inventada para comunicar a los otros las distintas fases o secuencias del recorrido místico. Siempre en la misma tradición, San Juan de la Cruz presenta el camino seguido como un recorrido material que debe realizarse, con toda una serie de experiencias de presencia/ ausencia de la divinidad, algunas de las cuales son particularmente dramáticas.

Los místicos musulmanes como Ibn Ata Allah o Rabia, quedan perturbados por la experiencia totalizadora de la presencia divina en sus almas, hasta el punto de parecer locos de dios, satisfechos de sus vidas simples y privadas de cualquier lujo, pero rica en presencia divina.

En muchos casos, la presencia divina experimentada en la psique del humano produce tanta alteración de sus capacidades comunicativas que los místicos acaban confundiendo y siendo considerados herejes. La formula censurada con más frecuencia es la expresión “soy dios” que no se comprende en su sentido real de fusión con lo divino y se considera una locura.


MISTICISMO ORIENTAL Y OCCIDENTAL


Las experiencias místicas descritas por los monjes orientales y por los místicos occidentales son en parte parecidas, pero se diferencian por el tipo de divinidad experimentada. Los orientales especialmente los budistas, durante las meditaciones experimentan una dimensión religiosa que precede a la presencia de la divinidad. En cambio para los occidentales y entre ellos los místicos musulmanes que se encuentran en una tradición común de sello judeocristiano  suelen experimentar una dimensión que se caracteriza por la presencia apremiante de una divinidad personal. Sin lugar a dudas los condicionantes culturales ejercen una influencia, sin embargo, este planteamiento es esencial para definir las diferencias entre las distintas tradiciones.

Normalmente la experiencia mística no se produce sin una compleja fase de preparación de la persona que la vive. Incluso cuando parece inesperada, siempre es consecuencia de distintos acontecimientos en el místico.


TECNICAS DE MEDITACION MISTICA

Eicasmo

Es un movimiento surgido en los primeros siglos de la era cristiana que se desarrolló sobre todo en el seno de la iglesia cristiana ortodoxa. Se trata de alcanzar un estado de tranquilidad del alma mediante la repetición de la oración. Normalmente se recita en dos fases. En un primer momento que corresponde cuando la persona para expresar la oración aspira el aire hasta alcanzar la abertura máxima del tórax o también se utiliza la respiración abdominal hasta la máxima expansión del abdomen. Sigue un momento de pausa, en la que se retiene el aire, y seguidamente se expele, que viene a constituir en un segundo momento. Es decir la primera parte es expansión, elevación y reconoce la divinidad y la grandeza; y la segunda, es contracción o descenso mostrando la insignificancia como pecadores con la petición del perdón. Mientras recita la oración, el orador baja el mentón hacia el pecho, dirige la mirada hacia el abdomen y piensa en su propia existencia y muerte.

El rezo esicático ha tenido su confirmación definitiva con la obra fundamental de Gregorio Palamas. Este teólogo bizantino, que vivió en el siglo XV, defendió esta forma de misticismo iniciada por los grandes padres en los primeros siglos del cristianismo y que obtuvo el reconocimiento oficial de sus posiciones por parte de la iglesia ortodoxa.

Budismo

Las técnicas de meditación en el budismo son de varios tipos. Una muy importante es la que en la tradición zen puede realizarse sentado, de pie o en movimiento. Para meditar con eficacia son necesarias una posición, una respiración y una disposición mental correctas.

La posición sentada o de loto es muy importante en la  práctica zen en la tradición sotho. Pese a que la lectura cantada de los textos clásicos del budismo es siempre importante, en parte porque condiciona de manera significativa la respiración, el practicante encuentra el camino para la meditación por medio del equilibrio entre actitud mental, posición y respiración.

Durante la meditación aparecen pensamientos, preocupaciones, obsesiones que se forman ante los ojos de la mente como si de una película se tratase. En este momento, se interviene con una atención renovada por la respiración y la postura. De este modo, una intemperancia de la mente se corrige con el efecto directo del cuerpo (posición y respiración). Entonces los pensamientos se convierten en una secuencia a la que se asiste sin atención, sin apego: todo transcurre y fluye ante nuestra impasibilidad.

Es fundamental que el cuerpo puede intervenir en la mente y la  utilización
continua de esta técnica crea las premisas para una transformación de carácter de la persona, que, poco a poco, consigue vivir lo cotidiano con el mismo desapego con el que vive la aparición de los pensamientos durante la meditación. Con el tiempo este trabajo acaba forjando un carácter de acero que permite afrontar la vida sin ninguna violencia, dando a los acontecimientos su justa importancia. Basándose en esta técnica se han formado generaciones de samuráis y monjes que han ejercitado el cuerpo y la mente mediante una disciplina psicofísica muy valiosa.

En cambio la meditación de pie, que los japoneses llaman kinin, se realiza manteniendo el tronco erguido, poniendo un pie delante del otro, siguiendo la secuencia talón-planta-punta, con el puño izquierdo dentro de la mano derecha, a la altura de la boca del estómago, y respirando con el abdomen. Normalmente se utiliza en los momentos de pausa de la meditación sentada. Durante la meditación se leen sutras budistas, algunos de ellos cantados, que provocan un efecto beneficioso en la respiración.

En el zen Rizai se da mucha importancia a la resolución por vía intuitiva, de problemas irresolubles lógicamente, presentado en forma de breves preguntas, que tienen la función de hacer reaccionar al pensamiento lógico-deductivo y favorecer a la intuición y la meditación.

Sufismo

El misticismo sufí, la corriente principal de la mística islámica, ha tenido siempre un papel marginal en el islam, incluso en los momentos de mayor difusión ha sido considerado frecuentemente un  movimiento herético.

La forma más conocida de meditación sufí es la danza de los derviches. Estos monjes llevan a cabo un movimiento rotatorio que les hace girar cada vez más rápido sobre sí mismos, hasta perder la conciencia de su propia persona. Es un baile relacionado directamente con el movimiento giratorio de los planetas y la conexión con el ser supremo.

El sufismo es el movimiento religioso islámico que representa la vía esotérica hacia dios. Esta fraternidad se compara a menudo con el misticismo cristiano y con las formas de meditación zen, aunque las diferencias siguen siendo notables: la experiencia última es la capacidad de captar intuitiva e intelectualmente la existencia de dios como única realidad verdadera, reduciendo al máximo la individualidad, lo asemejan a otras experiencias religiosas similares.

La enseñanza sufí pretende alcanzar un nivel elevado de conocimiento del humano,
del cosmos, dando al individuo más objetividad y mejorando su trayectoria evolutiva, así como el redescubrimiento de una sabiduría antigua cuyos fragmentos se encuentran en todas las culturas. Con este objetivo se utilizan varias técnicas, desde la danza de los derviches a las narraciones y las anécdotas, que recuerdan en parte a las del budismo.

El elemento fundamental es la interacción maestro-discípulo. El primero que no aspira a una posición dominante o de prestigio. Personajes como Gurgani y Rumi eran respetados por su gran modestia, ya que en el sufismo está prohibido el culto a la personalidad, como demuestra el hecho de que la mayor parte de los sufíes más importantes han quedado en el anonimato.

En conclusión  la vida espiritual -mística muestra que la unión con una expresión suprema  exige  llevar una vida íntimamente relacionada con el fundamento que sostenga toda su existencia. El misticismo clama porque en lo más profundo del corazón se haga sitio a las riquezas del orden espiritual. Al mismo tiempo nos ofrecen un remedio para los daños principales de nuestra época: la mentalidad materialista y una entrega sin límites al mundo exterior del consumo y la degradación por los excesos.

Simultáneamente la mística ha producido seres con una profunda vinculación con los destinos del mundo y que influyen  en la moral del ser humano con interioridad armónica, que contribuye al esclarecimiento y reconciliación de los espíritus, mostrándonos el  camino hacia una época regida  por sus normas,  llena de inspiración en el bien que sirvan de  modelo y guía.

viernes, 28 de marzo de 2014

Decreto de 01 de Enero de 1.950, donde la Gran Logia de los Estados Unidos de Venezuela fija el 28 de Marzo como día Nacional Masónico.

"A partir de 1950, Miranda fue reconocido oficialmente como masón por el doctor José Tomás Uzcátegui desde su cargo de Gran Maestro en el año Bicentenario del natalicio de Miranda. Con el traslado del día masónico para la fecha de su nacimiento dieron inicio a una masonería mirandina que le rinde culto a su memoria y lo tiene como héroe prototipo masón."
Eloy Reveron, Profesor e Historiador UCV- Caracas, Venezuela.



 

28 de Marzo...Se conmemora el natalicio del Generalisímo Francisco de Miranda y Día Nacional Masónico en Venezuela.





 "A partir de 1950, Miranda fue reconocido oficialmente como masón por el doctor José Tomás Uzcátegui desde su cargo de Gran Maestro en el año Bicentenario del natalicio de Miranda. Con el traslado del día masónico para la fecha de su nacimiento dieron inicio a una masonería mirandina que le rinde culto a su memoria y lo tiene como héroe prototipo masón. Las estatuas de la Fuerza y la Belleza que estaban en los nichos externos de la fachada del Gran Templo Masónico fueron sustituidas por las de Miranda y Guzmán. Las logias que en el siglo XIX habían ostentado nombres de virtudes teologales, como Esperanza, Fe, Caridad; o virtudes civiles como la Libertad, Fraternidad, Porvenir, comenzaron a tener nombres de héroes."
 Eloy Reveron, Profesor e Historiador UCV- Caracas, Venezuela.


Sebastián Francisco Párvulo de Miranda Rodríguez. Nacido en Caracas  el 28 de marzo de  1750.Francisco Miranda, el padre intelectual de la masonería latinoamericana, comprometida en la lucha por lograr la libertad, la igualdad y la fraternidad.

Hombre universal, soñador y ejecutor de grandes proyectos libertarios en su tiempo.  Su mayor proyecto “Ver libre a todo el continente Hispanoamericano”.  Y lograr la integración política, cultural y económica desde el Mississippi hasta el cabo de hornos. 

Sintió una inquietud planteada como necesidad de ver a Hispanoamérica como una gran nación, el cual forma un aporte que ha trascendido en el tiempo y que si se hubiese seguido con sus ideas se habría cambiado el curso de la historia de la América y su relación   con los pueblos del mundo. 

Hombre hábil que recurría a diferentes personalidades del mundo para obtener recursos y utilizarlo para liberar del dominio español a los pueblos hispanoamericanos. 

Poliglota, además del español hablaba francés, alemán, ingles, ruso conocía el árabe y el italiano,  y traducía del latín y el griego.

 Después de algunas incidencias, en 1780 fue enviado a la guarnición de Cuba, como ayudante del coronel De Cajigal. Destacó rápidamente por su excelente preparación militar y su afición a la lectura. Pero las intrigas y la envidia política le hicieron caer en desgracia. Lo acusaron por su actuación en Jamaica, donde dicen que pronunció discursos para incitar a la libertad de las colonias españolas.

Cargado de grillos, en 1782, fue enviado a la cárcel de La Habana, pero gracias a la mediación y ayuda del comandante de la guarnición y amigo personal, el coronel De Cajigal, logra salir airoso de esta situación, partiendo inmediatamente hacia los Estados Unidos de Norteamérica.

Al tiempo de haber llegado, se instala en Filadelfia, donde gracias a su dominio del idioma inglés, y sus ideas republicanas, conoce y entabla, una gran amistad, con los generales Washington y Lafayette, uniéndoseles a su gesta libertaria que ya habían iniciado en contra de la corona Británica.

Varios historiadores masónicos norteamericanos y franceses aportan valiosa información sobre la actividad masónica del caraqueño Francisco de Miranda, de quien aseguran que se inició en 1783, en una loFiladelfia, muy frecuentada por el famoso general francés Lafayette.

No hay datos sobre el día y el mes. Por las contingencias derivadas de la guerra, al parecer se perdieron los archivos de la logia donde Miranda recibió la luz masónica. De lo que se sabe es que Lafayette fue su  padrino de iniciación. Existen muchas referencias sobre la asistencia de Miranda a logias de Nueva York y de sus tertulias con George Washington en locales masónicos.

Por esa vaguedad en la fecha de iniciación de Miranda, en Filadelfia, algunos historiadores demasiado ortodoxos, han puesto en duda la iniciación del precursor en los Estados Unidos. No faltan quienes inclusive la rechazan de plano. 

Sin embargo, investigaciones posteriores a la publicación de los dos volúmenes de Américo Carniccelli, arrojan bastantes evidencias sobre los contactos de Miranda con Lafayette, que culminaron en su iniciación en una logia de Filadelfia, en 1783.

Otros investigadores aseguran que Miranda se inició en la masonería en París, Francia, en 1797, meses antes de su regreso a Londres. Pero esas teorías se desmoronan solas con las referencias publicadas por diarios ingleses en 1785, donde hablan de las reuniones masónicas de Miranda con intelectuales y personajes de la nobleza. 

Al citar esas evidencias, un historiador británico, llegó a la conclusión de que Miranda se inició en Filadelfia, Estados Unidos, en 1783; recibió el grado de compañero en Londres, en 1785; y el grado de Maestro, en París, en 1797. Esa cronología parece la más ajustada a la verdad, ya que guarda relación con el periplo del precursor por esos países.

Una vez vencidos los ingleses, y luego de haber reconocido la independencia de sus colonias en Norteamérica, decide seguir su camino, partiendo de nuevo a Europa en donde hizo derroche de valor y de sus dotes de gran estratega militar, en todas las campañas en las que participó.

En 1785, la presencia de Miranda en Londres fue resaltada por la prensa británica. Se lo presentó como infatigable campeón de la libertad. Su nombre adquirió prestigio. Frecuentaba los salones de la realeza y se codeaba con los más brillantes intelectuales.

Con ansias de glorias y deseoso de acumular experiencia y conocimientos, visitó Holanda, Alemania, Italia, Grecia, Francia, Dinamarca y Polonia. En 1787 llegó a San Petersburgo, la fastuosa ciudad de la nobleza rusa. Allí fue presentado a su Majestad Imperial, Catalina II.

El porte gallardo y los modales refinados del militar venezolano, llamaron la atención de la poderosa Catalina, quien se enamoró de él, llenándolo de halagos y condecoraciones. Miranda vistió el uniforme de oficial del ejército zarista, disfrutó del esplendor de la corte y recibió el grado de Coronel del Ejército de Coraceros de San Petersburgo.

Pero ávido de nuevas aventuras y con el deseo de organizar la lucha por la independencia de Venezuela, volvió a Londres en 1790. Sus gestiones para conseguir la ayuda de la Corona Británica, fueron infructuosas. El gobierno inglés debido al Tratado firmado en el Escorial, evitaba a toda costa la posibilidad de un conflicto con España.

En 1791, Miranda tomó parte activa en la Revolución Francesa. En París, él se hizo amigo de los girondistas Jacques Pierre Brissot y Jérôme Pétion de Villeneuve, y sirvió brevemente como general en la una sección del Ejército revolucionario francés que lucho en la campaña de 1792 para conquistar los Países Bajos llegando al grado de Mariscal de Francia, bajo el mando de Charles François Dumouriez.

Arrestado varias veces durante el reinado del terror, Miranda fue amenazado con ser deportado después una medida del Directorio de la Monarquía y los Girondistas. A pesar de todo, su nombre permanece grabado en el Arco de Triunfo que fue construido durante el primer imperio.

En 1798, regresó a Londres, donde fundó la logia la Gran Reunión Americana. Febrilmente trabajó para preparar la expedición libertadora de Venezuela. Esta logia es cuestionada por algunos historiadores masones, porque se salía de los rituales, para dar preponderancia a los ideales de la causa republicana.

Miranda otorgaba grados de Maestros a los que destacaban por sus dotes intelectuales y por su amor a la libertad y la causa de la independencia americana. Les tomaba un juramento especial, que siempre terminaba con "el repudio a todos los tiranos y las tiranías".

Los trabajos en la "Gran Reunión Americana", no versaban tanto sobre simbología o el catecismo masónico, como sobre las ideas de la Revolución Francesa y la necesidad de libertar a las colonias españolas en América.

Esto critican los ortodoxos a Miranda. Afirman que se olvidaba de los rituales, para hacer foros sobre la importancia del sistema republicano y la reforma de las estructuras sociales en las colonias que deseaba libertar.

Lo que no dicen los críticos de Miranda, es que todos los próceres de la independencia americana, daban prioridad en las logias, a discusiones sobre táctica y estrategia de la lucha que libraban, porque de ello dependía en gran parte del destino de los países donde actuaban.

El Gran Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre, según refiere en un libro el historiador masón boliviano, Ángel Salas, en la logia de Chuquisaca que visitaba, discutía sus planes de gobierno. Por ese motivo, que se sepa, nadie nunca puso en duda la identidad masónica del extraordinario cumanés.

En las reuniones de la logia Miranda tuvo la oportunidad, de conocer al joven chileno, Bernardo O’Higgins, con el cual entabló una especial amistad, siendo entre otras cosas su maestro de matemáticas.

Luego de más de un año de cordial amistad, Miranda le expone a O’Higgins, con detalle, todos los planes libertarios que por tanto tiempo había estado madurando. Sorprendido por la afinidad de criterios y opiniones sobre el tema, el joven chileno le narra a Miranda, la historia y hazañas de Lautaro, el gran cacique Araucano, que defendió y reconquisto el suelo de Arauca, venciendo al propio conquistador de Chile, Don Pedro Valdivia, batalla en donde Lautaro pierde la vida en defensa de la libertad de sus hermanos de raza.

Nació entonces la idea en Miranda, que luego llevaría a los hechos de homenajear al héroe Araucano, fundando la logia Lautaro, teniendo con el tiempo filiales en varias ciudades europeas, siendo la de mayor importancia, la de la ciudad de Cádiz, en la cual fueron muchos los sudamericanos que allí se iniciaron como Masones.

Todos de la mano de Francisco de Miranda, abrazaron y juraron con devoción y entusiasmo patriótico, cumplir con los preceptos, que promulga la Masonería: la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad, para luego partir, cada uno a su patria, a emprender sus respectivas gestas que culminaron con la liberación e independencia de toda la América.
De no haber sido porque Miranda sembró en los corazones de todos estos jóvenes la semilla de libertad y los preceptos de la augusta orden, difícilmente se hubiese podido realizar una empresa en pro de la libertad de esa magnitud.

Desde este blog, su prpiwetario, colaboradores y afines, les enviamos a todos los masones Venezolanos un caluros triple abrazo fraternal, esperando en el G.·.A.·.D.·.U.·. sigan recibiendo luz y sabiduría, para continuar esculpiendo un mundo mejor.






Pierre Cubique.·.